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El Sumo Pontífice a los valdenses: «Les pido perdón »
22 - 06 - 2015 - INTERRELIGIOSO - Evngelicos

En el segundo y último día del viaje a Turín, el encuentro histórico de Francisco (el primer Pontífice) en la Iglesia evangélica metodista: «Perdónennos por las actitudes no cristianas, no humanas, contra ustedes. Caminemos juntos»

El encuentro ya era histórico de por sí: por primera vez un Papa visitó un templo valdense. Pero lo fue aún más después de las palabras del mismo Papa Francisco a los evangélicos metodistas piamonteses: «De parte de la Iglesia Católica, les pido perdón por las actitudes y los comportamientos no cristianos, incluso no humanos que, en la historia, tuvimos contra ustedes. En nombre del Señor Jesucristo, ¡les pido perdón!». Una petición que transformó esta etapa del viaje de Bergoglio en un encuentro fundamental para el recorrido ecuménico tan fuertemente impulsado por Jorge Mario Bergoglio.

Esta mañana, el Pontífice salió del arzobispado de Turín y se dirigió en coche al templo valdense. A la entrada fue recibido por el moderador de la Mesa valdense, el pastor Eugenio Bernardini, por el presidente del consistorio de la Iglesia evangélica valdense de Turín, Sergio Velluto, y por el titular de la Iglesia valdense de Turín, el pastor Paolo Ribet.

Después de los saludos iniciales de Ribet, Bernardini y el moderador de la Mesa valdense del Río de la Plata, el Papa comenzó su discurso agradeciendo: «la cordial acogida que hoy me reservan, me hace pensar en los encuentros con los amigos de la Iglesia Evangélica Valdense del Río de la Plata, con los que pude apreciar la espiritualidad y la fe, y aprender tantas cosas buenas». Después, le Pontífice subrayó que «uno de los principales frutos que el movimiento ecuménico y ha permitido alcanzar en estos años es el descubrimiento de la fraternidad que une a todos los que creen en Jesucristo y que fueron bautizados en su nombre». Este vínculo «no se basa en criterios simplemente humanos, sino en ese compartir radicalmente la experiencia que funda la vida cristiana: el encuentro con el amor de Dios que se revela a nosotros en Jesucristo y la acción transformadora del Espíritu Santo, que nos asiste en el camino de la vida». Por ello, el Papa indicó que vovler a descubrir «tal fraternidad nos permite apreciar el profundo vínculo que ya no sune, a pesar de todas nuestras diferencias».

Francisco reconoció que es «una comunión todavía en camino (la unidad se hace en camino), pero que, con la oración, con la constante conversión personal y comunitaria y con la ayuda de los teólogos, esperamos, confiando en la acción del Espíritu Santo, pueda hacerse plena y visible comunión en la verdad y en la caridad».


El Pontífice precisó: «La unidad que es fruto del Espíritu Santo no significa uniformidad. Los hermanos, de hecho, han surgido de un mismo origen, pero no son idénticos entre sí. Esto está muy claro en el Antiguo Testamento, en donde, a pesar de llamar hermanos a todos los que compartían la misma fe en Jesucristo, se intuye que no todas las comunidades cristianas, de las que formaban parte, tenían el mismo estilo, ni una idéntica organización interna. Incluso –recordó– dentro de la misma pequeña comunidad se podían distinguir carismas diferentes y también en el anuncio del Evangelio había diferencias, a veces contrapuestas».

Y después, el pasaje más importante de su discurso: «Desgraciadamente, sucedió y sigue sucediendo que los hermanos no aceptan sus diferencias y acaban haciéndose la guerra, el uno contra el otro. Reflexionando sobre la historia de nuestras relaciones, no podemos más que entristecernos frente a las contiendas y a la violencia cometida en nombre de la propia fe, y pido al Señor que nos dé la gracia de reconocernos todos pecadores y de sabernos perdonar los unos a los otros. Gracias a la iniciativa de Dios, que nunca se resigna frente al pecado del hombre, se abren nuevas vías para vivir nuestra fraternidad, y no podemos eludirlo. De parte de la Iglesia Católica, les pido perdón por las actitudes y los comportamientos no cristianos, incluso no humanos que, en la historia, hemos tenido contra ustedes. En nombre del Señor Jesucristo, ¡les pido perdón!».(VATICAN INSIDER)