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El neocatarismo de los «nuevos derechos»
10 - 08 - 2015 - EMERGENCIA ANTROPOLOGICA - Unión Gay

En el futuro se tendrá que luchar aún más contra las leyes injustas pues, efectivamente, las leyes que se aprueban dañan cada vez más la dignidad de la persona y el derecho natural y cristiano. Puede ser muy instructivo, por lo tanto, ver qué piensan los franceses acerca de la oposición a la ley Taubira sobre el “matrimonio para todos” [matrimonio homosexual], un caso emblemático de una ley injusta que ha suscitado un rechazo generalizado, pero que sigue aún vigente.

A este tema está dedicado el número 65 de febrero de 2015 de la revista Liberté Politique que lleva por título: “Abrogation – Protéger le mariage après la loi Taubira [Derogación - Proteger el matrimonio tras la ley Taubira]”. En breve podría tocarnos a los italianos con la ley Cirinnà [que prevé una "unión civil" entre personas del mismo sexo y la posibilidad de adopción, n.n.].

Dentro de la revista destacamos el artículo de Michel Pillon “Abroger les racines de la loi” (pp. 12-26) ("Abrogar las raíces de la ley"), lleno de observaciones de gran interés.

No es suficiente una acción que sea sólo política
El autor se pregunta, ante todo, si es suficiente una acción exclusivamente política para abrogar la ley. A este propósito es necesario constatar que las encuestas de opinión revelan que la mayoría de los franceses es favorable al matrimonio homosexual. Y aunque se trata de una diferencia mínima, los jóvenes están a favor de una manera mucho más relevante que los ancianos. Sin embargo, es inevitable que aumente el número de los que están a favor.

En este contexto ninguna posición política se comprometerá a abrogar la ley. Y si esto sucediera tendría inicio una campaña mediática en contra y el gobierno sucesivo la restablecería.

Detrás de la ley hay un creencia colectiva
Lo primero que hay que entender es que detrás de la ley Taubira hay un credo religioso. Es cierto que las investigaciones demuestran que son más favorables al matrimonio homosexual quienes se declaran “no creyentes”, aunque en realidad se remiten a una creencia colectiva: "Ésta consiste en afirmar que en el matrimonio los cuerpos no tienen ninguna importancia". Se trata de una "verdad" que no es en absoluto evidente y que tampoco puede ser demostrada. ¿De dónde procede esta creencia colectiva?

Al principio fue la píldora anticonceptiva
En 1967 salió a la venta en el mercado francés la píldora anticonceptiva, que fue acogida con gran favor por las mujeres. "Rechazando u oponiéndose a las leyes naturales del cuerpo y en particular del cuerpo de la mujer, la píldora y otros anticonceptivos han confirmado la idea de que el cuerpo es sólo un instrumento a disposición de los deseos del espíritu. Liberado repentinamente de una constricción material, el individuo ha sido tentado de ir más allá en la sumisión de los cuerpos a la voluntad, los caprichos y los fantasmas del espíritu".

"La idea de que el cuerpo es un instrumento tiene por resultado, por ejemplo, la indiferencia a su sexualidad, de la que deriva la igualdad de tratamiento entre heterosexuales y homosexuales, fundamento de la ley Taubira; o el rechazo del propio cuerpo, con el derecho a cambiar de sexo o a elegir cuando morir; o incluso el rechazo de la vida autónoma del cuerpo, base de la interrupción voluntaria del embarazo. La eutanasia, la homosexualidad y el aborto han existido siempre. Pero ha sido dentro del marco de la anticoncepción química y mecánica donde estos han reclamado un reconocimiento positivo".

La vuelta de los cátaros
Bien visto, esta religión no es nueva, pues ya habían pensado en ella los cátaros en la Edad Media. "La que ha sido llamada herejía albigense tenía por dogma fundamental la separación del espíritu, por esencia bueno y puro, del cuerpo, con el que podías hacer lo que quisieras, incluido suprimirlo con el suicidio (acto que recibía grandes alabanzas) o extenuarlo en los placeres más variados, con excepción de la procreación, juzgada malvada en sí misma. Los cátaros de la Edad Media habrían aplaudido la difusión generalizada de la anticoncepción, la gratuidad del aborto y la legalización del matrimonio homosexual, estéril por naturaleza".

La religión neo-cátara consiste en disponer del propio cuerpo sin restricciones. "Como en el siglo XIII, este derecho está destinado a convertirse en un deber colectivo: los ´puros´ de nuestro pasado tenían la obligación de llegar a ser asexuados; el semen humano era, para los cátaros, la sustancia más contaminante de todas".

La fe neo-cátara ha llegado a ser muy poderosa en nuestros países y ahora está compartida por altos responsables políticos que se movilizan para que la ley asegure su protección y difusión.

La deriva no ha acabado
Pillon invita a que no nos hagamos ilusiones: la nueva religión no ha llegado a su desarrollo final. "Algunas consecuencias de su dogma central se han visto treinta años después de su nacimiento, como la igualdad de todas las formas de sexualidad. Otras son aún desconocidas. El matrimonia homosexual ya es aceptado; la PMA (reproducción asistida) y la GPA (útero de alquiler) empiezan a ser aprobadas. Se adivina que detrás de estas dos manipulaciones del cuerpo humano por un capricho del espíritu intenta imponerse un nuevo artículo de fe: que el cuerpo humano pueda ser vendido y comprado según su valor comercial. Cuando esto sea admitido, veremos otros cambios".

La lucha es de orden “religioso”
La única fuerza actual que puede oponerse a la religión neo-cátara es la Iglesia católica con su teología del cuerpo, pero no lo hizo en la época de la píldora y tampoco en la del aborto. ¿Lo hará ahora?

La píldora anticonceptiva cogió por sorpresa a los obispos franceses, quienes acogieron de manera insegura la Humanae vitae mientras laicos influyentes dominaban la opinión pública católica. Siete años después, la ley Weil sobre el aborto los sorprendió noqueados y decidieron seguir al obispo de Orlèans que los invitaba a que no fueran considerados personas sin compasión ante la situación de las mujeres. Sin embargo, al cabo de un tiempo la Iglesia empezó a recuperarse y Juan Pablo II desarrolló una teología del cuerpo sólida y clara.

La situación en Italia
Este artículo de Michel Pillon está lleno de indicaciones también para la situación italiana. También aquí está muy difundida la religión neo-cátara; también aquí las leyes injustas, si son aprobadas, seguirán estando vigentes; también aquí la oposición política, si existiera, sería insuficiente; también aquí no se advierte el peligro a su máximo nivel que es el religioso; también aquí nos dejamos seducir por la retórica de los derechos humanos; también aquí la Iglesia está dividida; también aquí podemos contar con el patrimonio de la enseñanza de Juan Pablo II , pero la discusión acerca del próximo Sínodo sobre la Familia demuestra que muchos la han olvidado.(Stefano Fontana)

Artículo publicado por el Observatorio Internacional Cardenal Van Thuân sobre la Doctrina Social de la Iglesia.