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El sĂ­nodo sombra de Suiza y Alemania continĂșa en dos libros
05 - 09 - 2015 - SINODOS - 2014-2015

En ellos se puede leer que los divorciados que se han vuelto a casar y las parejas homosexuales no esperan "misericordia", sino que "sea reconocida la bondad de su condición". Un réplica crítica del vicario de la diócesis de Coira 

El servicio anterior de www.chiesa ha evidenciado la creciente resistencia por parte de numerosos cardenales y obispos a los cambios radicales de la doctrina y de la pastoral católica del matrimonio, puestos en discusión en el sínodo sobre la familia:

> Eran cinco; ahora son diecisiete los cardenales anti-Kasper

Pero también los defensores del cambio son muy activos.

Mientras el epicentro geográfico de los opositores al cambio está sobre todo en África, el de los innovadores está en Europa central y sobre todo en Alemania, Francia y Suiza.

Los presidentes de las conferencias episcopales de estos tres países organizaron el 25 de mayo pasado en Roma, en la Pontificia Universidad Gregoriana, una especie de sínodo sombra, cuyas audaces tesis han sido publicadas en tres idiomas en el sitio web de la conferencia episcopal alemana:

> Giornata di studio in vista del sinodo dei vescovi / Journée d’études en vue du synode des évêques / Gemeinsame Tagung im Vorfeld der Bischofssynod

Entre los obispos que tomaron la palabra en el sínodo sombra estaban el alemán Reinhard Marx, cardenal, el francés Georges Pontier y el suizo Jean-Marie Lovey.

Mientras que entre los teólogos y biblistas estaban Eberhard Schockenhoff, Thomas Söding, François-Xavier Amherdt, Anne-Marie Pelletier, Francine Charoy, Eva-Maria Faber, más los jesuitas Bernd Hagenkord, Hans Zollner y Alain Thomasset.

Uno de ellos, la suiza Eva-Maria Faber, anteriormente rectora de la facultad de teología de Coira y docente de teología dogmática, ha vuelto a sostener sus tesis en un libro escrito a varias manos y publicado en Suiza este verano:

> "Familienvielfalt in der katholischen Kirche. Geschichten und Reflexionen [Diversidad de familias en la Iglesia católica. Historias y reflexiones]"

El libro, publicado en alemán por la Theologischer Verlag de Zurich, ha sido ideado y editado por Hanspeter Schmitt, profesor de teología ética en la facultad de teología de Coira, y Arnd Bünker, director del instituto suizo de sociología pastoral de San Galo y también secretario de la comisión pastoral de la conferencia episcopal suiza.

Bünker es el exponente de primer plano de la Iglesia católica suiza "oficial". Fue él quien escribió en 2014, para los obispos de su país, la relación preparatoria para la primera sesión del sínodo.

Pero sobre todo se le deben la puesta en marcha y el informe final de la consulta hecha el pasado invierno entre los seis mil católicos que constituyen la columna vertebral de la Iglesia suiza -operadores pastorales, catequistas, consejos parroquiales, asociaciones femeninas y masculinas, grupos y comunidades-, consulta que ha tocado los puntos candentes del debate sinodal, desde el divorcio a la homosexualidad.

Se pueden descargar las veinte páginas del informe, en italiano, francés y alemán, desde esta página del sitio web de la conferencia episcopal:

> Rapporto di sintesi dei dibattito presinodale in Svizzera

Y quien lo lea descubrirá que, en comparación, el informe paralelo publicado por los obispos de Alemania -también éste polémico- parece escrito por colegiales:

> Respuestas de la conferencia episcopal alemana a las preguntas…

De hecho, en el informe suizo no se salva prácticamente nada de la doctrina y la pastoral actuales de la Iglesia en materia de matrimonio.

Por poner un ejemplo, a la cuestión de la indisolubilidad los fieles consultados dicen casi todos adiós a la misma pues ya no la consideran "como un valor absoluto; más bien al contrario, en determinadas circunstancias ven en ella peligro de falsedad, de hipocresía o de permanencia en una situación de vida indigna para la persona humana".

Respecto a la homosexualidad, "la pretensión de que las personas homosexuales vivan castamente es rechazada, pues se la considera injusta e inhumana. La mayor parte de los fieles considera legítimo el deseo de las personas homosexuales a tener relaciones sexuales y relaciones de pareja, y una gran mayoría desea que la Iglesia las reconozca, las aprecie y las bendiga".

El blog Settimo Cielo publicó el paso 8 de mayo un comentario crítico al informe por parte de un miembro de la jerarquía suiza, el vicario general de la diócesis de Coira, Martin Grichting, en evidente desacuerdo con la gran mayoría de los obispos y de los teólogos connacionales suyos:

> Guglielmo Tell si ribella a Roma. Il rapporto choc dei vescovi svizzeri

Del mismo Grichting, www.chiesa había publicado en junio de 2014 una nota sobre las condiciones necesarias para acceder a la comunión sacramental:

> La disputa sobre la comunión a los divorciados vueltos a casar sigue al rojo vivo

Pero ahora de nuevo interviene aquí -como ya ha hecho en el periódico católico alemán "Die Tagespost" del 25 de agosto- con una recensión crítica al libro editado por Bünker y Schmitt.

Pero antes de concederle a él la palabra es útil señalar la salida en estos días en Alemania de otro libro que se mueve también en la misma dirección "revolucionaria", publicado por Herder y con prólogo del cardenal Karl Lehmann, con un ensayo del obispo de Amberes Johan Bonny y con las contribuciones de varios teólogos, entre los cuales Peter Hünermann y Thomas Söding, otro participante al sínodo sombra de la Gregoriana:

"Zerreissprobe Ehe: Das Ringen der katholischen Kirche um die Familie"

"Un triunfo de la sociología sobre la teología, de la historia sobre la metafísica, de lo subjetivo sobre lo objetivo y, fundamentalmente, del devenir sobre el ser": así es como el jesuita Joseph Fessio, fundador y director de la Ignatius Press y miembro histórico de la Ratzinger Schülerkreis, ha definido este libro después de haberlo hojeado.

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UN ADIÓS AL MATRIMONIO CRISTIANO

por Martin Grichting


El secretario de la comisión pastoral de la conferencia episcopal suiza, Arnd Bünker, y el profesor de teología ética en la facultad de teología de Coira, Hanspeter Schmitt, son los editores, en vista del próximo sínodo de los obispos, de un libro escrito por varios autores que lleva por título: "Familienvielfalt in der katholischen Kirche. Geschichten und Reflexionen [Diversidad de familias en la Iglesia católica. Historias y reflexiones]".

El libro adopta la clásica estrategia del "coming out". Primero se revelan realidades de vida que se desvían del orden vigente, tras lo cual se exige que estas realidades sean reconocidas como normativas por la autoridad competente.

Para este "coming out" se utilizan casos concretos, como el de una pareja de personas divorciadas y casadas de nuevo por lo civil; o el de otra pareja que antes del matrimonio ya había convivido como marido y mujer; o el de una pareja de lesbianas que vive en una casa parroquial en el cantón de Argovia, diócesis de Basilea.

Junto a estas "historias" se proponen unas reflexiones, cuyo tenor general hace pensar que los católicos de Suiza han aceptado ya desde hace tiempo la "diversidad de familias".

Esta "diversidad" sería una "realidad intraeclesial" incluso entre el personal eclesiástico, escribe Bünker. Y Schmitt confirma que tanto en la cultura en general como dentro de la Iglesia las personas se sienten liberadas "de un estado de sistemática exclusión de la diversidad familiar".

Pero en vista del próximo sínodo los autores no están contentos sólo con esto: su objetivo es "que la diversidad familiar no sólo exista de hecho (vorkommen), sino que salga fuera (hervorkommen) oficialmente", como explica el profesor Schmitt, aludiendo precisamente a la estrategia del "coming out".

La intención de los autores es superar la doctrina eclesiástica sobre el matrimonio y la familia, a la que caricaturizan. "Tradicional visión idealista eclesial de la sexualidad procreadora del matrimonio (althergebrachte kirchliche Idealistik ehelicher Fortpflanzungssexualität)", la define Schmitt.

Con esto, los autores consideran que están en la misma línea que el Papa Francisco. "Él no dice al mundo cómo debe ser; él pregunta al mundo cómo debe ser la Iglesia, para que pueda ayudarla", escribe el teólogo pastoralista de Graz, Rainer Bucher.

Sin embargo, casi inmediatamente los autores contradicen al Papa quien, como es sabido, ante situaciones matrimoniales y relaciones de pareja problemáticas pone en el centro la misericordia de Dios; pues bien, los autores rechazan apelarse a ésta porque, según ellos, para la mayor parte de las personas el hecho de volver a casarse civilmente ya no está vinculado a un sentimiento de culpa. Hablar de misericordia en esta situación sería por lo tanto difícil, escribe Eva-Maria Faber, anteriormente rectora de la facultad de teología de Coira y docente de teología dogmática. En el caso de la diversidad familiar heterosexual y homosexual ya no se trataría "de la cuestión de la misericordia, sino de la cuestión del reconocimiento", como resume de manera concisa el objetivo del libro el teólogo moral Stephan Goertz.

Por consiguiente, lo que se propone en libro no es la misericordia, sino el reconocimiento eclesial de las "cualidades humanas del amor sexual incluso más allá del matrimonio y de la procreación" (Schmitt). Como miembros de una comunidad religiosa lo que desearíamos es que ésta nos reconociera independientemente de la situación en la que se encuentra cada uno de nosotros (Faber).

No es sorprendente entonces que con estas tesis de fondo el párroco de la catedral de San Galo, el padre Beat Grögli, diga que está listo para bendecir en la iglesia a parejas del mismo sexo. O que el párroco de Aesch, diócesis de Basilea, el padre Felix Terrier, que también ha sido entrevistado, ya imparta estas bendiciones y que añada la cuestión sobre "si en realidad el sacramento del matrimonio debe ser administrado una sola vez". O que el vicario judicial de la diócesis de San Galo, Titus Lenherr, pida -siguiendo la línea trazada por el cardenal Walter Kasper-, un simple procedimiento eclesiástico para la legitimación de un "segundo matrimonio" civil.

Todas estas peticiones deberían satisfacerse desde el momento en que la sexualidad no debe cumplir un fin natural. La ética de la Iglesia "bloqueada por el derecho natural" (Schmitt) debería, por lo tanto, ser superada. Habría que rehacer desde el principio la moral sexual y considerar a la sexualidad como algo que se expresa en una relación basada en el respeto recíproco. Esto valdría tanto para los heterosexuales como para los homosexuales (Goertz). Por consiguiente, lo que a este propósito ya sería una realidad pastoral debería ser también "reconocido oficialmente por la Iglesia" (Schmitt). Se debería "adaptar" la posición de la Iglesia sobre matrimonio, moral sexual y anticoncepción "para que el profundo foso entre doctrina y praxis hodierna no se ensanche aún más" (Grögli).

Eva-Maria Faber prevé una emigración desde la Iglesia "de dimensiones enormes" si estas peticiones no son satisfechas. Y su colega de la facultad teológica de Coira, Schmitt, profetiza que "la emigración interior y exterior desde la Iglesia" se "difundirá y perdurará en el tiempo". Ante este tono de alarma es comprensible que las corporaciones de derecho eclesiástico de los cantones de Zurich, Argovia, Lucerna, Nidvaldo y Basilea Campiña hayan apoyado la publicación del libro "con generosas aportaciones económicas", más de cincuenta mil euros. De hecho, como órganos autorizados para el cobro de los impuestos eclesiásticos, están interesados en una Iglesia que siga estando bien considerada por gran parte de la sociedad, aunque sea en detrimento de los propios contenidos y principios. También la diócesis de San Galo ha apoyado económicamente este proyecto.

De los capítulos de este libro emerge tanto un profundo complejo de inferioridad hacia la hodierna sociedad poscristiana, como el deseo de querer ser como los otros. Evidentemente, los autores ya no creen que Jesucristo sepa lo que hay en el hombre (Jn 2, 25). Ni que tampoco la Iglesia, como cuerpo de Cristo, lo sepa. Temas como la relación viva del bautizado con Cristo que lo sostiene en su matrimonio, o la confianza en la gracia y en la promesa de Dios recibidas con el sacramento del matrimonio no son ni siquiera mencionados.

Por lo tanto, este libro representa un adiós a la identidad cristiana como fuerza que plasma la vida del individuo y de la sociedad. Y es también un adiós al mandato misionero de la Iglesia de ser la sal de la tierra. De hecho, debemos preguntarnos cuántos paganos habrían conocido a Cristo en Suiza si los monjes irlandeses del primer milenio hubieran compartido con Schmitt la pretensión de "que las realidades de vida existentes ya no deben ser desacreditadas en los textos del magisterio y en la enseñanza de la Iglesia católica".

Romano Guardini, en su libro "El ocaso de la edad moderna", resaltó que mediante la revelación divina surgen en el hombre fuerzas que, aun siendo en sí naturales, no se desarrollan fuera de este contexto. Por lo tanto, con la ofuscación de la fe en Dios las "cristiandades secularizadas" serían rápidamente declaradas un sentimentalismo y apartadas.

En relación a la institución del matrimonio, esto significa que dicha institución, por su naturaleza ya orientada hacia la unión indisoluble entre hombre y mujer, se convierte en algo concretamente factible en un contexto de vida cristiana. Es decir, bajo el "arco" de la fe cristiana -como lo llama Guardini-, lo que es en sí natural se convierte verdaderamente en realizable. Pero si falta esta fe cristiana, el hombre no es capaz de vivir aquello hacia lo que está orientado el matrimonio ya a nivel natural. Efectivamente, en las sociedades del mundo occidental, siempre más alejadas de Dios, la fe cristiana está gravemente ofuscada. El resultado es una disolución que aún no ha concluido sobre el significado del matrimonio.

Este desarrollo da trágicamente la razón a Guardini. Sin embargo, le habría sorprendido, y probablemente asustado, el hecho de que no sólo en la sociedad, sino también en partes de la Iglesia católica suceda un grave oscurecimiento de la fe en Dios, ocasionando -tal como demuestra el matrimonio en cuestión- que el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer sea considerado también en algunos sectores de la Iglesia como un sentimentalismo superado: el matrimonio se encontraría, por lo tanto, camino de ser considerado un "sacramento relegado en un ángulo"; es más, tal vez sea ya un "residuo de la historia de la Iglesia" (Bünker).

El volumen "Diversidad de familias" demuestra también claramente que quién sostiene en la Iglesia el punto de vista de la sociedad poscristiana no quiere tampoco oír hablar de la misericordia de Dios predicada por el Papa Francisco, porqué representaría solamente una limosna que no lleva al reconocimiento oficial de la diversidad de familias en la Iglesia. Y tampoco quiere que la Iglesia reconozca en los "que se han vuelto a casar" por lo civil únicamente casos individuales poco comunes, como auspiciado por el cardenal Kasper.

Por lo menos sobre esto el secretario de la comisión pastoral de la conferencia episcopal suiza y el profesor de teología ética de la facultad teológica de Coira, junto a los coautores, han sido inequívocamente claros.

Así nadie podrá decir que no ha podido valorar el verdadero alcance de lo que hay en la agenda del sínodo de los obispos del próximo otoño.

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Traducción en español de Helena Faccia Serrano(Sandro Magister-CHIESA)