Según La République des Pyrénées, el domingo 17 de mayo por la mañana un feligrés llamó a Madeleine para alertarla sobre la profanación. Cuando la responsable llegó a la iglesia se sorprendió al encontrar excrementos, colillas de cigarro y fósforos en la pileta de agua bendita. El órgano y la manija de la sacristía estaban rotos.

Tras estos hechos la policía llegó a la iglesia para evaluar los daños e iniciar la investigación respectiva.

La alcaldesa de Sarpourenx, Emmanuelle Lacroix-Chague, dijo a la prensa local que “nosotros estamos muy comprometidos con esta iglesia. ¡El hecho de que alguien haya defecado adentro es realmente insoportable! Este acto representa la estupidez humana”.

Lacroix-Chague comentó que esta no es la primera profanación de una iglesia de la zona. “Hace algunos años hicieron un picnic en un altar y dejaron los restos. En esta ocasión esta es una profanación más grave”. También señaló que esperan encontrar a los culpables pronto.

Esta profanación se suma a una serie de hechos que manifiestan la cristianofobia de algunos sectores, particularmente en contra de la Iglesia Católica.

El mes pasado un musulmán profanó 216 tumbas cristianas en un cementerio en Castres, también al sur de Francia. En febrero de este año el Obispo de Ars decidió retirar el Santísimo Sacramento de todas las iglesias de la diócesis debido a los numerosos robos de custodias.

El 19 de abril otro joven musulmán fue detenido en París tras conocerse el plan que había ideado para atacar algunas iglesias de la ciudad. Tras detenerlo, las autoridades encontraron armas y explosivos en su departamento.

ACI PRENSA