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Miles de firmas piden que Ricardo III reciba sepultura católica
01 - 02 - 2015 - HISTORIA - Media

El proyecto “Looking for Richard”, organización que promovió y ejecutó el proyecto que llevó al hallazgo de los restos del rey Ricardo III de Inglaterra, lidera ahora una campaña para conseguir que el gobernante reciba una sepultura católica de acuerdo a la fe que profesó y para que sus restos no estén más tiempo confinados en un laboratorio de la Universidad de Leicester sino que reposen en un recinto sagrado. Si Ricartdo III no habrìa muerto,tal vez la iglesia anglicana nunca hubiera existido.

La petición, señala una nota de Gaudium Press, ya reunió más de tres mil firmas en comunidades católicas locales y ahora se abrió una convocatoria a través de Internet para sumar el apoyo de personas de todo el mundo.

Buscando a Ricardo III
“Nuestro propósito al recuperar del olvido los restos de Ricardo III no era desenterrar un trofeo o un espécimen científico”, declaró la organización, sino permitirle a un rey caído un entierro conducido con dignidad y respeto debido a su fe religiosa”.

La necesidad de una sepultura digna de su condición real surge de las condiciones de su muerte, acaecida en la Batalla de Bosworth en 1485 a manos del ejército de Henry Tudor quien de este modo reclamó la corona británica bajo el nombre de Enrique VII. El rey depuesto fue enterrado sin solemnidad en un monasterio que sería años más tarde disuelto por el hijo del nuevo rey, Enrique VIII, durante su persecución a la Iglesia Católica tras la creación de la religión anglicana. La ubicación exacta de la sepultura del rey quedó en el olvido y finalmente fue hallada bajo un parque en la ciudad de Leicester.

El camino que condujo al hallazgo fue prolongado y requirió desde una amplia labor de investigación para determinar los lugares posibles en los cuales podría hallarse el cuerpo, las diversas autorizaciones para llevar a cabo la excavación hasta la financiación de los expertos que finalmente encontrarían los restos mortales y confirmarían la autenticidad del hallazgo.

Toda esta labor fue realizada por el Proyecto “Looking for Richard”, pero las discrepancias sobre el tratamiento del cadáver del rey comenzaron tras el trámite del permiso gubernamental de exhumación y la custodia de los restos otorgada a la Universidad de Leicester, la cual negó la posibilidad de que se preservaran en una capilla durante el período de espera de su nueva sepultura. Sin autoridad sobre el cuerpo del rey, la organización dedicó sus esfuerzos a buscar la sensibilización de la opinión pública sobre el trato debido a los restos de un soberano y un creyente practicante.

Respeto por la identidad católica
Las autoridades decidieron oficialmente que la nueva sepultura del rey Ricardo III se ubicará en la catedral anglicana de Leicester y que los restos permanezcan bajo custodia de la Universidad (la cual los preserva en un laboratorio) hasta el mes de marzo, cuando serán conducidos al recinto.

“Queríamos que permaneciera en una capilla de descanso (durante la espera). Ellos se negaron”, denunció Looking for Richard en su petición. “Ahora pedimos lo último que podría desearse para cualquiera, y especialmente para los caídos en batalla: ser confinado reverentemente en un lugar sagrado de su propia religión”.

La convocatoria está abierta a todas las personas, afirmando que el deseo de ser enterrado de acuerdo a los ritos de la propia religión es comprendido por personas de cualquier creencia y el trato respetuoso del cuerpo de los muertos “es una característica de la sociedad civilizada”.

La elección de las autoridades de un templo anglicano en lugar de uno católico fue criticada por el Dr. John Ashdown-Hill, historiador y genealogista cuya investigación en ADN permitió identificar satisfactoriamente los restos.

“Existe mucha evidencia de que Ricardo III tenía una fe personal muy seria”, recordó el experto. “Si Ricardo III no hubiera muerto, tal vez la iglesia anglicana nunca habría existido”.

En efecto, la reforma religiosa y la prohibición del culto católico fue impuesta por Enrique VIII, hijo de Enrique Tudor, cuando la Iglesia Católica le negó la anulación de su matrimonio con Catalina de Aragón. Para recordar la fe católica de Ricardo III, el Dr. Ashdown-Hill obtuvo que un Rosario sea introducido en la tumba del rey.

Por lo pronto, la Iglesia Católica anunció que celebrará una misa de Réquiem por el alma del rey difunto en un templo católico, la iglesia de la Santa Cruz, cercano al lugar de la sepultura y que será presidida por el cardenal Vincent Nichols, arzobispo de Westminster, el día 23 de marzo de 2015, tres días antes del acto formal de enterramiento.

El propio rey Ricardo III dejó señalada una oración para ser recitada en caso de su muerte, como parte de los Estatutos de la Iglesia Colegiada de Middleham.