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Kaessmann: este Papa es un reformador
07 - 05 - 2016 - INTERRELIGIOSO - Luteranos

El ecumenismo vive un momento «muy bueno», incluso gracias a Papa Francisco, un «reformador» que está cerca de las personas y que es capaz de hacer gestos apreciados en el mundo reformado, como el viaje a Lampedusa. Palabra de obispa luterana, la alemana Margot Kaessmann, embajadora para el año luterano de la Iglesia Evangélica de Alemania.

Kaessmann,  inauguró un congreso internacional e interconfesional (católico-luterano) en el Pontificio Ateneo San Anselmo como parte de los preparativos para el 500 aniversario de la Reforma de Martín Lutero en 2017.

Los quinientos años de la Reforma luterana, por una parte; por otra, la presencia de un Papa comprometido en una reforma de la Iglesia católica y en el diálogo con las demás confesiones cristianas. ¿Se trata de un momento especial para el ecumenismo?

Driía que sí: este Papa es un reformador en su Iglesia y creo que Martín Lutero era un reformador en su Iglesia, quiería reformar su Iglesia católica romana. Nos encontramos en un muy buen momento desde el punto de vista ecuménico, porque ecumenismo por una parte significa discusiónsobre la Iglesia, la eucaristía, el bautismo, los ministerios, y, por otra, significa actuar como cristianos en el mundo, y ya estamos muy cerca en este ascpecto.

¿Constituye para ustedes un problema que el Papa provenga de una orden religiosa, los jesuitas, que nació en el siglo XVI como respuesta a la Reforma protestante o como respuesta a la crisis de la Iglesia católica?

En cierto sentido, san Ignacio de Loyola también quería reformar la Iglesia. Yo creo que no es ningún problema. El Papa, con sus orígenes latinoamericanos, tiene una visión muy diferente sobre el mundo y muchos luteranos o personas de las Iglesias reformadas están muy entusiamadas de que vaya a Lampedusa, de que lave los pies a personas pobres en una cárcel, de que vaya hacia la gente. No es un problema que sea jesuita, la oportunidad es que se trata de un Papa que está cerca de las personas.

¿Los problemas en el diálogo ecuménico nacen de las diferencias entre las Iglesias cristianas o más bien en los sectores conservadores que cada una de estas Iglesias tiene en su interior?

Obviamente hay “hardliners” y fundamentalistas en todas las religiones y en todas las denominaciones. Pero, por ejemplo, en Alemania, a nivel parroquial, las personas no quieren que el ecumenismo noshaga a todos iguales: sería aburrido. Podemos seguir siendo diferentes, pero en el respeto de las diferencias, sobre todo en las sociedades secularizadas de Europa, el deseo de decir: somos diferentes en algunas convicciones teológicas, pero estamos más cerca unos a los otros de lo que estamos con los ateos o con personas de otras religiones. Esta, para mí, es la gran oportunidad del ecumenismo. Claro, las fuerzas conservadoras de cada Iglesia y de cada religión no adoran el diálogo, porque el diálogo significa siempre afirmar: ‘La verdad sobre Dios es mi verdad’, pero tal vez otro encuentre otra verdad sobre Dios, y esto es tolerable.

Para extender el discurso a los ortodoxos, ¿según su opinión, la buena relación que Papa Francisco tiene con el Patriarca ecuménico de Constantinopla, Bertolomeo, y el encuentro histórico que tuvo con el Patriarca de Moscú y de todas las Rusias, Kirill, demuestra que el diálogo ecuménico se concentra principalmente en cuestiones concretas, como la migración o la secularización de la sociedad, y no tanto en cuestiones teológicas fundamentales?

Puede ser cierto que el diálogo sea diferente si consideramos las cuestiones del mundo y la maera en la que los cristianos deberían actuar en el mundo. Pero, con respecto a la Iglesia ortodoxa, y en particular a la Iglesia ortodoxa rusa, hay que decir que la Iglesia católica y la Iglesia luterana están cada vez más cerca, porque ambas vivieron la época de la ilustración. Creo que la Iglesia ortodoxa rusa todavía no está lista para aceptar que vivimos en una sociedad secularizada. Para mí, este es un tema importante, porque tengo la impresión de que la ortodoxia rusa todavía razona en términos de Iglesia como parte del poder que guía un país, mientras que en la Europa occidental nos estamos alejando de esa concepción: la Iglesia no guía ningún país, la religión no guía un país.

En relación con la persecución de los cristianos, este Papa afirma que el martirio de los cristianos representa un signo de ecumenismo, porque los que persiguen a los cristianos no distinguen entre católicos, protestantes, ortodoxos. ¿Está de acuerdo?

En cierto sentido es triste, pero es cierto; queines persiguen a los cristianos no hacen distinciones entre católicos romanos, reformados u ortodoxos. Sin embargo, como cristianos debemos decir que si otros nos persiguen, nuestra respuesta no será la de perseguirles. Por ejemplo, cuando llegan refugiados a Europa, creo que no debemos distinguir si son cristianos, musulmanes u otra cosa, sino que la actitud cristiana, como dijo Jesús, es la de estar abiertos al extranjero, sea quien sea y provenga de donde provenga. Creo que la respuesta que debemos dar es no comenzar a hacer distinciones, como hacen algunos países radicales islámicos.

¿Qué significa para el mundo luteano el viaje de Papa Francisco a Lund, Suecia, para participar en el 500 aniversario de la reforma luterana el próximo 31 de octubre? ¿Usted cree que el Papa visite Alemania en 2017?

En Alemania, los periodistas me preguntan constantemente si el Papa irá a Wittemberg (la pequeña ciudad alemana desde donde partió la Reforma de Lutero, ndr.), y yo les digo que no es necesario: tendremos un aniversario de la Reforma en Alemania con los católicos, los ortodoxos y los menonitas, también tendremos momentos de diálogo con los hebreos y musulmanes. Esta es una celebración alemana y, por primera vez, no celebraremos al Lutero nacional alemán, sino global, abierta y ecuménicamente. La visita del Papa a Lund, según yo, es la consecuencia correcta. La que lo invitó fue la Federación Luterana Mundial; es el nivel justo. El Papa irá a Lund, será acogido por un arzobispo sueco y creo que será un buen signo a nivel global. Si el Papa viniera a Wittemberg, creo que se daría demasiada atención al Papa, y el aniversario de la Reforma en Alemania, según yo, es la oportunidad para que personas de Dios hablen de sufe en la sociedad secularizada alemana.

¿Qué puede aprender la Iglesia católica de la Reforma y qué puede aprender la Reforma de la Iglesia católica?

Preguntarse qué es lo que podemos encontrar en otra Iglesia que nosotros no tenemos, en mi opinión, es una buena actitud. Lo que yo admiro de verdad en la Iglesia católica romana es que mantiene la unidad global de la Iglesia, a pesar de todas las diferencias al respecto en su interior, porque es mucho mejor para enseñarle al mundo global cuál es la Iglesia. Los luteranos y los reformados pueden aprender de los católicos a no separarse tan fácilmente. Creo que lo que la Iglesia católica podría aprender de la Iglesia luterana, por ejemplo, es que las mujeres pueden ser sacerdotes, obispos, y, si tuviéramos un Papa, también Papas, porque para nosotros el bautismo es el sacramento clave y quien ha sido bautizado, como decía Lutero, puede ser sacerdote, obispo o Papa. No hay que temer a las mujeres, laicas u ordenadas, ayudan a la Iglesia a estar más cerca de las personas.


En el Pontificio Ateneo San Anselmo, en el Aventino, Margot Kaessmann, teóloga y obispa, inauguró ayer el congreso titulado “Signos de perdón – Caminos de conversión –Prácticas de penitencia: una Reforma que interpela a todos”. El congreso concluirá mañana, seis de mayo, con la relación de la profesora Susan Wood, sobre el tema “Del conflicto a la comunión” (VATICAN INSIDER)