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Teólogos españoles: comunión a divorciados es fidelidad a Trento
24 - 08 - 2015 - SINODOS - 2014-2015

Una veintena de teólogos españoles  acaban de lanzar una campaña de recogida de firmas de apoyo a una eventual decisión del Sínodo de permitir el acceso a la comunión a los divorciados vueltos a casar civilmente.

La campaña en español (a la que seguirán otras en inglés, francés, alemán e italiano) se titula 'Carta al obispo de Roma' y está firmada por 18 teólogos, un informador religioso y el obispo emérito de Palencia, Nicolás Castellanos. Entre los teólogos figuran José Ignacio González Faus, Andrés Torres Queiruga, Luis González-Carvajal, Javier Vitoria, Lucía Ramón, Joaquín Perea o Ximo García Roca.

En la petición, lanzada a través de la plataforma Change.org, pide a todas las "personas de buena voluntad", especialmente a los fieles católicos, que arropen son su firma "al Papa de la misericordia y a los padres sinodales que quieran seguirlo en este camino de una 'misericordia exigente'".

Los firmantes aseguran, en la presentación de la campaña de Change que, "los sectores rigoristas presionan cada vez más al Sínodo y a Roma". Ya en la carte, señalan, en concreto, la recogida de casi medio millín de firmas que piden al Papa que no permita la comunión a los divorciados.

Para completar, que no contrarrestar, esa petición, los firmantes le piden todo lo contrario y quieren que se escuche "el clamor del Pueblo de Dios, hasta ahora silencioso, sobre este tema".

Los teólogos aseguran, en su escrito, que, admitiendo a la comunión a los divorciados, la Iglesia es fiel al espíritu del Evangelio y no a su letra. Como es fiel también al dogma definido en Trento, bien leído.

 

"En nuestra opinión, la prudencia pastoral no sólo permite, sino que hoy más bien reclama un cambio de postura". Y aducen una serie de razones bíblicas y antropológicas, para sustentar su petición.

La primera es que las palabras de Jesús de "lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre" son "primariamente una defensa de la mujer abandonada.

Pero "no se conocía en tiempo de Jesús la situación de un matrimonio que (quizá por culpa de los dos o por una incompatibilidad de caracteres, antes no descubierta), fracasa en su proyecto de pareja", explican los teólogos.

Además, siguiendo el Evangelio de Mateo, "lo decisivo no es cumplir la letra de la Ley, sino su espíritu. Y el espíritu fundamental de toda la ley evangélica es la misericordia: no una misericordia blandengue, por supuesto, sino una misericordia exigente. Pero de ningún modo una exigencia inmisericorde. Quizá, pues, tengan algo que decirnos aquí aquellas palabras con las que Jesús responde a los escándalos que causa su conducta misericordiosa: 'a ver si aprendéis lo que significa ‘quiero misericordia y no sacrificio'... " (Mt 9,13 y 12,7)".

Por esa fidelidad al espíritu de la Ley, la Iglesia primitiva abandona la circuncisión "tras fuertes discusiones y contra la opinión de algunos que creían ser más fieles a Dios y, en realidad, buscaban su propia seguridad. Gracias a aquella decisión tan discutida, la Iglesia no sólo fue fiel a Dios sino que abrió las puertas a la evangelización del mundo entero. Y hoy aquella decisión nos puede parecer evidente pero entonces les resultó a muchos escandalosa".

Matizan, asimismo, que la Iglesia, según los Evangelios, debe huir de imponer yugos, porque éste es "uno de los peores pecados que puede cometer la Iglesia". En ese sentido reconocen los firmantes que "es muy discutible que personas célibes puedan comprender lo que significa convivir cada día íntima y pacíficamente con otra persona con la que no hay la más mínima sintonía. Como es discutible que personas célibes pudieran abstenerse de mantener relaciones sexuales con una persona con la que se convive día y noche y a la que se ama".

 

Atender al espíritu de la Ley y no imponer cargas y optar por una "disciplina de misericordia" no significa, como suelen argüir los rigoristas, "abrir las puertas a una relajación moral, o a que la Iglesia acepta los mismos criterios sobre el divorcio que nuestra sociedad pagana".

La disciplina de la misericordia que preconizan los teólogos "sigue siendo una disciplina a la que no todos podrán acogerse: porque reclama arrepentimiento, reconocimiento de culpa y propósito firme de enmienda. De lo que se trata es de no dejar solos y sin ayuda a quienes han fracasado. Como Jesús: que comía con pecadores no porque fuesen buenos, sino para que pudieran serlo".

Por otra parte, como decía Teresa de Ávila y como practica y enseña la propia Iglesia, "la participación en la Eucaristía puede ser una gran ayuda y una fuerza para vivir evangélicamente. Nos tememos que privar de esa fuerza a quienes fracasaron en su primer proyecto matrimonial y han hecho ya penitencia por ese fracaso, podría acabar apartándolos de la fe".

Por último, argumentan que la Iglesia no debe tener una doble vara de medir "para las infidelidades evangélicas que afectan al campo sexual y para las que afectan a otos campos de la moral".

Señalan en concreto el derecho a la propiedad que, según la doctrina eclesial, "no es un derecho absoluto". Y, además, "ésa enseñanza del destino primario de los bienes de la tierra, tantas veces recordada por los últimos papas, la incumple una mayoría de católicos sin mostrar además el más mínimo arrepentimiento ni voluntad de enmienda por ello". Y sin embargo, se les admite a " recibir unos sacramentos que se niegan a los otros casos de pareja fracasada".

En definitiva, "Dios no tiene dos pesos y dos medidas" y, si es parcial con alguien, siempre lo es con los más pobres y con las víctimas y con los transgresores, como enseñan las parábolas del fariseo y el publicno, del hijo pródigo.

Por todo ello, los teólogos concluyen su escrito animando al Papa a resistir los embates de los rigoristas. "Agradecemos mucho tus esfuerzos, en medio de tan crueles resistencias, por dar a la Iglesia un rostro más conforme con el Evangelio y con lo que Jesús se merece".

Lista completa de los firmantes

Xavier Alegre Santamaría
José I. Calleja Saenz de Navarrete
Joan Carrera i Carrera
Lucía Ramón Carbonell
Nicolás Castellanos Franco
Maria Teresa Davila
Antonio Duato
Ximo García Roca
José Ignacio González Faus
Luis González-Carvajal Santabárbara
Mª. Terea Iribarren Echarri
Jesús Martínez Gordo
José Antonio Pagola
Joaquín Perea
Bernardo Pérez Andreo
Josep Mª Rambla Blanch
Andrés Torres Queiruga
José Manuel Vidal
Javier Vitoria Cormenzana
Josep Vives i Solé

(RELIGION DIGITAL)