Al aterrizar en Washington después de haber visitado Cuba, el papa Francisco pone pie en un país que nació bajo el signo del protestantismo, pero en el que hoy casi la mitad de la población tiene relación con el catolicismo.

En efecto, a ese 20% de ciudadanos de Estados Unidos que se proclaman católicos a título pleno se agrega un 9% que se dicen católicos por afinidad cultural, otro 9% que han crecido en un ámbito católico pero que luego lo han abandonado y un 8% que tiene parientes próximos que son católicos y van con ellos a Misa.

Se deduce de esto que en su totalidad el catolicismo tiene influencia sobre el 45% de los ciudadanos de Estados Unidos e incluso sobre el 84% de los “latinos”, quienes son la parte de la población que más crece y que verán canonizado por el papa Francisco a un santo “suyo”, fray Junípero Serra, en una ceremonia celebrada casi totalmente en español.

Se debe al Pew Research Center, de Washington, una novísima radiografía del catolicismo de Estados Unidos, publicada en la vigilia de la llegada del Papa, la cual permite explorar a fondo algunos caracteres del “pueblo de Dios” en este país:

> U.S Catholics Open to Non-Traditional Families

Como ya se intuye por el título de la encuesta, los católicos americanos están también muy influenciados por las corrientes político-culturales dominantes en Occidente, en las cuestiones que se refieren a la familia y a la esfera sexual. Es decir, precisamente sobre las cuestiones que han originado este viaje de Francisco a Estados Unidos, primeramente motivado por su voluntad de participar en el encuentro mundial de las familias en Filadelfia, en la vigilia de un sínodo dedicado también a la familia.

Si es verdad entonces que el 90% de los católicos de Estados Unidos ven en la familia con un padre y una madre casados como el ambiente ideal para el crecimiento de los hijos, es muy amplio también el porcentaje de quienes consideran aceptable al mismo tiempo que los niños crezcan con un solo progenitor (87%), o divorciados (83%), o sólo convivientes (83%), o bien del mismo sexo (66%).

Y si se les pregunta si la Iglesia debe o no reconocer los matrimonios homosexuales, el 46% de los católicos estadounidenses responde que si, con una cifra parecida que afirma que no. Pero de todos modos son una neta mayoría (62%) los que querrían que la Iglesia permita la comunión a los convivientes y a quienes se han vuelto a casar civilmente mientras está con vida el cónyuge con el que se desposaron por Iglesia.

Entre los que van a Misa todos los domingos (un cuarto del total) y los que van más esporádicamente las diferencias se notan. Los primeros son más fieles al magisterio de la Iglesia, pero entre ellos los contrarios a la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar no llegan a la mitad, deteniéndose en el 42%.

Respecto a las orientaciones pesan las experiencias personales. Un cuarto de los católicos adultos estadounidenses ha padecido un divorcio y uno de cada nueve se ha vuelto a casar civilmente. Uno de cada diez convive sin casarse y casi la mitad han convivido durante un cierto período de su vida. Entre los divorciados, un cuarto de ellos ha pedido y obtenido la declaración de nulidad de su matrimonio sacramental.

Al extender la atención a los grandes campos de acción de la Iglesia en el mundo, casi dos tercios de los católicos de Estados Unidos (el 62%) juzgan “esencial” para el que es católico “obrar en ayuda de los pobres y de los necesitados”, mientras que sólo el 29% considera esencial “obrar para afrontar los cambios climáticos”.

Más de la mitad de los católicos comulga siempre o casi siempre, cuando van a Misa. Pero esto acontece más entre la mayoría de la población blanca, mientras que los “latinos” comulgan muy rara vez.

Por el contrario, no hay diferencias entre las etnias, la edad y los grados de instrucción en lo que se refiere a la práctica de la confesión sacramental. Aquí la única diferencia sensible está entre los que van habitualmente a Misa y los que no. El 68% de los primeros se confiesan al menos una vez al año, mientras que sólo el 27% de los menos asiduos lo hacen.

En todo caso, en un país con fuerte competencia entre las confesiones religiosas como Estados Unidos, la pertenencia a la Iglesia de tantos católicos no está en absoluto asegurada para siempre. Cuatro de cada diez católicos menores de 30 años consideran posible que en el futuro ellos dejen la Iglesia.

Estos son los católicos a los que hablará el papa Francisco, en sus etapas en Estados Unidos, naturalmente sin descuidar que su rango de audición está a 360 grados.

Entre los católicos estadounidenses, su popularidad no iguala hoy la altísima de Juan Pablo II en sus primeros años en la década del ’90 y supera por poco el pico tocado por Benedicto XVI en el 2008, inmediatamente después de su visita a Estados Unidos.

Pero de todos modos es notable, con el 86% de favorables y de muy favorables:

> Trends in Papal Favorability Among U.S. Catholics

Y es probable que este viaje vea crecer todavía más esa popularidad.(Sandro Magister-CHIESA)