Para sorpresa de todos los ahí presentes, sin olvidarnos de la presencia de Dios, se descubrieron el pecho donde se podía leer “No más Papa”, y al grito de “confiamos en lo gay”, comenzaron a golpear a la campana llamada “Marcel”, que representa los 850 años desde la construcción de la catedral más importante de la capital francesa.
Alentadas por la aprobación del proyecto ley sobre el matrimonio homosexual que había sido aceptado el día anterior en Francia, las mujeres consiguieron causar el caos dentro de la catedral. Golpearon con palos la campana como si se tratara de cavernícolas que ahuyentan a los animales que acechan su comida. Sus prehistóricos actos dejaron la campana bastante dañada, pero antes de que la cosa se pusiera peor, las activistas de Femen fueron detenidas y expulsadas de la catedral por los guardias de seguridad.
Tras el juicio sobre los daños de la campana llevado a cabo por el Tribunal Correccional de París, las feministas quedaron impunes, ya que el Tribunal alegó que “no había una forma de probar que las activistas hayan sido las que dañaron la campana solo por haberla golpeado con palos”. Las acusadas dijeron en su defensa, que habían cubierto los palos para no dañar la campana, algo sin duda poco creíble.
La Procuraduría de París apeló en contra de esta sentencia, y solicitó que se multara a cada una de las ocho acusadas con mil euros. Sin embargo, el Tribunal de Apelaciones se ha atrevido a defender a Femen y ha multado a los guardias de seguridad que sacaron a las mujeres de la catedral con multas entres 300 y mil euros porque supuestamente “emplearon mucha fuerza”.(INFOVATICANA)