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Obispos filipinos: los mejores alumnos del Papa
26 - 02 - 2016 - IGLESIA - Asia

Han animado a los fieles al uso de anticonceptivos "en las circunstancias que inviten a un replanteamiento de la prohibición". Tal como ha dado a entender el Papa al ser preguntado acerca del virus Zika.Artículo de Sandro Magister 

En el precedente servicio se ha analizado la respuesta dada por el Papa Francisco durante la rueda de prensa en el vuelo de vuelta de México a Roma sobre el uso de anticonceptivos:

> Pablo VI y las religiosas violadas en el Congo. Lo que ese Papa nunca dijo

Sin embargo, no se ha mencionado la pregunta planteada por la periodista española Paloma Garcia Ovejero, de la red radiofónica católica COPE, a la que el Papa ha respondido.

Una pregunta no genérica, sino que hace referencia a un caso muy concreto:

"Santo Padre, desde hace algunas semanas hay mucha preocupación en diversos países latinoamericanos, pero también en Europa, por el virus Zika. El riesgo mayor sería para las mujeres embarazadas: hay angustia. Algunas autoridades han propuesto el aborto o evitar el embarazo. En este caso, ¿la Iglesia puede tomar en consideración el concepto de 'mal menor'?".

En su respuesta Francisco no ha hecho referencia explícita alguna al caso Zika. Sin embargo, ha recordado el ejemplo de otra "situación difícil", en África, cuando "Pablo VI permitió a las monjas usar anticonceptivos para casos de violencia".

Pablo VI, en realidad, no concedió en absoluto ese permiso, ni lo negó, ni las violaciones temidas por las religiosas congoleñas tenían realmente que ver con los actos conyugales objeto del magisterio de la Iglesia.

Pero al plantear dicho ejemplo Francisco ha dado a entender, efectivamente, que se permiten excepciones a la condena –formulada por la "Humanae vitae" del propio Pablo VI y confirmada por el Catecismo de la Iglesia católica– de "toda acción que, o en previsión del acto conyugal, o en su realización, o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga, como fin o como medio, hacer imposible la procreación".

No solo. Respecto a estas excepciones, lo que Francisco no ha dicho de forma explícita otros lo han dicho en su nombre.

El primero, el 19 de febrero, ha sido el padre Federico Lombardi, en una entrevista a la Radio Vaticana en la que comentaba y aclaraba las respuestas del Papa en el avión:

> P. Lombardi commenta i temi affrontati dal papa con i giornalisti

El director de la sala de prensa de la Santa Sede no sólo se ha referido explícitamente al "riesgo del virus Zika" como a uno de los "casos de particular emergencia y gravedad" en los cuales hay que valorar "la posibilidad de recurrir a la anticoncepción o preservativos" con "un discernimento de conciencia serio", sino que lo ha asociado a otros dos casos en los que los anticonceptivos estarían permitidos: el ya citado por Francisco de las religiosas del Congo y otro que habría autorizado Benedicto XVI, "a propósito del uso de los condones en situaciones de riesgo de contagio, por ejemplo, del SIDA".

Ambos casos han sido impropiamente asociados por el padre Lombardi al riesgo del Zika, siendo ambos de naturaleza distinta, tal como ha documentado el anterior servicio de www.chiesa.

Pero en la opinión pública el impacto de estas palabras del Papa y de su portavoz ha sido inequívoco: el no de la Iglesia a los anticonceptivos ya no es un dogma y ha llegado el tiempo de dar espacio a las excepciones. Sin dudarlo, el "New York Times" ha titulado: "Francisco dice que la anticoncepción puede ser usada para contrarrestar el Zika".

En la Iglesia, han dado prueba clarísima de este impacto los obispos de Filipinas el 20 de febrero con un mensaje dirigido a los fieles en nombre de la conferencia episcopal y firmado por su presidente, el arzobispo de Lingayen-Dagupan, Socrates B. Villegas.

He aquí el texto íntegro del mensaje, titulado "Verdad con amor y misericordia":

"Tenemos conocimiento de la rueda de prensa del Papa Francisco durante su vuelo de vuelta a Roma tras su histórico viaje a Cuba y México. Se le preguntó sobre el virus Zika y la posibilidad de que las mujeres embarazadas que sufren esta enfermedad recurran al aborto.

"El Santo Padre ha sido muy claro e inflexible sobre el mal del aborto. Y nosotros, vuestros obispos, reiteramos la enseñanza de la Iglesia: no importa que el niño en el seno materno tenga alguna enfermedad o deformidad, nunca puede ser moral acabar deliberadamente con una vida humana. ¡No nos toca a nosotros juzgar quien debe vivir y quien debe morir!

"Después ha afirmado la idea de que el mal de la anticoncepción no tiene la misma magnitud que el mal del aborto. Claramente, este es un razonamiento moral correcto. El mal de robar un par de pesos no puede compararse con el mal de saquear. El Papa no ha cambiado en absoluto la enseñanza de la Iglesia sobre lo inaceptable de los medios artificiales de anticoncepción.

"Sin embargo, de manera útil ha recordado dos importantes preceptos morales. En primer lugar, pueden existir circunstancias que invitan a un replanteamiento del juicio sobre los medios artificiales de anticoncepción. Segundo, el apremio de la conciencia debe ser constantemente escuchado siempre y cuando se hagan todos los esfuerzos posibles para formarla adecuadamente.

"Estas posiciones no son en absoluto nuevas. Siempre han formado parte de la teología moral católica y pertenecen al tesoro del patrimonio de la Iglesia en la ética del cuidado de la salud.

"De nuevo, el Papa ha demostrado su sensibilidad hacia situaciones humanas complejas, haciendo que el mundo vea el rostro misericordioso de la Iglesia -que es sacramento de un Señor de misericordia- puesto que ha seguido siendo el servidor fiel del mensaje del Evangelio".

Este texto requiere una apostilla.

En Filipinas desde hace dos años está permitido y promovido por la ley el uso de anticonceptivos.

Los obispos del país habían combatido durante mucho tiempo contra la aprobación de esta ley sobre la "salud reproductiva", fuertemente deseada por el presidente Noynoy Aquino, católico.

Pero precisamente en la vigilia del viaje de Francisco a este país, en enero de 2015 (ver foto), salió un libro que criticaba totalmente la batalla librada por los obispos. Un libro cuya lectura el padre Lombardi recomendó a los periodistas que iban a seguir el viaje papal.

El autor era un apreciado jesuita, Pierre de Charentenay, anteriormente presidente del Centre Sèvres, el instituto de estudios superiores de la Compañía de Jesús en París, como también del 2004 al 2012 de la revista de los jesuitas de Francia, "Études". A partir de 2014 entró a formar parte del grupo de escritores de "La Civiltà Cattolica", la revista de los jesuitas de Roma impresa con el control previo de las autoridades vaticanas y dirigida por un hombre muy cercano al Papa actual, el padre Antonio Spadaro.

Pues bien, entre las acusaciones que el padre de Charentenay dirigía a los obispos de Filipinas estaba la de ser cerrados y atrasados, no solo respecto al empuje de la modernidad sino también a las solicitaciones de Francisco.

En este servicio de www.chiesa fueron reproducidas las páginas del libro del padre de Charentenay más críticas contra la resistencia de los obispos filipinos a la ley pro anticoncepción:

> Los obispos de Filipinas abofeteados. Examinados y rechazados (27.1.2015)

Hoy, un año después, parece que esos obispos han aprendido la lección y han superado con el máximo de la nota el examen sobre los anticonceptivos.

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El mensaje de los obispos filipinos en el portal de su conferencia episcopal:

> Truth with Love and Mercy

La transcripción íntegra de la rueda de prensa del Papa Francisco en el vuelo de vuelta de México a Roma:

> Conferencia de prensa del Santo Padre, 17 de febrero de 2016

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Traducción en español de Helena Faccia Serrano(CHIESA)