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El obispo de Viena defiende las virtudes de una “relación homosexual estable”
30 - 09 - 2015 - EMERGENCIA ANTROPOLOGICA - Unión Gay

A pocos días de que dé comienzo el Sínodo de la Familia, el cardenal Schönborn, arzobispo de Viena, ha concedido una entrevista a La Civiltà Cattolica en la que explica los retos que afrontan los obispos en este encuentro. En sus declaraciones, el arzobispo de Viena, ha abogado por “romper los libros y acudir a la multitud para ser tocado por la vida de las personas” y huir de esta forma del “sectarismo”.

Al ser interrogado acerca de cómo cree que la Iglesia debe contemplar las relaciones entre personas del mismo sexo, Schönborn ha asegurado: “Podemos y debemos respetar la decisión de crear una unión con una persona del mismo sexo, para buscar herramientas en el derecho civil para proteger su convivencia”. Sin embargo, el prelado ha reconocido que la Iglesia nunca podrá decir que la unión homosexual es “algo normal” y mucho menos un matrimonio.

El arzobispo de Viene relata, asimismo, cómo ha podido conocer a una persona homosexual que en la actualidad mantiene una relación estable después de años de relaciones intermitentes. “Hay que reconocer que esta persona ha dado un paso importante para su propio bien y se ha estabilizado en una relación que no se basa sólo en la sexualidad”, defiende Schönborn, que añade: “El juicio sobre los actos homosexuales como tal es necesario, pero la Iglesia no debe mirar primero en el dormitorio, sino en el comedor”.

Respecto al próximo Sínodo, Schönborn critica que se hable en conceptos abstractos y no se descienda a la realidad de la vida cotidiana de las personas, que él afirma conocer bien gracias, entre otras razones, a provenir “de una familia de padres y abuelos divorciados”. Para defender que la Iglesia debe atender a “las complejidades de la vida”, Schönborn relata: “Conozco a una persona que ha vivido un jovencísimo primer matrimonio religioso, aparentemente sin fe. Este fue un fracaso, que fue seguido por un segundo e incluso un tercer matrimonio civil. Sólo entonces, por primera vez, esta persona ha descubierto la fe y se convirtió en un creyente”.

Con sus declaraciones, el arzobispo de Viena se convierte en uno de los prelados que plantea la separación entre la doctrina y la labor pastoral, abogando por “romper los libros” y “dejar de mirar en los incunables” para descender a la realidad cotidiana de las personas. Tampoco cree Schönborn que un Sínodo de tres semanas en el que se hable en abstracto sobre la enseñanza de la Iglesia sobre la familia pueda servir realmente para algo.

(INFOVATICANA)