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El otro Chiapas. Clero indígena sí, pero célibe
12 - 12 - 2015 - IGLESIA - América

De la leyenda a los hechos. En la diócesis mexicana que Francisco visitará en febrero han vuelto a florecer las ordenaciones sacerdotales, mientras se apaga la campaña por los sacerdotes casados. Una carta del obispo. Artículo de Sandro Magister en Chiesa.

 El obispo Felipe Arizmendi Esquivel, de San Cristóbal de Las Casas, en Chiapas, donde viajará el Papa Francisco a mediados de febrero, es uno de los muchos que han leído el precedente servicio de www.chiesa que interesa, precisamente, a su diócesis:

> El próximo sínodo ya está en construcción. Sobre los sacerdotes casados

Y en lo que atañe a lo que estaba escrito nos ha enviado información adicional y correcciones de notable interés.

Pero para entender su significado es necesario dar marcha atrás.

Durante los cuarenta años de episcopado del obispo Samuel Ruiz García -de 1959 al 2000-, la diócesis de San Cristóbal de Las Casas se convirtió en el terreno de experimentación al que se miraba desde muchas partes del mundo en vista de la creación de un clero indígena casado.

La etapa de pasaje ideada para acelerar esta meta fue la ordenación en esa diócesis de un número ingente de diáconos casados indígenas, para que pudieran ser ordenados también sacerdotes.

Sin embargo, desde Roma, siendo Papa Juan Pablo II, el experimento fue desaprobado. Y tras un estudio del caso confiado a los mayores dicasterios de la curia, el 20 de julio del año 2000 la congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos prohibió en la diócesis la ordenación de más diáconos, la última de las cuales había tenido lugar en enero del mismo año, al final del largo episcopado de Ruiz García.

En marzo, a Ruiz García le sucedió como nuevo obispo Felipe Arizmendi Esquivel. Y en la carta con la que Roma le transmitía la prohibición de seguir la misma ruta de su predecesor, se deploraba el hecho de que "en los últimos 40 años se habrían ordenado para la diócesis de San Cristóbal de Las Casas sólo 8 presbíteros frente a algo más de 400 diáconos":

> Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos. Carta al obispo de San Cristóbal de Las Casas, 20 de julio de 2000

Hoy, según las cifras del Anuario pontificio, en esa diócesis los diáconos siguen siendo más de 300, mientras los sacerdotes son pocas decenas. Y esto haría pensar que las cosas no han cambiado sustancialmente.

Y el hecho de que en mayo de 2014 la Santa Sede, siendo Papa Francisco, haya revocado la prohibición de ordenar nuevos diáconos y que se haya anunciado una próxima visita del Papa a esa diócesis ha sido interpretado como dar vía libre de nuevo a ese experimento, esta vez con la posibilidad de llegar de verdad a la creación de un clero indígena casado, no sólo en Chiapas, sino también en otras regiones del mundo, especialmente de América Latina.

En cambio, el obispo Arizmendi Esquivel nos escribe que presentar la próxima visita del Papa Francisco como un apoyo a esta solución es algo muy "negativo" para la diócesis.

Así nos explica los motivos:

"No intentamos un sacerdocio uxorado. Hace tiempo, se planteó; ahora ya no. Nuestro seminario ha crecido como una gracia inexplicable. Hace 16 años, nel 2000, había 20 seminaristas; ahora son 76, casi todos chiapanecos, de los cuales 42 son indígenas, sin mayores problemas ideológicos por el celibato. Ya tenemos 8 sacerdotes indígenas con celibato normal. Los diáconos casados nunca me han planteado su aspiración a un sacerdocio uxorado. Nel 2000 había 66 sacerdotes, la mayoría procedentes de otras diócesis y congregaciones religiosas; hoy tenemos 101, con un crecimiento notable de clero local".

La "carencia de ministros ordenados" fue el primero de los "temas sinodales" propuestos en 1999 por el cardenal Carlo Maria Martini para que fueran discutidos por una Iglesia en estado sinodal permanente.

La solución sobreentendida era, naturalmente, poner al lado de un clero célibe en declive un clero casado.

Chiapas había sido, en los últimos cuarenta años del siglo XX, el emblema de esta carestía de clero célibe, al que había que suplir con una florida mies de clero casado e indígena.

Pero hoy, según el testimonio del obispo de San Cristóbal de Las Casas, ya no es así. Será una "gracia inexplicable", pero allí está floreciendo un clero célibe e indígena, mientras que la campaña en favor de un clero casado se está apagando.

¿Qué lección sacará de esto el Papa Francisco?

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Traducción en español de Helena Faccia Serrano(SANDRO MAGISTER-CHIESA)