El gesto del pontífice se produjo el sábado pasado, primero en un mensaje que le dejó en el contestador telefónico, un rato después durante una nueva llamada en la que conversó con el periodista y, finalmente, en un mail que le envió.
En el correo electrónico -que Leuco leyó ayer en su programa de radio Mitre- el Papa le dice: “Estimado señor Leuco: Recibí su carta del pasado 9 (Carta Abierta al Papa Francisco) y le agradezco de corazón que la haya escrito. El tono sereno manifiesta la voluntad de comunicarse frontalmente y las disidencias se dicen con paz, fluidamente. No hay allí una sola agresión o alguna expresión altisonante. Y esa actitud edifica, une, es constructiva. Gracias. Muchas gracias”.
Y agrega: “Me permito una confidencia. Al concluir la lectura de su carta me vino a la mente una de las Bienaventuranzas:’Felices los mansos, porque recibirán la tierra en herencia’ (Mt 5,4). La mansedumbre, esa actitud tan ligada a la paciencia, a la escucha, a la ponderación y que –a veces- en el imaginario colectivo se la confunde con pusilanimidad. Pero no es así: en realidad es la virtud de los fuertes. Nuevamente, gracias. Y, por favor, le pido que no se olvide de rezar por mí. Que Dios lo bendiga”.
La carta abierta de Leuco al Papa había desatado una campaña de insultos y acusaciones contra el periodista y su hijo y colega, Diego, en los medios y programas oficialistas -entre ellos, 6, 7, 8, de Canal 7- y de blogueros K. Entre las cosas más suaves que le decían era que no tenía entidad para cuestionar la decisión del Papa de recibir a la presidenta. Si bien fuentes eclesiásticas dijeron que un pontífice no se puede negar a concederle una audiencia a un presidente, esta vez la cita no se realizará en la residencia de Santa Marta y será más breve.
Leuco reveló que durante la conversación con el Papa este le ratificó que se había sentido “usado políticamente” por ciertos argentinos que lo visitaron. Y que su carta abierta contenía algunas imprecisiones menores que, de ninguna manera, invalidaban su planteo. Además, el periodista le pidió autorización para difundir el contenido de las conversaciones, a lo que el Papa accedió. Más aún: le dijo que, para que nadie dudara de su veracidad, pondría sus conceptos en un mail, que le llegó poco después.
En la carta abierta, Leuco le decía que “mucha gente, tal vez una gran mayoría, piensa que usted está por cometer un error. Que está devaluando su propia palabra que vale oro. Usted dijo que no iba a recibir a ningún político más hasta después de las elecciones y que se había sentido usado por la política argentina”.
Agregaba que “la foto que ella (la presidenta) exhibirá con usted no ayuda a los que quieren alternancia democrática y más república”. También, que “es una piedra en el camino de la reconciliación que usted la reciba una vez más a ella sola y por quinta vez -contando el saludo en Brasil-. ¿No es suficiente?”.
“Nosotros rezamos por usted y cuidamos a Cristina, pero usted también rece por nosotros y cuide un poco a todos los ciudadanos de este país que tanto lo aman”, señalaba.(VALORES RELIGIOSOS)