En diálogo con Nuevo Diario, el obispo de la Diócesis de Catamarca lamentó que los padres no recen ni lean la Biblia, mientras el televisor está siempre prendido.

“Me preocupa que nuestros niños y jóvenes estén totalmente lejos de la fe”, sostuvo.

“Tenemos que trabajar mucho para no perder la religiosidad popular. Yo les digo a los obispos que por ahí nos confiamos mucho y ese secularismo, esa indiferencia frente a lo religioso nos puede estar golpeando duro. Las sectas se han metido mucho y van dividiendo a los cristianos”. Estas eran las palabras de monseñor Luis Urbanc, obispo de Catamarca.

Durante su visita a Santiago, en el marco de la ordenación del padre José Melitón Chávez como obispo de la Diócesis de Añatuya, dialogó con Nuevo Diario acerca de varios temas que amenazan a la Iglesia Católica.

Evitar el avance de las sectas representa hoy “un gran desafío”. “Algunos solo me hablan de la pobreza material, pero esa pobreza vivida con fe te dignifica y la gente busca superarse. En cambio cuando uno no tiene una fe auténtica se cae todo y la pobreza es un agravante todavía, que destruye todo”, comenzó.

Dijo que el NEA y NOA “son un gran reservorio de fe cristiana porque todavía la gente la acepta” y una evidencia de ello son las peregrinaciones. “Acá tienen a la Virgen del Valle que es la patrona de esta Diócesis y ahora estamos nosotros en Catamarca con la fiesta de la Virgen. Cuando venía, observaba en todo lo que es la cuesta del Totoral subiendo y bajando, viniendo por el lado de Lavalle, el Bañado de Ovanta y viniendo aquí a Santiago, gente caminando bajo el agua, había gente grande, mayor”.

“Eso es un signo importante para nosotros de que todavía hay gente que acepta estos desafíos. Eso quiere decir que nosotros tenemos que trabajar, potenciar y que eso eche raíces profundas y que esa gente que todavía vive esa fe se la transmita a los chicos”, planteó.

“En el hogar no rezan”

“Lo que me preocupa es que nuestros niños, adolescentes y jóvenes estén totalmente lejos de la fe. Les darás la comunión, algunos se confirman y ya queda. Eso es grave. Es una luz roja que se está encendiendo y tenemos que trabajar”, decía monseñor Urbanc.

En este caso, la distancia entre los chicos y la fe tiene que ver con que “en el hogar no se reza, el televisor está prendido, pero no rezan. Los domingos no se participa de la misa, no se lee la Biblia. El gran desafío que tenemos planteado para nuestro NOA es trabajar en serio una formación a fondo en la fe de nuestros creyentes, que sepan valorar los sacramentos y que vivan de acuerdo a la gracia de estos”.

“Hoy el niño no ve que sus padres se ocupen de la fe, del pobre, del desvalido, no los escucha rezar, leer la Biblia o hablar de la fe. Solamente escuchan algo de eso cuando lo llevan al catecismo y les suena raro, molesto y aburrido porque no se lo hace en la casa ni se lo ve en la televisión”, lamentó.

Por último, señaló que los medios también se presentan como un obstáculo hacia la fe, en tanto “hay un bombardeo permanente de mensajes. Incluso vemos novelas que son hasta burlescas de lo religioso, que las producen acá, sobre los consagrados. Eso entra en la gente y empieza a formar criterios de pensamiento”, puntualizó.

Fuente: Nuevo Diario