La Marcha por el derecho a la Vida y a la familia -liderada por la plataforma Unidos por la Vida- cumple ya su décima edición. Desde que en 2006 la Corte Constitucional de Colombia legalizó el aborto para casos de violación, riesgo de la vida de la madre y malformaciones congénitas del no nacido, organizaciones pro vida han salido a la calle para defender a aquellos que no tienen voz.

Asimismo, el pasado mes de abril se aprobó en el país colombiano el matrimonio homosexual y, por ello, la gente ha salido de nuevo a la calle para defender el valor inquebrantable de la familia cristiana.

“A pesar del paso del tiempo y de los esfuerzos para imponer en nuestra sociedad una cultura dispuesta a sacrificar la vida de los más débiles y vulnerables, la sociedad colombiana se resiste y proclama que la vida debe respetarse y defenderse desde el vientre materno hasta su muerte natural”, han defendido los organizadores de la marcha por la vida.

“Es una realidad que no se está garantizando el derecho humano básico y fundamental a la objeción de conciencia. Además, para las mujeres valientes que perseveran en el amor y el respeto por su hijo, el Estado no ofrece apoyo ni acompañamiento”.

“¡No queremos un colombiano más abortado, eliminado violentamente sin ninguna oportunidad, no queremos que nuestras mujeres se sientan solas o abandonadas, ni familias destruidas!”, concluyen los colombianos defensores de la vida.

(Fuente: Infovaticana)