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IrĂ¡n, la misericordia detiene a los verdugos
13 - 03 - 2016 - CULTURA - Costumbres

En las familias iraníes aumentan los que prefieren perdonar a los asesinos, por lo que ha decaído la ley del talión. En sintonía con el espíritu del Jubileo

«¿Quieres ser feliz por un instante? Véngate. ¿Quieres ser feliz para siempre? Perdona», afirmó Tertuliano. Esta elección es la que están tomando cada vez más familias iraníes que deciden perdonar a los asesinos de los propios hijos, salvándolos de la pena de muerte.

El nuevo informe de la organización no gubernamental Iran Human Rights contiene una «buena noticia, que muestra el rostro misericordioso de las familias iraníes. Perdonar al asesino del propio hijo no es simple. Es un gesto que está en plena sintonía con el espíritu de la misericordia, central en la predicación de Papa Francisco», observó en una conversación con Vatican Insider Mahmood Amiry-Moghaddam, iraní en el exilio y vocero internacional de Iran Human Rights. «Hay un movimiento del perdón que se está abriendo camino en la sociedad iraní, y que da muchas esperanzas», explicó.

«Recordamos con alegría y hemos difundido y retomado ampliamente las palabras y los recientes llamados de Papa Francisco sobre la misericordia, en este año especial para los católicos, y sobre la necesidad de abolir la pena de muerte en el mundo. Esperamos que este llamado pueda ser recibido también por las autoridades iraníes, por lo menos para una moratoria sobre la pena capital», observó.

Los datos que ha difundido el nuevo informe de Iran Human Rights, que fue presentado también en Roma, indican un récord de ejecuciones capitales en 2015 en el país: 969 personas fueron ajusticiadas, con un aumento del 29% con respecto al año anterior. Entre los condenados fueron 638 las personas ejecutadas por delitos de droga y 207 por homicidio. Los detenidos ejecutados públicamente fueron 57: Acabaron en el patíbulo 3 menores de edad y 19 mujeres.

«En promedio fueron ejecutadas entre dos y tres personas al día, con un pico de 139 personas en el mes de junio», indicó Amiry-Moghaddam. En esta fase de renovada apertura internacional del país, mientras cientos de empresas de todo el mundo están retomando relaciones comerciales con Irán, la ong expresó la esperanza de que «las instituciones internacionales, la Unión Europea, Italia, el Vaticano, puedan expresar al presidente Rouhaní y a los miembros de su gobierno su desilusión por el gran número de ejecuciones, presionando para una moratoria».

Hay que recordar que el número de delitos castigables con la pena de muerte en Irán es uno de los más elevados del mundo: se puede llegar al patíbulo por acusaciones como adulterio, incesto, violación, pero también por poseer o vender sustancias ilegales, por homicidio premeditado, fraude, tráfico de personas y, después de la cuarta condena, por robo. A nivel religioso, la pena capital puede llegar por insultos al profeta Mahoma y a los demás grandes profetas, por los delitos de “Moharebeh” («declarar la guerra a Dios») y de “i ifsad-fil-arz” («corrupción en la tierra»).

El informe que ha dado a conocer Iran Human Rights concentra su atención sobre las ejecuciones por los delitos de droga, que representan el 66% del total. Pero las ejecuciones no han tenido ningún efecto en el tráfico de drogas, puesto que los problemas relacionados con los estuperfacientes han aumentado.

En este contexto se sitúa la renovada y valiente sensibilidad de la población iraní, de los ciudadanos musulmanes chiitas y que pertenecen a otras minorías religiosas, de elegir no la venganza, sino el perdón.

Según las autoridades iraníes, de hecho, la “quisas” («ley del talión») es un derecho privado que las autoridades no pueden negar o controlar. Los parientes más cercanos de una víctima de homicidio (y que sean mayores de edad) pueden decidir si el culpable debe ser ejecutado o no. En 2015 los casos en los que se decretó el perdón fueron 262, frente a los 207 casos de ejecución en los que se aplicó la ley del talión.

El 6 de mayo de 2015, en Shiraz, el padre de una víctima de homicidio perdonó al asesino de su hijo y logró salvarle la vida pocos minutos antes de la ejecución. La víctima era un oficial de la seguridad, que fue asesinado en 2010. Y en 2014 dio la vuelta al mundo un caso semejante, en el que dos madres, conmovidas, se abrazaron y consolaron recíprocamente: una era la madre del asesino, la otra era la madre de la víctima, que había concedido el perdón.

En los últimos tres años, indicó Mahmoud Amiry-Moghaddam, «el movimiento del perdón ha aumentado de manera significativa. Los grupos de la sociedad civil han jugado un papel importante en este progreso».

Según la magistratura iraní, el número de los casos de perdón entre marzo de 2013 y marzo de 2014 fueron 375; mientras que durante el año siguiente fueron 395. Entre marzo de 2015 y septiembre de ese mismo año hubo 251, con un aumento significativo en la tendencia de la «misericordia entre privados». Y esa que va naciendo desde abajo podría contagiar a todo el país. (PAOLO AFFATATO-VATICAN INSIDER)