El primero movimiento será la sustitución del cardenal Stanislaw Dziwisz, el actual arzobispo de Krakow, por razones de edad. Se espera que su puesto al frente de la archidiócesis polaca será ocupado por el cardenal Stanislaw Rylko -otro hijo espiritual de San Juan Pablo II- pero todavía quedaría la incógnita de quién relevaría a Rylko en la presidencia del Consejo Pontificio para los Laicos, organismo que está a punto de incorporarse en los Consejos para la Familia y la Pastoral de la Salud.
Por decirlo de otra forma: la jubilación de Dziwisz podría ser la ocasión perfecta para que el Papa Francisco implemente los cambios de personal que durante mucho tiempo se ha esperado pero que se han visto frustrados por resistencias en la Curia.
El nombre que más suena para el nuevo dicasterio de Laicos, Familia y Vida -ente que resultará de la fusión de los antiguos Consejos Pontificios- es el del cardenal Óscar Maradiaga, uno de los aliados más importantes del Papa Francisco y estrecho colaborador de éste en el Consejo de Cardenales.
Francisco también tendrá que encontrar reemplazo para el cardenal Angelo Amato -actual Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, que ya tiene 78 años- y este podría materializarse en la persona del arzobispo Angelo Becciu, el ahora sostituto o vice Secretario de Estado del Vaticano. Esta reestructuración se completaría con el nombramiento del arzobispo Gabriele Caccia, el hasta ahora nuncio en el Líbano, como nuevo vice de Pietro Parolin.
Pero quizás la designación que más impacto tendría en el Vaticano sería la del cardenal Christoph Schönborn como nuevo Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, especulación que viene cobrando verosimilitud por al menos dos razones: por un lado, la confianza que el Papa Francisco le sigue otorgando y, por otro, la jubilación, hace ya unas semanas, del cardenal Karl Lehmann como arzobispo de Maguncia, ciudad que podría ser el nuevo destino del cardenal Gerhard Müller.
Que Müller regresara a casa podría interpretarse como castigo, pero el purpurado alemán no necesariamente lo tomaría como tal: el arzobispado de Maguncia sigue siendo un puesto de prestigio en la iglesia alemana y, es más, Müller hizo su doctorado con Lehmann en la universidad de la capital del estado de Renania-Palatinado.(RELIGION DIGITAL)
