CRISTO HOY
CRISTO HOY

   Sitios Recomendados
        El Vaticano
        Aica
        Rome Reports
        Noticias Vaticanas
  
Especialista: la Iglesia es ayuda eficaz contra el sida
04 - 05 - 2015 - EMERGENCIA ANTROPOLOGICA - Otros

Es el mismo que visitó al Papa en marzo. Luego de aquel contacto, la Dirección de Sanidad e Higiene de la Santa Sede, incluyó su propuesta sanitaria para acabar con esa enfermedad dentro de sus trabajos en materia de salud.

Lo único que importa es luchar contra el VIH, y cuantos más seamos en esta cruzada, mejor, es lo único que me importa y estoy convencido de que lo podemos lograr." Con estas palabras, el infectólogo argentino Julio Montaner iniciaba la conversación telefónica que durante varios minutos unió al aeropuerto de Londres con la redacción de Tiempo Argentino. El médico reside en Canadá hace más de 20 años y es reconocido en el mundo entero por haber sido uno de los especialistas que hace 19 años desarrolló la Terapia Antirretroviral de Alta Eficacia (el triple viral es el mayor descubrimiento terapéutico que se ha hecho hasta la fecha para combatir el sida) que detuvo la progresión de la infección por VIH a sida y muerte prematura.

En marzo, el experto visitó al Papa Francisco, en el Vaticano. Por primera vez en muchos años, la Santa Sede recibió la propuesta sanitaria para acabar con esta enfermedad del siglo pasado y la Dirección de Sanidad e Higiene (el equivalente a un ministerio de salud) aceptó incluirla dentro de sus trabajos en materia de salud.


La estrategia llevada a cabo por Montaner desde hace años se denomina 90-90-90 y se corresponde a uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio del organismo internacional Onusida, que establece que, para 2020, debe alcanzarse un 90% de casos diagnosticados, un 90% de los infectados debería recibir el tratamiento antirretroviral y un 90% de los pacientes en tratamiento deben alcanzar la negativización viral. Además, el experto demostró que el tratamiento antirretroviral contra el VIH también es eficaz para prevenir su transmisión al verificar que, a pesar del aumento en el comportamiento sexual de riesgo entre las personas infectadas por el VIH, la tasa de nuevas infecciones entre los pacientes tratados con los medicamentos ARV siguió disminuyendo. En 2012, la Organización Mundial de la Salud (OMS) avaló la estrategia sugerida en 2006 por Julio Montaner de considerar que el tratamiento antirretroviral también permite reducir las probabilidades de transmisión del virus a otras personas.

–¿Qué motivó su visita al Papa Francisco?

–Hace más de un año Onusida me nombró como consejero especial de la terapia antirretroviral para ayudarlos a incorporar el tratamiento de la morbilidad, mortalidad y transmisión como piedra fundamental para la estrategia global para controlar la epidemia de VIH/sida. La Iglesia posee una penetración excepcional en países pobres. Francisco nos recibió con los brazos abiertos y nos felicitó por el trabajo que venimos realizando. Hablamos sobre la estrategia 90-90-90 que, de realizarse a nivel global, convertiría a la enfermedad en esporádica y endémica. Le manifestamos lo que estamos haciendo y su reacción fue muy positiva. Incluso entre los objetivos del Vaticano figura el de realizar un estudio de campo en Tanzania para la utilización de los tratamientos en forma preventiva. La idea es que la estrategia se convierta en global y la Iglesia puede ser una buena oportunidad para obtener repercusión. La realización de este estudio ayudará muchísimo también porque nos dará una escala mucho mayor a la que veníamos manejando.

–¿Cree que la Iglesia debe revisar su postura en cuanto al uso de preservativo?

–Hoy en día conviene enfocarnos en que estamos de acuerdo en luchar con la enfermedad, garantizando diagnósticos, tratamientos y negativización. Claro está que el uso de preservativo continúa siendo de gran importancia como método preventivo.

–¿Qué opina sobre la estrategia para paliar la enfermedad en la Argentina?

–Me siento muy orgulloso y contento por el trabajo que se viene llevando a cabo. Además, el país fue el primero en adoptar formalmente la estrategia 90-90-90 durante el año pasado. Esta estrategia plantea también ir a buscar los casos ya que, por más que tengamos los tratamientos disponibles para todos los pacientes, el mayor problema radica en que aún hay muchas personas que no saben que están infectadas. Una vez que se realiza una pesquisa exhaustiva de los casos y se garantiza el buen tratamiento, podemos comenzar a hablar de erradicar el virus de forma definitiva. Esto se traduce en compromiso activo del sistema de salud y tengo las mejores referencias del trabajo en la Argentina. Con la medicación disponible actualmente en la Argentina, podemos controlar la epidemia y dar el ejemplo a Latinoamérica de cómo se puede hacer esto.

En la actualidad, Montaner es director del Centro para la Excelencia en VIH/sida de la Columbia Británica en Vancouver, en Canadá donde está radicado desde 1981. Su mujer y cinco hijos son canadienses y, si bien no imagina su vida fuera del país del norte, afirma que "la Argentina está constantemente en mi mente y corazón. Siento que todo el trabajo que realizo en Canadá, también lo hago para Argentina, y en definitiva para todo el mundo", dice con orgulloso.

Sobre ese punto, asegura que "el mejor reconocimiento es que hoy en Columbia no tenemos casos de sida y que hace 18 meses cerramos la sala de sida. Esto puede llevar a que el día de mañana me quede sin trabajo, pero me llena de alegría. Cuando camino por el centro me encuentro con gente que lleva 20 años de tratamiento y están viviendo una vida normal."

–¿Cree que controlar el avance del virus a través de antirretrovirales debería ser una estrategia adoptada por todos los países?

–Creo que el tema puede ser tabú para muchos países. Promover el testeo de VIH resulta fundamental como también acercar a la gente la oportunidad de testearse. Si una persona tuvo relaciones sexuales en los últimos 50 años, debe confirmar que es VIH negativo y también debe servir para hallar a aquellos positivos y que lo desconocen. De lograrlo, para 2030, deberíamos alcanzar una reducción de casos del 90 por ciento. Es un objetivo ambicioso, pero para nada imposible.(VALORES RELIGIOSOS)