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Travesuras en un campamento de verano
28 - 06 - 2016 - EMERGENCIA ANTROPOLOGICA - Vida

Otra prueba –si cabe aún más perturbadora- que evidencia el silenciado tráfico de los órganos de bebés abortados en Estados Unidos. Una práctica que involucra a distintos centros abortistas del país y que es respaldada por el gobierno de Obama.

La misma comisión de investigación del Congreso de EEUU que sacó a la luz los precios que los centros abortistas adjudicaban a cada uno de las partes de los fetos abortados para su posterior venta, ha publicado un nuevo informe en el que se demuestra como un centro del estado de Texas ha proporcionado cerebros de bebés abortados a un campamento de verano para jóvenes en Nuevo México.

Se trata de una de otra prueba –si cabe aún más perturbadora- que evidencia el silenciado tráfico de los órganos procedentes de los bebés abortados en Estados Unidos. Una práctica que involucra a distintos centros abortistas del país y que es respaldada por el gobierno de Obama.

El cerebro, las extremidades o el tejido fetal son las partes más requeridas dentro de este aterrador negocio de la muerte, desenmascarado en más de una ocasión gracias a distintos informes que confirman que en numerosas clínicas abortistas –en especial Planned Parenthood- se viola la ley federal que prohíbe la venta de órganos humanos.

Menores diseccionan cerebros de bebés abortados

El cerebro, las extremidades o el tejido fetal son las partes más requeridas dentro de este aterrador negocio de la muerte, desenmascarado en más de una ocasión gracias a distintos informes que confirman que en numerosas clínicas abortistas –en especial Planned Parenthood- se viola la ley federal que prohíbe la venta de órganos humanos.

Este nuevo informe señala que la “University of New Mexico” adquirió cerebros de bebés abortados procedentes del centro abortista “Southwestern Women’s Options” para utilizarlos en un campamento de ciencias en el que los estudiantes pudieron diseccionarlos en uno de los cursos que ofrecía dicho campamento.

En una de las pruebas, se puede leer como el personal de la universidad pide al centro abortista “cerebros en buen estado para ser diseccionados por los estudiantes del campamento de verano”, un cursillo ofrecido por la facultad de Ciencias de la Salud de la universidad para alumnos de secundaria y bachillerato – probablemente sin su conocimiento o aprobación- interesados en estudiar una carrera de ciencias.

Otra de las terribles y desgarradoras pruebas presentadas por la Comisión de Investigación describen como el personal del centro abortista detallaba de dónde procedían los órganos: “Bebé intacto abortado de 30 semanas, un bebé con síndrome de Down, dos gemelos y una niña con el labio y el paladar hundido”.

(Fuente: Infovaticana)