El Jubileo de la Misericordia, que comienza el próximo martes 8 de diciembre, «es una gran ocasión de gracia, una gran ocasión para acoger la misericordia de Dios y después traducirla a las obras de misericordia, tanto corporal como espiritual. Hay que tener u corazón abierto. Decía Agustín que Dios no pasa en vano por nuestra vida, entonces que ningún católico, ningún bautizado y ninguna persona de buena voluntad deje pasar en vano este evento». Lo dijo el cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin al margen de la presentación del libro de Angelo Scelzo “El Jubileo, La Misericordia, Francisco”, editado por la Libreria Editrice Vaticana (LEV).

Eminencia, ¿está preocupado por la seguridad? ¿Le preocupa que no hayan terminado las obras públicas de la ciudad de Roma?

«Ya se han expresado preocupaciones, pero prevalece la serenidad, justamente porque nos encomendamos a las manos de Dios. Claro, hay que poner en marcha todas las precauciones». En cuanto al estado de las obras públicas, «¡cuántas veces se han puesto en marcha iniciativas sin las obras terminadas!».

¿Cómo se traduce la visión de la misericordia en las difíciles cuestiones geopolíticas?

«Perdón y misericordia, ciertamente, implican no recurrir a la fuerza ni a la violencia. El Señor nos pide la mansedumbre, como decía Papa Benedicto, la caridad no es solo un principio moral individual, sino también social». Hay quienes piensan que esta visión de la Santa Sede está permeada de “buenismo”. «“Buenismo...”, más que “buenismo, se trata de bondad, que después es la virtud que el Señor nos pide. Más allá de la legítima defensa, el Señor siempre nos dice que venzamos al mal con el bien».

¿Serán posibles durante el Jubileo gestos concretos con el Islam?

«No sé si haya iniciativas concretas previstas, pero creo que se podrían buscar, también para demostrar la voluntad de las dos religiones de colaborar y de aplicar este principio» de la misericordia.

¿Qué le parece la delicada situación de Venezuela?

«Estamos siguiendo con mucho interés y mucha atención lo que está sucediendo en Venezuela. Esperamos que sea un momento en el que todos puedan expresar libremente el propio pensamiento y las propias convicciones políticas, siempre en vista de buscar un espacio de diálogo y de servicio para el bien común. Deseamos que todo suceda en la mejor manera posible y que las elecciones puedan abrir un camino de confrontación entre las diferentes fuerzas políticas de la sociedad y de la política para el bien común».

El Papa visitó el Consejo para la Economía, dirigido por el cardenal Reinhard Marx, y subrayó el papel de este ente en la reforma financiera y administrativa del Vaticano: ¿es un signo de que la reforma avanza?

«Sí, diría que este es el singificado. El Papa ya ha insistido, incluso frente a los últimos eventos y a la situación que se ha creado (la filtración de documentos reservados, “vatilesks”, y el consecuente proceso en curso, ndr.), en que tiene la voluntad de que las reformas avancen. Que haya más transparencia, más eficacia, más racionalidad y también más honestidad. Creo que esta señal va en este sentido».

Al autor del libro, Angelo Scelzo, el Papa envió un mensaje en el que subrayó que apreció particularmente la decisión, «en sintonía con la intención jubilar», de encomendar la ilustración del volumen a un artista discapacitado, pues la atención misericordiosa hacia los pobres, hacia los últimos, hacia los excluidos y hacia las personas que sufren en la vida subraya la igual «dignidad de cada ser humano» y el necesario «servicio a los otros, sobre todo a los necesitados». (VATICAN INSIDER)