Una política que ha supuesto el aborto de millones de niñas y un desgarro social sin precedentes en la historia de la humanidad. Pero no lancemos las campanas al vuelo, la restricciones siguen: ahora comienza la ley de los dos hijos.
La natalidad como mero elemento ecónomico
La medida del gobierno chino muestra el respeto que se le tiene a la vida humana en el país asiáticos. ¿Por qué ahora 2 hijos y no solamente uno? La Republica Popular China empieza a envejecerse y lo ven como una medida de relanzamiento económico. ¿Somos las personas un mero instrumento?
Papa Francisco en Laudato Sí ya alerta del peligro del control de Natalidad: “En lugar de resolver los problemas de los pobres y de pensar en un mundo diferente, algunos atinan sólo a proponer una reducción de la natalidad. No faltan presiones internacionales a los países en desarrollo, condicionando ayudas económicas a ciertas políticas de ‘salud reproductiva’. Pero, ‘si bien es cierto que la desigual distribución de la población y de los recursos disponibles crean obstáculos al desarrollo y al uso sostenible del ambiente, debe reconocerse que el crecimiento demográfico es plenamente compatible con un desarrollo integral y solidario”.
La ley del hijo único se puso con el objetivo de mitigar problemas sociales, económicos y medioambientales debido a la sobrepoblación. Se privó el derecho de los padres a decidir el numero de hijos que quieren tener. Se produjeron abortos y esterilizaciones forzosas. Ahora China abre la mano y en vez de uno, se tendrán dos hijos. Cambia la letra, sí (ahora es algo mejor) pero la música es la misma: el control gubernamental de la natalidad.
(ALETEIA)