El ministro está dispuesto a impulsar “a toda costa” la denominada ley Cirinnà a través de la cual se aprueba la unión civil entre personas del mismo sexo en Italia.

Así lo ha confirmado en numerosas entrevistas el líder del Partido Democrático tras pedir “el voto de confianza” de los parlamentarios a raíz de las manifestaciones en favor de la familia y de las numerosas críticas procedentes, incluso, de los barones de su propio partido y de los líderes del gobierno de coalición.

Tras dos años de negociaciones y de reediciones constantes del texto, la iniciativa del Partido Democrático podría ser aprobada esta semana en el Senado. Sin embargo, necesitarán el apoyo de 49 parlamentarios si quieren aprobar el proyecto de ley después de que el líder del Movimiento Cinco Estrellas, Beppe Grillo, decidiera romper su compromiso y dar ‘libertad de conciencia’ a sus senadores para votar la propuesta.

En el caso de que Renzi obtenga la ajustada mayoría en la Cámara Alta, la iniciativa pasará a ser debatida en el Parlamento donde el Partido Democrático sí goza de los apoyos necesarios para promulgar la ley. Una regulación que urge a la formación de gobierno después de que el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo condenara a Italia el pasado julio por no reconocer el matrimonio de parejas del mismo sexo.

La polémica no ha estallado únicamente por la hipotética aprobación del matrimonio homosexual sino también por la incorporación en el proyecto de ley del artículo que contempla la ‘stepchild adoption’,-la adopción de los hijos del cónyuge- y que según los críticos, impulsaría la gestación subrogada.

La sonada iniciativa no ha hecho más que evidenciar la quiebra existente en las filas del Partido Democrático y dentro de un gobierno coaligado con formación Nuevo Centro Derecha (NCD). La votación en la Cámara Baja ha sido pospuesta hasta en tres ocasiones. Tanto es así que la pasada semana, el líder del grupo parlamentario del Partido Democrático en el Senado, Luigi Zanda, anunció que la votación se volvía a retrasar para abrir un periodo de reflexión entre las filas y ante el más que esperado voto en contra de los diputados de centroizquierda católicos.

Pero las voces discordantes también llegan desde el seno del Ejecutivo. El ministro del Interior, -procedente de las filas de la centro derecha-, Angelino Alfano, se ha mostrado en contra de la propuesta al señalar que los niños tienen la necesidad de tener un padre y una madre. “No es una batalla para hablar de vencedores y vencidos sino de sentido común. No a las adopciones ni a que sean considerados como matrimonio. Sí a que tengan más derechos”, ha asegurado el que fuera también ministro de Justicia durante el gobierno de Silvio Berlusconi en su perfil en redes sociales.

No obstante, llama la atención que el propio primer ministro, Matteo Renzi, se mostrara en 2007 en contra de un proyecto de ley presentado por el gobierno de Romano Prodi en el que también se pretendía legalizar la unión civil entre personas del mismo sexo. En esta ocasión, y dados los esfuerzos que destina a impulsar su ‘reforma estrella’, el líder del PD podría incluso abandonar la aprobación del artículo referido a la adopción con el fin de obtener el apoyo de sus aliados en el Congreso después de que Renato Schifani, expresidente del NCD y jefe del grupo popular en el Senado, impusiera las condiciones del partido para aceptar la ley Cirinnà. Schifani puntualizó, además, que en la redacción del texto debía quedar claro que las uniones entre homosexuales no pueden ser consideradas como una “familia” sino como “formación social específica”.

La sociedad italiana también ha mostrado la división existente entre aquellos que defienden la familia tradicional y los que temen que Matteo Renzi ceda a los “chantajes” de sus socios de gobiernoasí como de Forza Italia, Liga Norte y Hermanos de Italia, partidos conservadores que se han negado de forma rotunda a votar a favor de la ley.

El movimiento LGTB no aceptará la aprobación de la Ley Cirinnà si no alberga la denominada adopción porque auguran que su posterior incorporación será olvidada por el Ejecutivo una vez que pase la tormenta mediática. Por ello, no han dudado en impulsar una petición a través de Change.org, firmada por 400 personajes de relevancia a nivel nacional y que consiguió 30.000 firmas en tan sólo 24 horas.

Por su parte, más de un millón de personas se reunieron el pasado 30 de enero en una manifestación en el Circo Massimo para reivindicar el papel de la familia tradicional impulsada por los movimientos profamilia y organizaciones eclesiásticas.

(Fuente: Infovaticana)