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Holanda y BĂ©lgica: enfermos mentales y deprimidos, en el punto de mira de la eutanasia
22 - 10 - 2015 - EMERGENCIA ANTROPOLOGICA - Vida

En los Países Bajos se incrementan las muertes por suicidio asistido por razones “psiquiátricas”; y en Bélgica uno de cada tres “usuarios” de la ley no es enfermo terminal. Ante el progresivo envejecimiento de la población, ¿cuánto tardarán en incluir a los ancianos?

La Comisión que regula el acceso a la Eutanasia en Holanda advierte de que se están incrementando las muertes de personas con enfermedades mentales y ancianos. De hecho, en 2014 se aplicó la muerte a 41 personas por razones ‘psiquiátricas’ y a 81 por demencia.

Otro dato que llama a la reflexión es que, según un informe regular de la organización The Lancet, en Países Bajos del 24% de las muertes asistidas no son informadas.

Al mismo tiempo, el informe, holandés de la Comisión aumentó en un 10% el número total de personas a quienes se aplicó la eutanasia, y la tendencia señala que continúa incrementándose durante este año, según información publicada por PortaLuz.org.

De hecho, en 2014 hubo 5.306 muertes asistidas por médicos, al abrigo de la ley; en 2013 fueron 4.829 los eliminados; y en 2008, cuando iniciaron la aplicación de la ley, se informó de 2.331 muertes asistidas.

La eutanasia clínica al amparo de la ley en Holanda ha tenido, además, algunas decenas de casos controvertidos, como los siguientes:

– Una mujer que padecía demencia murió por eutanasia, a pesar de que el equipo profesional en su residencia de ancianos se opuso. Su familia logró el dictamen favorable de una corte.

– A los 63 años, un hombre que estaba a punto de jubilarse, autista, sano, argumentó que sentía no tener razón alguna para vivir. También murió por eutanasia.

– Una mujer recurrió a la eutanasia debido a que estaba siendo presionada a vivir en un hogar de ancianos, cuestión que ella rechazaba.

En Bélgica, también por depresión

Esta deriva hacia la cultura de la muerte se ve reflejada también en otro país donde la eutanasia está permitida, Holanda, que ha incluido en la aplicación del suicidio asistido la depresión.

En un documental hecho público a mediados de septiembre, se muestra a una entristecida mujer de 85 años, saludable pero deprimida, mientras su médico de familia le aplica la eutanasia; y también la lucha de un padre de familia de 32 años, con pocas opciones más que la muerte, en uno de los países europeos más favorables a la eutanasia. Un país donde uno de cada tres “usuarios” de la ley no es enfermo terminal.

El programa Dateline de la productora australiana Special Broadcasting Service (SBS) siguió a Simona De Moor, que vivía en una residencia de ancianos y dijo haber decidido que quería la eutanasia cinco minutos después de enterarse que su hija Vivian, de 57 años, había muerto repentinamente en una operación quirúrgica rutinaria tres meses antes.

“Cinco minutos después de que me dieran la noticia, lo supe. […] Y nadie en el mundo entero podrá impedírmelo”, dijo De Moor a Brett Mason, el director del documental.

De Moor afirmó que había vivido felizmente en Amberes con otros 94 pacientes mayores y que no había pensado anteriormente en la eutanasia, pero que “la pena es un dolor intolerable. Me está volviendo loca”.

Más de cien cócteles letales

El médico de cabecera de la señora De Moor, el doctor Marc Van Hoey, es también el presidente de la Sociedad por el Derecho a Morir de Flandes, un grupo patrocinador de la eutanasia que promueve la “autodeterminación al final de la vida” de las personas.

Van Hoey ha perdido la cuenta de los pacientes a los que les ha administrado cócteles letales desde que la eutanasia fue legalizada en Bélgica hace 13 años, pero son “quizá cientos, en cualquier caso más de cien”.

El documental muestra a Van Hoey dándole a De Moor un vaso de jarabe de naranja el 22 de junio de este año. “Todos tenemos la esperanza de que verás a Vivian de nuevo, en algún lugar”, le dijo mientras ella se acostaba. “Yo también espero lo mismo”, fueron sus últimas palabras.

De Moor reveló en el documental que tenía otra hija, de la que estaba distanciada amargamente hacía ya 30 años, pero que no la informó sobre su muerte programada. “No tengo que justificarme ante nadie, yo decido”, dijo De Moor.

El documental también presenta el caso del belga Tom Mortier, que se enteró de la muerte de su madre un día después de que a ella le aplicara la eutanasia por “depresión incurable” en 2012 el conocido experto en esta cuestión, el doctor Wim Distelmans.

Desde entonces, Mortier ha hecho campaña públicamente en contra de la falta de supervisión de los procedimientos de eutanasia en su país, haciendo notar que la Comisión Federal de Control y Evaluación, que supervisa cada caso, está abarrotada de promotores del procedimiento (el mismo Distelmans, que aplicó la eutanasia a su madre, es su presidente) y que solo revisa los casos después de que los pacientes hayan muerto.

Según el documental, la comisión ha revisado más de 8.000 casos desde 2003, pero ninguno ha reprobado su sistema de aprobación post mortem.

Theo Boer, profesor de Ética del Cuidado de la Salud en la Universidad Teológica de Kampen, prestó servicios en la comisión entre 2005 y 2014 y supervisó aproximadamente 4.000 casos. Sus dudas sobre el procedimiento fueron aumentando cada vez más por la tendencia a la ampliación de la eutanasia.

“Teniendo en cuenta lo que ha ido sucediendo, creo que tanto la ley holandesa como la belga están fallando”; en primer lugar, porque “la opción por defecto es que el doctor mate, mientras que el paciente permanece pasivo”, afirmó Boer, según información publicada por InfoCatólica.

“Creo que este papel protagonista del médico ha reducido las barreras frente al hecho de matar activamente. […] Lo que más me preocupa es que algunos doctores han perdido toda noción de que el acto de matar es intrínsecamente problemático”, añadió.

Una resbaladiza pendiente

Cabe recordar que Bélgica fue el segundo país del mundo en adoptar la eutanasia, después de Holanda, y ambos países se deslizan por una resbaladiza pendiente en esta cuestión.

La demanda de eutanasia se ha incrementado año tras año, así como el número oficial de belgas que mueren con la ayuda de sus médicos. Entre 2011 y 2012, aumentó al 25%, de 1.133 a 1.432 personas, y luego se elevó nuevamente en 2013 hasta 1.816 personas. Además, en 2013, el Senado belga votó abrumadoramente a favor de permitir la eutanasia para niños de cualquier edad.

“Se supuso que la eutanasia tendría lugar en un contexto médico, pero las razones para solicitarla se han incrementado dramáticamente”, dijo Boer, señalando que el 95% de los pacientes eutanasiados en los primeros años de la vigencia de la ley eran enfermos terminales, mientras que hoy en día esa cifra sólo es del 75%.

“Una ley puede crear su propia dinámica”, explicó Boer, “lo que muestran las leyes de Holanda y Bélgica es que la oferta crea su propia demanda”.

Casos famosos

Varios casos recientes en Bélgica han mostrado en qué medida se ha extendido el programa de eutanasia médica de ese país. Este verano, los doctores belgas le concedieron a una paciente deprimida de 24 años la aprobación para terminar con su vida en el hospital.

En 2013, Distelmans acabó con la vida de Nancy Verhelst, una transexual de 44 años que alegaba que los médicos habían malogrado su intento de convertirse quirúrgicamente en un hombre.

En diciembre de 2012, Distelmans también aplicó la eutanasia a los hermanos sordos de 45 años Marc y Eddy Verbessem, que temían quedarse ciegos.

Ante este escenario y el progresivo envejecimiento de la población, cabe preguntarse cuánto tiempo tardarán estos dos países, y a su estela el resto de países envejecidos, en plantearse la posibilidad de recurrir a la eutanasia como solución a este problema. De hecho, en Holanda ya se han incrementado las muertes de ancianos.

Un primer paso ha sido incluir en la práctica del suicidio asistido las enfermedades mentales, por razones psiquiátricas. ¿Será el envejecimiento el segundo paso?. Y una última reflexión: en ese hipotético caso, solo aquellos que se lo puedan pagar evitarían entrar en la lista de “prescindibles”.

(FORUM LIBERTAS)