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Cardenal Werl: la referencia ya no es el CIC sino el Evangelio
12 - 12 - 2015 - DESAFIOS - Pastorales

El cardenal de Washington, Donald Wuerl, dice en una entrevista concedida a Religion News Service y que ese medio titula “La Iglesia católica se mueve del legalismo a la misericordia”, que “El Papa Francisco ha cambiado el modo en que la Iglesia reflexiona sobre su ministerio pastoral”. 

A estas alturas, tras dos Sínodos de la Familia, ya hemos oído y leído de todo y nuestra capacidad de sorpresa está a niveles muy bajos. Lo confieso, me pilla un poco cansado y ya casi sin capacidad de reacción ante nuevas declaraciones desorientadoras. Prefiero dedicarme a aquellas, que también han brillado con fuerza, en las que la voz de la Iglesia y de su magisterio nos ha ayudado a comprender la belleza de los planes de Dios.

Pero a veces… A veces se cruza en tu camino unas declaraciones, en este caso del cardenal de Washington, Donald Wuerl, y la tentación es demasiado grande como para dejarlas pasar así sin más. Intentaré, eso sí, no extenderme demasiado.

Dice Wuerl, en una entrevista concedida a Religion News Service y que ese medio titula “La Iglesia católica se mueve del legalismo a la misericordia”, que “El Papa Francisco ha cambiado el modo en que la Iglesia reflexiona sobre su ministerio pastoral”. Y después aclara en qué consiste el cambio: “El marco de referencia ya no es el Código Canónico. El marco de referencia va a ser ahora ¿qué dice realmente el Evangelio aquí?”.


¡Acabáramos! 2.000 años obsesionados con el Código Canónico y dejando que el Evangelio acumule polvo, pero por suerte Wuerl nos anuncia que ahora ya sí, que por fin vamos a preguntarnos sobre lo que dice el Evangelio. ¡Menudo descubrimiento! Y esto lo dice un cardenal que el pasado 12 de noviembre cumplió 75 años y que lleva 25 años participando en sínodos de todo tipo. Sínodos en los que, se supone, en ningún momento se preguntó qué decían los Evangelios sobre los temas tratados, ya que si fuera así ya no estaríamos ante el “cambio de marco de referencia” copernicano que Wuerl nos anuncia. Pues que quieren que les diga, lo mínimo que se me ocurre es que ahora ya entiendo mucho de lo que ha ocurrido en la Iglesia durante las últimas décadas.
Luego sigue el cardenal Wuerl advirtiendo de que la discusión va a continuar (estamos ante un proceso que supera el Sínodo, de que el espectáculo de ver a obispos haciendo afirmaciones que distorsionan, cuando no niegan abiertamente lo que la Iglesia enseña, va a ser el nuevo modo de hacer las cosas. Y si algunos nos escandalizamos, viendo la confusión en que sumen a mucha gente y el daño que esto hace en las vidas de personas concretas a quienes conocemos, pues mejor que nos vayamos tomando tila. Porque el show ha empezado y “no vas a ser capaz de cerrar esa puerta en el futuro”. Y remacha: “este es el modo en que ahora la Iglesia se enfrenta al mensaje del Evangelio y a la condición humana”.

¿Reconocimiento de los errores y debilidades? ¿Propósito de no confundir más al pueblo fiel? ¿Un poquito de esa humildad que tanto predican? ¿Otro poquito de temor de Dios ante sus responsabilidades? Ni rastro.

Ya acabamos. El cardenal cierra su entrevista con aquello tan manido de que “si no eres capaz de llegar a una persona donde ella está, entonces no estás completando la enseñanza”. Otra de las cosas de las que nadie hasta ahora se había dado cuenta. Porque los santos, desde siempre, se han instalado en las sacristías y desde allí han dado discursos rimbombantes, y que los oiga quien pueda, que después están muy ocupados con reuniones y luego tienen gimnasio, yoga y no sé cuántas cosas más. ¡Cómo no nos habíamos dado cuenta! Aunque claro, quizás la clave está en lo que le anunciamos cuando hemos llegado donde está esa persona: que ya está bien ahí o que hay otro camino, el del Evangelio, que por mucho que nos quieran presentar como algo duro y tedioso sabemos que es el único camino a la felicidad.

Un último apunte: el cardenal Wuerl emplea a menudo términos propios de la política y la sociología. Por ejemplo cuando afirma que lo que ha pedido el Papa “es un proceso, no un sínodo”. Entenderán que, siendo catalán, cuando alguien habla de proceso doy un respingo. ¿Aquí también? ¿Es que en la Iglesia tendré que soportar otro proceso a ninguna parte repleto de trampas y falacias? Luego habla de “sinodalidad permanente”, ¿qué quieren que les diga?, a mí lo de permanente me suena a peluquería o a aquello de la revolución permanente de Mao. No sé a cuál de las dos se estará refiriendo el cardenal de Washington.(Jorge Soley Climent-INFOCATOLICA)