Los Obispos franceses, quienes reafirmaron que respetan las leyes del país, señalaron como "una ilusión y un error" el pensar que la marginación de la religión como un aspecto privado pueda conducir a la paz, ya que en su opinión la marginalización de la religión fomenta " la emergencia de corrientes fundamentalistas", por parte de comunidades que se sientan despreciadas, rechazadas o ignoradas a causa de las tendencias secularizantes.
Los prelados indicaron que llevó mucho tiempo encontrar un equilibrio justo a las normas establecidas en su momento, abiertamente anticatólicas, y que la iglesia durante décadas ha dejado de desafiar esta ley. Sin embargo, rechazaron con claridad la posición de quienes extienden la secularidad del estado y " les gustaría que la totalidad de la vida de la sociedad fuera laica y que los ciudadanos creyentes expresaran y vivieran su fe en un espacio estrictamente privado cada vez más reducido o incluso oculto".

"Nadie puede ignorar o rechazar el papel que la Iglesia ha cumplido y está cumpliendo en áreas clave de la vida de nuestro país a lo largo de su historia y en la actualidad", indicaron los Obispos, quienes destacaron la educación, la salud, la cultura, el compromiso social, el apoyo familiar, la presencia entre los jóvenes y la solidaridad como ejemplos del saludable trabajo de la iglesia en la dimensión social. "En el contexto particular de nuestro país hoy en día se tiene que permanecer vigilante en el ejercicio de la laicidad del estado y el respeto a las diversas creencias de los ciudadanos ".

Los obispos motivaron a "diseñar y construir el futuro de nuestro país con respeto a todos, reconociendo las aportaciones de toda la comunidad", al tiempo que pidieron la aplicación, con vigilancia y respeto, de la ley de 1905. "Es nuestro deseo, nuestra demanda y nuestro compromiso", concluyeron.

Con información de Conferencia de Obispos de Francia.(GAUDIUM PRESS)