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Los líderes religiosos de Turquía condenan el terror y la violencia
18 - 07 - 2016 - CULTURA - Política

Los representantes de la comunidad hebrea, cristiana y musulmana firmaron una delcaración conjunta: «Que Dios proteja a nuestra nación y a la humanidad entera». Desde las mezquitas, entre las oraciones, los imanes invitaban a todos a manifestar su apoyo al gobierno; el Patriarcado Ecuménico ofrece disposiciones de precaución a sus fieles

«El terror y la violencia, provengan de donde provengan, nunca pueden ser defendidos ni considerados legítimos. Matar a una persona es como matar a toda la humanidad, y no es aceptado por los creyentes». Son las palabras de la declaración conjunta que firmaron hoy 15 de julio diferentes líderes religiosos de Turquía: el Director de los Asuntos Religiosos (Diyanet) Mehmet Görmezil, el Patriarca Ecuménico de Constantinopola Bartolomeo, el jefe de los rabinos turcos Rav Izak Haleva, el Patriarca de los armenios Aram Ateşyan, el líder de la Comunidad asirio-católica Yusuf Çetin y el Patriarca asirio-católico Yusuf Sağ. «Nosotros, como representantes de los ciudadanos hebreos, cristianos y musulmanes, junto con nuestras comunidades –continúa la declaración– nos encontramos en un estado de profunda tristeza debido a los incidentes de terror que disturbaron la paz en nuestra bellísima nación y en el mundo, y que provocaron un gran dolor arrancando la vida de muchos seres queridos de nuestros ciudadanos».

Además, afirman los líderes religiosos turcos, «haremos todo lo posible para prevenir el terror y la violencia y para que prevalezcan el amor y la justicia en nuestro país y en el mundo entero. Que Dios proteja a nuestra nación y a la humanidad entera».

En Turquía el día de hoy comenzó con una calma tensa. Todos saben que Erdogan retomó las riendas de la situación, pero hay que ver cómo evolucionará y cuáles serán las consecuencias del golpe fallido. Sin embargo, aumenta el malestar, incluso debido a las consecuencias de las guerras que sacuden al Medio Oriente, y se trata de un incendio que podría propagarse. Es lo que afirmó desde Iskenderun a los micrófonos de la Radio Vaticana el vicario apostólico de Anatolia, monseñor Paolo Bizzeti. El religioso subraya también que la confrontación se está volviendo cada vez más áspera entre los que quieren un laicismo más decidido, como los militares, y los que presionan para una mayor islamización de la sociedad turca. El último balance después del fallido golpe de Estado de ayer es de 190 muertos y 2.893 militares arrestados.

«Aunque la gran mayoría de las personas es seguramente pacífica y vive tranquilamente –añadió el vicario apostólico–, no se puede negar que (en estos últimos tiempos) se ha practicado una política del odio, del enfrentamiento, y esto, evidentemente, en cierto momento lleva a una explosión mayor. Creo que, sinceramente, lo único inteligente que hay que hacer es no exasperar los tonos, para poder volver a encontrar la mínima calma necesaria con el objetivo de comprender las razones de la insurgencia: una insurrección, cuyas dimensiones no se conocen todavía, indica seguramente un malestar». Y «el arma del diálogo», concluyó, «es la única que puede garantizar una convivencia civil. Entonces, por parte de la Iglesia, creo que será unánime el testimonio de que, justamente, hay que bajar el tono y que hay que tratar de comprender cuáles son las causas de este malestar».

«Esta noche, durante toda la noche –dijo a la agencia vaticana Fides el padre Paolo Pugliese, fraile capuchino que desempeña su servicio pastoral en la parroquia católica de Antakya– desde los altavoces de las mezquitas, además de las oraciones, los imanes invitaban a todos a salir a las calles para manifestar su apoyo al gobierno y al Presidente Recep Tayyip Erdogan». El testimonio que proviene de la ciudad, capital de la provincia de Hatay (en la frontera con Siria), confirma que también en los centros urbanos menores de Turquía hubo manifestaciones en contra del golpe de Estado que trataron de llevar a cabo algunos sectores de las fuerzas armadas turcas ayer por la noche. También en Antakya una parte considerable de la población salió a las calles del centro gritando consignas y tocando los clacsons, pero no hubo disparos.

Fuentes del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla también refirieron a la agencia Fides que en las horas en las que se estaba llevando a cabo el fallido golpe de Estado, el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomeo (que se encuentra en el extranjero para pasar un periodo de reposo) envió un mensaje a las personas (eclesiásticos y laicos) que están actualmente en la sede patriarcal a orillas del Cuerno de Oro, en Estambul, ofreciendo disposiciones de precaución sobre cómo comportarse y cómo afrontar la situación. (VATICAN INSIDER)