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El Chavismo y la brujería
02 - 12 - 2015 - RELIGION - Satanismo

Conjuros ajenos, esos que clamaban a santos, espíritus y ancestros por el milagro de la sanación para el Comandante surtieron un efecto en el periodista David Placer: de ahí nació Los brujos de Chávez. 

“Una ceremonia santera, celebrada en La Habana, fue transmitida en vivo y directo”, dice el autor en la introducción de este libro singular. La sorpresa: ya nada se oculta.La faceta mágico-religiosa del chavismo mostró todas sus caras al mismo tiempo en 2012, el año en que se moría Chávez. Rezaban los curas. Rezaba el pueblo. Los indígenas hacían rituales. El humo de los tabacos se elevaba hasta el cielo. Las velas alumbraban. El cáncer del mandatario ocupaba la atención. Iba y venía de La Habana. Misterios. Secretos. La información manipulada cruzaba fronteras. La vida del líder estaba en manos de los cubanos. ¿Habrá rezado Fidel? Porque ya no había mucho más que hacer: mirar al cielo. O al infierno, según el caso.
La “religión” de Hugo Chávez
Mucho se ha escrito y mucho más se escribirá sobre Hugo Chávez. Pero hasta ahora era escaso el tratamiento periodístico que se había dado a sus creencias y sobre el papel que han jugado en la conformación tanto de un nexo con su gente como en la deuna pseudo religión que ya despunta: el Chávez nuestro de cada día. Y en esas aguas profundas, plagadas de rumores, mentiras, medias verdades y acciones ocultas se hundió David Placer para regresar –quién sabe si curado de espanto- y contarnos con precisión, ritmo y un lenguaje pulcro sobre el viaje del “Comandante eterno” a través de los caminos de la espiritualidad, las religiones y la superchería.
El de Chávez fue un viaje que nos importa a todos porque más allá de la anécdota y el chisme, ese trayecto también tuvo –tiene– consecuencias para Venezuela: la de ser–para decirlo claramente– un país manejado por la sinrazón.
No hay para el creyente ninguna contradicción entre asumirse hijo del Dios de los católicos y hacerse un despojo y un baño en un río para “mejorar” la suerte o conseguir el amor. Tampoco lo había para Chávez: “Nunca ocultó su marcada personalidad supersticiosa, su afición por la lectura de cartas ni su debilidad por el espiritismo”, cuenta Placer.
Tampoco ocultó su fe en Cristo, en el pretendido “socialismo” de Jesús, en la Virgen, en el poder de los lugares santos. Y en torno a él se configuró otro sincretismo: católicos, evangélicos, santeros, brujos, musulmanes y marxistas le erigieron un altar en vida. Y uno más elevado ahora en la muerte.
Brujería, espiritismo, santería
Los brujos de Chávez arranca con el episodio en el que supo que moriría temprano. Y a partir de allí nos revela a un personaje capaz de echar mano de cualquier recurso para lograr su objetivo: alcanzar el poder. A su primera bruja, fiel amiga, la utilizaría desde sus días de militar conspirador y hasta que ya sus facultades menguaran. A los evangélicos para ganar votos. A la jerarquía de la Iglesia católica para sus actos de contrición y también para la diatriba.
Al espiritismo y a las leyendas del pueblo para mostrarse como uno más del populacho. A sus relaciones con el mundo –si damos crédito a versiones– parainvocar fuerzas ancestrales en otros continentes. Y a Bolívar, a Maisanta, a Zamora, para construir las bases del culto a su propia persona: el nuevo libertador.
Pero esto no es todo. En su investigación, David Placer expone el riesgo de semejante disposición a creer: el sumo sacerdote de la izquierda, Fidel Castro, vio que este hijo adinerado y bien dispuesto creía y vio que eso era bueno. Para sus intereses, para los de Cuba.
“La debilidad de Hugo Chávez hacia los temas religiosos fue aprovechada por el gobierno cubano para sembrar de santeros y babalawos las oficinas públicas, los ministerios y los estamentos militares. Este libro contiene revelaciones sorprendentes sobre la verdadera función de esta red”.
Espiritismo en el palacio presidencial
Eso escribió el periodista que habló con amigos, amantes, seguidores, militares, enemigos, activistas y líderes políticos, creyentes, descreídos, historiadores, santeros, espiritistas y que también siguió las huellas de los pasos de Chávez por media Venezuela hasta encontrar las pistas de su último hechizo: ese que, según dicen, tiene al espíritu de Chávez penando entre los vivos.
Para la confección del libro, el periodista entrevistó al círculo íntimo de Chávez, visitó brujos y santeros de todo el país y hasta tuvo acceso a los salones del Palacio de Miraflores donde, según le contaron sus propios responsables, se practica el espiritismo.
Con más de 60 entrevistas, Los brujos de Chávez también sorprende al narrar cómo la inteligencia cubana articuló la llegada de santeros que tenían una doble función: la de guías espirituales y la de espías que informaban al gobierno de La Habana sobre todos los movimientos y en empresas clave del Estado como Pdvsa. Se trata de un delirio seudo-religioso al servicio del poder.
Se rodeó de brujos para acumular más poder
Egresado de la Universidad Central de Venezuela, Placer reside desde hace 13 años en España y actualmente trabaja en el diario Economiadigital.es, editado en Madrid y Barcelona, y es colaborador deKonZapata.com. Los brujos de Chávez es su primera obra que está disponible en Amazon.com.
– La conexión de Chávez y su entorno con la brujería y la santería siempre ha sido motivo de rumores. Después de la investigación ¿qué hay de cierto y qué hay de mito en esta relación?
– Siempre estuve convencido de que era posible que hubiese mucho mito y poca realidad en esta relación de dependencia, pero en la medida en que iba haciendo más entrevistas y avanzando en la investigación, me doy cuenta de que había cosas que realmente pueden llegar a parecer inverosímiles pero que son ciertas. El Gobierno permitió que la santería, la brujería y el espiritismo llegaran a todas las estructuras del Estado. En las Fuerzas Armadas, la nueva relación de babalawos y seguidores llegó a trastocar la estructura jerárquica militar. Incluso en el Palacio de Miraflores hay varios salones dedicados a las prácticas de espiritismo. Y lo que más me sorprendió es que sus propios encargados lo reconocen, sin ningún tipo de tapujos.
– ¿Cómo comenzó Chávez en el mundo de las ciencias ocultas?
– Cuando preparaba el Golpe de Estado, su bruja personal en aquella época, Cristina Marksman fue determinante. Ella le leía constantemente las cartas y no había cita o reunión importante en la que previamente Chávez no le solicitara su ayuda para vislumbrar lo que pasaría. La bruja Cristina acertó en varias ocasiones, le alertó de delaciones, le hizo trabajos para que saliera de apuros en los interrogatorios en los que se le acusaba de conspirador. Y a ojos de muchos y del propio Hugo Chávez, Cristina tenía un don especial. Ese fue el comienzo.
– Es decir, fueron sus ansias de alcanzar el poder lo que lo hizo incursionar en este mundo.
– Absolutamente. Él no parecía demasiado interesado en asuntos que no tuvieran que ver con la conspiración, estaba completamente abocado en lograr que la insurrección obtuviera éxito. La ansiedad que le producía el cumplimiento de ese propósito lo llevaba a leerse las cartas y a hacer rituales en los ríos. Y una vez que alcanzó el poder, sólo le interesaba retenerlo. Y por eso se rodeó de brujos, porque creyó que así acumularía más poder.
Las conexiones políticas de la santería
– ¿El auge de la santería cubana en Venezuela también es un fenómeno político?
– Es lo que aseguran los santeros. También fue lo que me contó el ex ministro de Defensa, Raúl Baduel, las dos veces que lo entrevisté en la cárcel de Ramo Verde. Él está convencido de que fue una jugada estratégica de Fidel Castro para seducir a Chávez. Se dio cuenta de que su debilidad eran la brujería y las ciencias ocultas y le mandó a un ejército de babalawos que poco a poco fueron tomando posiciones en puestos clave en los ministerios y en las empresas públicas.
– ¿Negará el chavismo toda esta teoría?
– Las evidencias son muy fuertes. Hay decenas de testimonios que relatan los mismos hechos y que, poco a poco, he ido confirmando. De hecho, una carta manuscrita por el propio Hugo Chávez en 1985 y que está incluida en el libro, da fe de esa creencia. Algunos dirigentes chavistas podrán negarlo en público pero lo admiten en privado. Lo desveló el propio Mario Silva en aquel audio que salió a la luz pública y en el que le comentaba al jefe de la inteligencia cubana su preocupación porque Nicolás Maduro, Cilia Flores y el gobernador de Aragua, Tarek El Aisami, estaban presenciando apariciones de Chávez. Es como si quisieran estar convencidos de que todos están predestinados para la misión de llevar las riendas del país.
– ¿Ha sido Chávez el presidente más brujo de Venezuela?
– Venezuela siempre ha tenido presidentes brujos o brujeros. Desde Joaquín Crespo, que tenía su brujo particular, Telmo Romero, pasando por Rómulo Betancourt y sus hechizos en Birongo hasta Carlos Andrés Pérez o Luis Herrera Campins, quien llevaba siempre su pepa de zamuro encima. No sólo es un tema de esoterismo, también es cultural. ¿Quién no ha escuchado hablar de las ánimas de la sabana, donde esa inmensidad de tierra puede hacer que hasta el canto de un pájaro se convierta en un fenómeno casi místico? La brujería también ha tenido una clara intencionalidad política: de hecho AD contrató a un vidente en la campaña de 1983 para que pronosticara su triunfo y así condicionar el voto de los crédulos. En el fondo, es un mecanismo de conexión que ha buscado la política para encontrar sintonía con los ciudadanos y los votantes.
– ¿Qué fue lo que más le sorprendió de la investigación?
– Muchas cosas. Fue un descubrimiento para mí comprobar el verdadero alcance que había logrado la santería y la palería en la sociedad venezolana. Y no sólo es que roban el cuerpo del ex presidente Joaquín Crespo del cementerio del Sur, sino que también hay decenas de profanaciones para ritos paleros. También me sorprendió la naturalidad con la que chavistas y allegados al presidente reconocen públicamente estas inclinaciones. Es un mundo que ha tocado todas las capas del poder en Venezuela, desde las bases hasta la cúpula.
(Fuente: Infocatolica)