CRISTO HOY
CRISTO HOY

   Sitios Recomendados
        El Vaticano
        Aica
        Rome Reports
        Noticias Vaticanas
  
Turquía: los armenios «salen de las catacumbas»
20 - 05 - 2015 - IGLESIA - Europa

Doce armenios de Dersim, como se llamaba la que ahora es la provincia Tunceli de la Turquía oriental, recibieron el bautismo hace algunos días en una Iglesia armenia de Estambul. El grupo de nuevos bautizados proviene de familias que habían ocultado, después del genocidio de 1915, su herencia cristiana y armenia durante un siglo; ahora decidieron vencer los temores del prejuicio social para volver a adquirir la identidad que se les negaba.

Oficiaron la ceremonia el vicario del Patriarca, el arzobispo Aaram Atesyan, y el padre Dirtad Uzunyan en la Iglesia de San Esteban (Surp Istepanos) en el barrio de Yeşilköy. El bautismo fue precedido por un curso de catecismo y de doctrina cristiana que duró seis meses. Durante la ceremonia se celebró el matrimonio cristiano de dos parejas de esposos. Uno de los “neo-cristianos”, Hovannes Minas (que se bautizó y se casó el mismo día), declaró que quiso asumir un compromiso moral para con sus padres y sus abuelos. «Es un día de gran felicidad para mí –indicó al sitio armenio Agos. Fui bautizado y nos casamos religiosamente el mismo día, es una felicidad que no puedo expresar. Nunca hemos olvidado nuestra religión. Ahora podemos vivir libres».

Y añadió palabras particularmente conmovedoras: «Le prometí a mi padre y a mi madre que los habríamos sepultado en un cementerio armenio. Y fui capaz incluso de cumplir esta promesa. Éramos tres cuando decidimos bautizarnos, pero nuestro número fue aumentando gradualmente hasta llegar a doce. Estamos muy contentos».

Un hombre, que eligió el nombre de Arev durante el bautismo, añadió: «Ahora estamos experimentando la libertad de ser capaces de defendernos contra los que nos insultan. Soñábamos este día desde que éramos niños, y lo esperamos mucho tiempo. Estamos volviendo a nuestras raíces».

Hasta 1915 en Dersim, un tercio de la población era armenia, y se le llamaba “Armani”, mientras ellos mismos se nombraban con la palabra armenia “Hay”. Tenían identidad, vestidos, ritos populares y cocina populares diferentes de los de los demás grupos étnicos y religiosos. Eran más cultos que el promedio, las localidades que tenían una Iglesia con una escuela parroquial eran numerosas. Estaban bajo el Patriarcado armenio de Constantinopla. El genocidio de 1915 canceló prácticamente no solo a la población armenia, sino también los vestigios arquitectónicos de su presencia.

Una situación particular permitió que algunas familias o grupos familiares lograran salvarse e incluso regresar, ocultando su identidad religiosa y cultural, después de la derrota de Turquía en la Guerra y la relativa estabilización de la década de los años 20. Esta se debió a la presencia de los alevíes, con una particular interpretación del islam, que desde hacía siglos se había mezclado con la población armenia. Muchos alevíes, convertidos en los siglos pasados, recordaban sus orígenes armenios y habían conservado vínculos estrechos con las partes de sus familias armenias y cristianas. Una situación semejante a la que vivían algunas comunidades kurdas alevíes.

Muchos de ellos ahora vuelven, de manera más o menos oficial, a sus raíces. Por ejemplo en Dyarbakir, en donde muchos armenios, islamizados durante el genocidio, ahora tienen dos nombres: el oficial, islámico, y el que los vincula a sus orígenes. Los padres de los protagonistas de este viaje a su historia estaban muy conscientes de sus raíces armenias, pero las ocultaban porque la palabra msima “armenio” era un tabú. Es algo comprensible si se considera que todavía existe la propaganda que niega el genocidio y que en los libros escolares los armenios son descritos como traidores de Turquía en la guerra de 1915 a 1918.

Para muchos de ellos, que crecieron en familias musulmanas y que tal vez se casaron con musulmanes, ahora nacen problemas difíciles. Y que han empeorado con el clima de constricción social. «Cuando tenía 25 años –dice uno de ellos–, me trataban como “fileh”», una expresión kurda que significa infiel. Volver a descubrir las raíces (y tal vez a algunos parientes que viven en Estados Unidos o en Europa), una lengua, una religión puede provocar problemas existenciales, sobre todo si los cónyuges o los hijos crecieron en la cultura musulmana.(VATICAN INSIDER)