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¿A quien decir mamá?
17 - 03 - 2016 - EMERGENCIA ANTROPOLOGICA - Familia

Los defensores de los vientres de alquiler aseguran que la paternidad corresponde a la familia contratante, sus detractores que la única madre legal debería ser la que gesta y da a luz al niño.

La madre subrogada– la que ha gestado al niño- debería ser reconocida como la única madre legal del niño por el hecho de haberlo gestado y dado a luz. Esta es la conclusión a la que llega el Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia, en un informe sobre maternidad subrogada.


La conclusión de este Observatorio de Bioética es que todas las medidas relativas a la maternidad subrogada, ya sean de alquiler o altruista, con o sin compensación económica, deberían orientarse a prohibir esta práctica.

 Los expertos analizan en su informe un documento de la Conferencia de Obispos de la Unión Europea (COMECE) titulado “Subrogación Gestacional. La cuestión europea y las reglas internacionales.” En este documento se explica que la maternidad subrogada hace referencia al acuerdo de una pareja con una mujer dispuesta a gestar y dar a luz casi siempre por medio de una remuneración. En el acuerdo, se establece que la pareja contratante se reserva el derecho a ser padres legales del niño.
Si bien se suele dar una compensación económica, la subrogación puede realizarse como donación. Sin embargo, advierte este informe, la donación es la modalidad menos frecuente en estos casos, aunque es muy utilizada por los promotores de la regulación de los vientres de alquiler.

En cuanto a los problemas éticos que este proceso conlleva, el principal es la utilización del niño como un producto que debe someterse a un estándar de calidad. El niño es tratado como un objeto de compra-venta y en muchos de los contratos se establece que la madre gestante deberá devolver el dinero si no logra dar a luz o el hijo no tiene las condiciones de salud establecidas.

Asimismo, tras el alumbramiento, el niño es brutalmente separado de la madre que le ha llevado en su vientre, cortando el lazo de apego que les une. Un hecho que, según los expertos, puede resultar seriamente perjudicial para la salud física y psíquica del niño.

¿Quién es la verdadera madre?
También las madres gestantes se encuentran con desprotegidas por esta práctica. Estas mujeres proveen a terceros de una función que normalmente se realiza en el ámbito privado y los contratantes adquieren un dominio sobre su cuerpo que conlleva grave problema moral. Los vientres de alquiler suponen una instrumentalización de la mujer que socava su dignidad.

En la práctica de los vientres de alquiler, la función materna queda dividida entre varias mujeres: la madre biológica, la que lo ha gestado y dado a luz y la encargada de su crianza. La legislación inglesa considera que la madre de la criatura es la que la ha llevado en su seno, que puede ceder su condición tras dar a luz.

El informe indica que se han dado casos en los que las madres gestantes han querido quedarse con el niño después de haber dado a luz, una realidad que ha provocado que las parejas contratantes reivindiquen sus derechos exclusivos como padres del niño. De darse este punto, se estaría reconociendo un falso “derecho al hijo”.

(Fuente: Infovaticana)