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Rusia: ¿el único país europeo que está consiguiendo escapar de la crisis demográfica?
15 - 07 - 2015 - EMERGENCIA ANTROPOLOGICA - Demografica

 El mundo occidental está cada vez más envejecido. En 2014, la tasa de fertilidad total o TFT (el número de hijos por mujer media) de la Unión Europea era de 1,56. Una cifra muy lejana a la llamada tasa de reposición (2,1), la considerada necesaria para evitar un descenso demográfico a medio plazo. Rusia es el país que consigue aumentar más la tasa de fertilidad. ¿Cómo lo ha conseguido, y qué peligros tiene que afrontar todavía el Kremlin para salir del invierno demográfico?
 

Mientras, la TFT de Rusia aumenta. Este hecho, ya destacable de por sí, toma aún más relevancia si se tiene en cuenta que Rusia ha sido históricamente uno de los países que ha tenido una menor tasa de fertilidad del mundo. La situación demográfica de la URSS durante los 80 fue tan mala como la de muchos países europeos, tocando fondo alrededor del año 2000, cuando fue de tan sólo 1,17 hijos por mujer.

Estaba previsto que Rusia perdiera un tercio de su población actual de 143 millones de personas de aquí a 2050, lo que la dejaría con 107 millones de habitantes. El presidente ruso Vladimir Putin se fijó el 2012 como objetivo que la población en 2050 fuera de 154 millones.

Ahora, un reciente estudio de la Academia Presidencial de Rusia de Economía Nacional y Administración Pública (RANEPA), una institución universitaria estatal, destaca que la demografía rusa se encuentra en un punto de inflexión.

Entre 2006 y 2012, Rusia ha experimentado el mayor incremento en la tasa de fertilidad de toda Europa, pasando de 1,3 a 1,7 hijos por mujer (crecimiento de un 30%).

Mark Adomanis, especialista en demografía y economía rusas, escribe en Forbes que la tasa se escapa cada vez más de la que presentan los "países Visegrad" (cuatro naciones de la órbita soviética que se han incorporado totalmente al antiguo bloque occidental). Esta constatación se puede ver como una puesta en cuestión del modelo social europeo.

Las políticas sociales de Putin

Considerado invariablemente un conservador intransigente y defensor a ultranza de la tradición, la política social de Putin contradice en cierto modo este perfil.

Según The Moscow Times, su política consiste en ayudas financieras a las familias con más de dos hijos, contabilización de los horarios laborales y familiares de la mujer, incremento del número de guarderías, mejora del sistema sanitario y fomento del retorno de emigrantes.

Al parecer, también se han incrementado los impuestos al tabaco y el alcohol para evitar la adicción, uno de los principales problemas sociales de los países ex soviéticos. En definitiva, se trata de medidas muy comunes en la Unión Europea, y recomendadas de forma insistente por organismos como la OCDE.

Es destacable también que estas políticas han hecho bajar rápidamente el número de abortos, que antes de 2006 superaba el de nacimientos. Ahora la proporción ya es de 92 contra 100.

Los retos del futuro: ¿tanques versus bebés?

A pesar de las mejoras, los mismos autores del informe de la RANEPA advierten que lo que se ha hecho no es todavía suficiente. Para empezar, fruto de la crisis demográfica de los últimos años, el número de mujeres en edad fértil decaerá y por lo tanto será aún más difícil hacer crecer la población.

Por tanto, la RANEPA argumenta que se necesitan de forma imperiosa nuevas inversiones destinadas a frenar la tasa de mortalidad y fomentar una elevada natalidad. Si no se hacen, se perderá una oportunidad sencillamente irrepetible.

Ilan Berman señala en Foreign Affairs un peligro adicional: Putin está cada vez más preocupado por mantener a Rusia como una potencia mundial a corto plazo. Y esto evidentemente cuesta dinero. Un dinero que podrían ir destinado a asegurar el futuro de Rusia a largo plazo.

Berman señala cómo ya antes de la crisis de Ucrania el Kremlin preveía gastar 600.000 millones de dólares en la modernización de las fuerzas armadas hasta 2020. Las sanciones occidentales sólo han reafirmado a Putin en sus propósitos militaristas, gastando aún más en defensa. Berman apunta que Rusia destina ahora mismo un 34% de su presupuesto total en defensa y seguridad, casi el doble que Estados Unidos.

Al mismo tiempo, el gasto social ha retrocedido como porcentaje del gasto público total desde 2009. "La oportunidad se perderá de forma irreversible en 10 años", concluyen los autores del estudio de la RANEPA.


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