“Como era posible prever en el contexto de la situación mundial, la entrevista estuvo dedicada principalmente al conflicto en Ucrania y a la situación en Medio Oriente”, refirió el vocero vaticano, el padre Federico Lombardi, al final del encuentro. “Sobre la situación ucraniana, el Santo Padre ha afirmado que es necesario comprometerse en un sincero y gran esfuerzo para hacer posible la paz y que todas las partes se comprometan para aplicar los acuerdos de Minsk. Es esencial también el compromiso para afrontar la grave situación humanitaria, garantizando entre otras cosas el acceso a los agentes humanitarios y con el aporte de todas las partes para una progresiva distensión en la Región”.
En relación con los conflictos en curso en Medio Oriente, en el territorio de Siria y de Irak, se confirmó sustancialmente lo que ya habían compartido anteriormente sobre la urgencia de perseguir la paz con la participación concreta de la comunidad internacional, asegurando mientras tanto las condiciones necesarias para la vida de todos los diferentes sectores de la sociedad, “incluidas las minorías religiosas y en particular los cristianos”.
El presidente ruso Vladimir Putin llegó al Vaticano con alrededor de una hora y diez minutos de retraso. Debía haber llegado a las 17 horas y llegó a las 18.10. Salió del Vaticano a las 19.20. El líder ruso estuvo antes en la ciudad de Milán con el primer ministro italiano, Matteo Renzi, en la Expo 2015. Es la segunda vez que se reúnen Papa Francisco y Vladimir Putin, y también a la primera visita (2013) este último llegó con 50 minutos de retraso.
El Prefecto de la Casa Pontificia, mons. Georg Gänswein, esperó al presidente ruso en el Patio de San Damaso de las 17.25 a las 18.10, cuando el desfile de 13 vehículos que acompañaba a Putin (que viajaba a bordo de una limousine Mercedes con los vidrios polarizados) llegó a la plaza que se encuentra frente al Palacio Apostólico. Putin y Gänswein hablaron en alemán. El Papa mismo se dirigió a él en esta lengua, pues al llegar a la Sala del Tronetto dijo “Wilkomen”. El encuentro duró 50 minutos. Al final, el líder ruso se despidió del Papa y según los periodistas que estaban presentes se veía más relajado que al inicio de la entrevista. “Fue un gran placer y un honor encontrarle. Hasta vernos”, dijo el mandatario ruso. Putin regaló al Papa un bordado de oro a mano. “Esta es la Iglesia del Salvador, que fue destruida en época soviética y después fue reconstruida”, dijo con la ayuda de su intérprete. Bergoglio regaló al presidente ruso una copia de la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” y la acostumbrada medallita del ángel de la paz: “Este -dijo el Papa también con la ayuda del intérprete- es el ángel de la paz, que vence todas las guerras y habla de la solidaridad entre los pueblos. Es en asociación con la Alegría del Evangelio, que tiene muchas reflexiones religiosas, humanas, geopolíticas y sociales”.
No estaba presente el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, porque se encuentra de viaje en los Emirates Árabes. Durante la audiencia pontificia el ministro del Exterior Sergey Lavrov fue recibido por mons. Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede. Durante este encuentro, los diplomáticos discutieron sobre el conflicto en Ucrania y sobre la preocupante situación en el Medio Oriente, según refirió Lombardi.(VATICAN INSIDER)
