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Acusan a un cura por destrucción de patrimonio histórico
31 - 08 - 2016 - HISTORIA - Moderna

El cura párroco del templo jesuítico de la ciudad de Alta Gracia (Córdoba-Argentina) y tres arquitectos fueron procesados por la Justicia Federal por los "daños arqueológicos irreparables" provocados cuando se instaló un sistema de calefacción dentro de ese edificio del siglo XVII, que fuera declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

El procesamiento dictado por el juez federal número 1 de Córdoba, Ricardo Bustos Fierro, recayó sobre el cura a cargo de la Parroquia Nuestra Señora de la Merced, Marcelo Siderides, y los arquitectos Melina Malandrino, Pedro Cufre y Juan Pablo Orozco, de la Universidad Católica de Córdoba.

Los cuatro fueron imputados por "haber ocasionado un daño arqueológico irreparable" en el interior del templo jesuítico, declarado en 2000, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Los destrozos fueron producidos en el marco de una restauración de la Iglesia, al levantar el solado (piso) histórico con el fin de instalar un sistema de calefacción.

Los ladrillos del piso "eran históricos, auténticos y formaban parte de la Iglesia en su totalidad y como tales constituían su patrimonio histórico y cultural", indicó el juez en su resolución.

La remoción del solado provocó, además, la destrucción de sepulturas antiguas, la pérdida y destrucción de restos óseos y esqueléticos "que se encontraban diseminados por la superficie de todo el lugar, tanto enteros como fragmentados, que estuvieron allí sepultados desde tiempo inmemorial", destacó.

Según consta en el expediente, algunos escombros fueron trasladados a una cancha de fútbol del barrio Liniers de Alta Gracia.

El propietario de la empresa de contenedores que acarreó esos restos había informado de que entre los materiales podían observarse restos óseos.

Bustos Fierro consideró a los arquitectos y al cura presuntos coautores de daño agravado por cometerse en perjuicio de un bien de uso público y monumento de carácter histórico.

El juez trabó, además, un embargo de 15 mil pesos.

"Fue una excavación asistemática, sin sistema alguno, burda y torpe. Máxime teniendo en cuenta que los arquitectos que coordinaban la obra sabían que estaban interviniendo un bien que cuenta con la declaración de patrimonio mundial", sostuvo el magistrado.

El proyecto de puesta en valor y restauración se dio en el marco de un acuerdo de colaboración firmado en 2009 entre la Universidad Católica de Córdoba y la Parroquia Nuestra Señora de la Merced de Alta Gracia, por medio del cual la primera aportaría los profesionales idóneos para llevar adelante las obras, así como los estudios técnicos necesarios.

El 5 de enero de 2011, la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos autorizó la ejecución de las obras, pero el permiso que no incluía para ninguna de sus tres etapas la remoción del solado histórico.

Las obras de restauración comenzaron a realizarse en 2012.(VALORES RELIGIOSOS)