Llamar a alguien Jaime, por ejemplo, cuando él se hace llamar María, podrá ser una razón para pasar dos años entre rejas. Esto es lo que ampara el proyecto de ley canadiense que podría ser aprobado en los próximos meses.
Este totalitarismo disfrazado de ley, persigue acabar con la denominada “transfobia”, algo que nos vuelve a demostrar que la ideología de género no solamente busca la aceptación y la tolerancia, sino que pretende adoctrinar y castigar a todo aquel que no obre según sus reglas.
“Como sociedad, hemos avanzado en el reconocimiento y protección de los derechos legales de la comunidad LGTB. Sin embargo todavía hay mucho que hacer, todavía hay gente que sigue discriminando a aquellos que simplemente son quienes quieren ser, y es algo inaceptable”. Estas son las palabras del primer ministro Justin Trudeau, impulsor de este proyecto de ley que obliga a los canadienses a doblegarse ante la doctrina de la ideología de género.
Dicho proyecto de ley propone “añadir la identidad de género y la expresión de género dentro de la lista de los terrenos prohibidos para la discriminación”. En el caso de que se aprobara, cuando una mujer afirme sentirse como un hombre, deberá ser tratada como tal. Si por el contrario cualquier individuo decide tratarle de acuerdo con su sexo biológico, podría acabar cumpliendo pena de cárcel.
(Fuente: Infovaticana)