Durante las décadas de 1950 y 1960 del siglo pasado, el puerto mexicano de Acapulco, impulsado por Hollywood, se convirtió en uno de los destinos turísticos más codiciados del mundo. Las películas y las inversiones llegaron de la mano.

Pero Acapulco ha dejado de ser una perla mexicana en las costas del Océano Pacífico para convertirse en una especie de sucursal del infierno. Tanto así que los sacerdotes de la arquidiócesis, a cuyo frente se encuentra monseñor Carlos Garfias Merlos, han aceptado iniciar una serie de cursos preventivos para saber qué hacer con los fieles en caso de que se desate una balacera, al interior o al exterior de los templos.

La segunda ciudad más violenta del mundo

Acapulco no solamente ha sido golpeada por los recientes huracanes que azotaron a México y dejaron más de un millón de personas damnificadas. También ha sido azotado por el hampa. Y ha ido perdiendo el crédito internacional que tenía hasta encontrarse con problemas graves en su economía.

Durante el año 2012, Acapulco se colocó como la segunda ciudad con mayor índice de asesinatos a nivel mundial, sólo después de San Pedro Sula, en Honduras.

Mientras que ésta ciudad hondureña alcanzó –por segundo año consecutivo—el primer sitio en el tablero las 50 ciudades más violentas del mundo, con una tasa de 169 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes, Acapulco correspondió el segundo sitio con una tasa de 143 en 2012 y a Caracas el tercer sitio, con una tasa de 119 homicidios dolosos por cada cien mil habitantes.

Cabe destacar que, además de Acapulco, entre las urbes más violentas del mundo hay otras ocho ciudades mexicanas: Torreón (lugar 5); Nuevo Laredo (8); Culiacán (15); Cuernavaca (18); Juárez (19); Chihuahua (32); Victoria (36); y Monterrey (47), lo que coloca a México como el país con mayor número de ciudades violentas entre las 50 más violentas del mundo.

Sacerdotes capacitados para actuar

Por ese motivo se anunció el día de ayer que los sacerdotes de la arquidiócesis de Acapulco van a participar en talleres de capacitación para saber cómo actuar en caso de balaceras y proteger a los fieles que se encuentren en las inmediaciones o en el templo mismo

“En los talleres te presentan la circunstancia concreta y te dan la instrucción de cómo tranquilizar a las personas, ubicarlas en lugares seguros, pedirles que vayan a los lugares donde pueden tener mayor protección, cerrar las puertas”, dijo en conferencia de prensa el arzobispo de Acapulco, monseñor Carlos Garfias Merlos.

Como si se tratara de un estado de guerra permanente, se están realizando ya en diversas colonias del puerto; pero el objetivo es que todos los sacerdotes de la arquidiócesis reciban capacitación para asumir protocolos de seguridad, reporta el diario Reforma.

Asimismo, el arzobispo Garfias Merlos explicó que en varias parroquias se han establecido centros de escucha para víctimas de la violencia, en los que participa un psicólogo, un sacerdote y se prevé tener asesoría jurídica.(Jaime Septién- Aleteia)