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De 80 paĆ­ses llegaron terroristas a Siria
17 - 11 - 2013 - DESAFIOS - Otros

Una guerra armada y sostenida desde afuera en que prima el "negocio de la destrucción" o sea el de las armas "comercio de muerte" y nada más. "No es verdad que exista una oposición política que exiga reformas" concluye el Obispo de Alepho.  Para "reconstruir el país" llegaran después los mismos que hoy financian el terror y cobrarán caro expoliando recursos naturales. 

Las incursiones bélicas de los poderosos de accidente no son cruzadas de solidaridad para con los indefensos del  mundo, no hace falta esperar un lejano juicio de la historia para ver con cierta claridad que de ningún modo sus motivaciones son "humanitarias" sino sencilla y burdamente se trata de negocios: negocios como inspiración, negocios como medio y negocios como finalidad. Negocio para unos cuantos con el costo de un terrible sufrimiento para millones. 

Es muy probable que después de la guerra en Siria se noten las secuelas incluso a nivel global, y en Occidente, del conflicto entre las diferentes religiones, con el islam radical como motor del movimiento. Es esclarecedor un concepto que expresó monseñor Giuseppe Nazzaro, obispo de Aleppo, quien criticó con fuerza las coberturas que ofrecen los medios de comunicación internacionales: «Me parece inadmisible que nos contentemos con las patrañas que nos dan ciertas televisoras y ciertos periódicos; la realidad es diferente. Se están matando entre dos frentes, la oposición que había exigido las reformas ya no existe. Hoy en Siria hay terroristas que provienen de 80 países. Les interesa solamente vender armas y que venza la destrucción».

Es particularmente interesante la cifra: 80 países. Entre estos está Rusia, con sus regiones de fuerte presencia islámica (como Daghestán), pero también algunas provincias del Cáucaso septentrional. Existe incluso el temor de que pueda haber atentados en Sochi en febrero del año próximo, en ocasión de los Juegos Olímpicos invernales. Putin declaró que la vuelta a Siria de militantes islamistas es una «amenaza real», y firmó una ley para permitir encarcelar a los que fueron a entrenarse a la guerra en Siria y después vuelven a Rusia. «Los grupos de fundamentalistas no surgieron de la nada, y no desaparecerán con el viento», afirmó el mandatario ruso.

Una parlamentaria británica, Fiona Bruce, subrayó que «musulmanes occidentales han ido a combatir al lado de los jihadistas en Siria [...] convirtiéndose en potenciales jihadistas a su regreso a casa. Los países occidentales no están afrontando suficientemente este problema».

Se está preparando un “efecto Afganistán”, con el nacimiento y el refuerzo de grupos terroristas que al principio recibían ayuda (como sucedió con los mujaedines en la época de la invasión soviética) de los Estados Unidos y que después se salieron de control, con las consecuencias que conocemos. No se puede excluir este escenario, a la luz de lo que está sucediendo en Irak y en Libia, en donde ha habido intervenciones armadas internacionales .

El precio lo están pagando los sirios. Y, en particular, los habitantes de Aleppo. «En Aleppo no hay agua, luz, gasóleo, gasolina. La población se está preparando para afrontar otro invierno con el frío y el hielo, porque la tempreatura desciende bajo cero», dijo mons. Nazzaro. ¿El motivo? «Los terroristas impiden que lleguen las provisiones a la ciudad». «Me pregunto quién habrá querido llegar a tanto. Todo el mundo se debe plantear la cuestión y dar una respuesta. Estamos haciendo sufrir a un pueblo entero; las familias han sido arrancadas de sus casas. Y los prófugos aumentan; por lo que sé, hasta noviembre de 2012 no llegaban prófugos sirios a las playas de Sicilia o a Lampedusa. Los prófugos los estamos creando nosotros, con la venta de armas a los terroristas».

«Cuando acabe la tragedia –declaró el obispo–, después de haber vaciado los arsenales y puesto a trabajar la propia industria, se presentarán para reconstruir la Nación. Pero con un precio que pagar: si no habrá dinero disponible, se ajustarán llevándose lo que encuentren, sea petróleo o gas. Sin recursos, el pueblo será esclavizado. Esta –concluyó–, según yo, es neocolonización».(Mario Tosatti- Vatican Insider)