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Unos matan en nombre de Alá, otros legalizan el aborto
20 - 01 - 2015 - EMERGENCIA ANTROPOLOGICA - Vida

Los hechos que a diario refieren los noticieros centrales muestran que desde su concepción el ser humano está hoy expuesto a morir en virtud del terrorismo religioso y el terrorismo de estado. Unos matan en nombre de Alá, otros legalizan o despenalizan el aborto. Ese es el foco de la reflexión que realiza el historiador de la Universidad Europea de Roma y presidente de la Fondazione Lepanto, Roberto de Mattei, en columna difundida en Corrispondenza Romana esta semana.

Tanto el islamismo como el relativismo requieren del fanatismo para imponerse y el fanatismo no es la afirmación de la verdad, sino el desequilibrio intelectual y emocional que nace del alejamiento de la verdad reflexiona de Mattei.

“Occidente dice que está dispuesto a aceptar un Islam con el rostro humano, pero en realidad, lo que del Islam rechaza no es sólo la violencia, sino también su absolutismo religioso. Para Occidente hay licencia para matar en nombre del relativismo moral, pero no en nombre de los valores absolutos. Sin embargo, el aborto es sistemáticamente practicado en todos los Países occidentales y ninguno de los Jefes de Estado que han desfilado en París contra el Terror lo ha condenado jamás. Pero ¿qué es el aborto sino la legalización del Terror, el Terror de Estado promovido, alentado, justificado? ¿Qué derecho tienen los líderes occidentales de manifestarse en contra del Terror?”, sentencia el destacado historiador.

No se puede combatir el Islamismo en nombre del iluminismo ni mucho menos del relativismo afirma de Mattei y concluye que solo se puede oponer a él “ la ley natural y divina”, que es precisamente lo que niega tanto el relativismo como el Islamismo.

Bachelet, los detenidos desaparecidos y el aborto

Ese vínculo que realiza el historiador entre terroristas religiosos y promotores del aborto ha estado también en el foco del debate en Chile durante los últimos días. Este país latinoamericano, gracias a sus leyes y acervo cultural de su gente, ha sido por décadas defensor de la vida desde el momento de la concepción. Hoy, liderada por Michele Bachelet desde el poder ejecutivo, su propuesta por despenalizar el aborto es vista por muchos como un ataque certero a la cultura pro vida. Son incluso algunos aliados políticos quienes cuestionan los anhelos de Bachelet por despenalizar el aborto...

Uno de ellos es el político de la Democracia Cristiana Jorge Jiménez de la Jara, ex Ministro de Salud en el gobierno de Patricio Aylwin (1990-1994), primero post dictadura. En declaraciones difundidas por diario La Segunda (12.01.2015) un duro Jiménez, buscando abrir la conciencia de los sectores de izquierda, comparó los padecimientos del aborto con la situación de los desaparecidos durante la dictadura militar.

“El aborto –dijo Jiménez de la Jara- es un acto en que la mujer nunca sabrá cómo iba a ser ese niño, no lo va a ver... y tiene que verlo. Conozco casos de mujeres que nunca han visto a sus hijos cuando nacieron y que después han muerto; esas mujeres quedan con un vacío enorme por no haber podido verlo. Es como los desaparecidos, pasa lo mismo que la desaparición de un cuerpo. La gente que nunca más vio a su hijo porque lo secuestraron y luego lo asesinaron (como en México, Argentina o aquí) queda con una herida para siempre”.

Jiménez de la Jara confidenció al diario chileno que su oposición al aborto nace de la experiencia, de lo vivido, luego de haber perdido un hijo de 29 semanas que nació prematuro por tener RH negativo. “Yo lo recibí y traté porque era pediatra del Roberto del Río (n. del e.: hospital para niños en la capital chilena), pero mi señora casi no lo vio, apenas cuando lo sacaron en la cesárea y luego cuando murió. Para nosotros fue un drama. Para mí fue terrible porque murió en mis brazos, pesaba un kilo 400 gramos e hicimos todo lo posible, pero era 1974 no había respiradores", recuerda.

También la experiencia de una hija, señala este médico y político chileno, colaboró a formar su conciencia pro vida. "Este nieto que tengo aquí tiene nueve meses y estuvo a punto de ser abortado", dice mientras contempla el fondo de pantalla de su computador. "A mi hija que vive en Estados Unidos –puntualiza- le detectaron durante el embarazo que tenía muy elevada una proteína que se asocia a la espina bífida. Eso podía hacer que no se cerrara el canal neural (y las últimas vértebras de la columna) y en consecuencia que el niño naciera con parálisis en las piernas o dificultades para caminar. Por eso le ofrecieron abortar".(PORTALUZ)