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Eficiente lobby posiciona al Islam como la ‘religión de la paz’.
02 - 01 - 2015 - INTERRELIGIOSO - Musulmanes

A estas alturas de la situación muchos  se preguntarán como es que los jihadistas musulmanes está creciendo tan rápido en el mundo musulmán y en occidente y son capaces de tantos hechos violentos sin que las fuerzas de seguridad occidentales y de los supuestos estados musulmanes moderados los detengan.

La respuesta hay que buscarla en el ‘colchón’ de protección que el discurso políticamente correcto ha tejido alrededor del Islam, que impide identificar adecuadamente a los agresores. Occidente se niega a decir que son musulmanes sino simples criminales, y por tanto no pueden ir a buscarlos entre las comunidades musulmanas, que es donde se camuflan.

Este mecanismo perverso está dejando desprotegido no sólo a occidente, sino preferentemente al cristianismo, que es su gran objetivo.

LA NARRATIVA DE QUE EL ISLAM ES UNA RELIGIÓN DE PAZ, Y LOS EXTREMISTAS SON UNA PEQUEÑA MINORÍA
ISIL, Boko Haram, Talibanes, al-Qaeda, al-Nusra, al-Shabbab, Hezbollah, Hamas, terroristas suicidas, lobos solitarios, decapitación de los niños, esclavitud sexual, conversiones forzadas, ataques a niños en edad escolar, cientos de miles de cristianos que huyen de sus hogares, turbas antisemitas en Europa.
¿Esto lo hace una pequeña minoría?
Si todas estas minorías “pequeñas” y lobos solitarios unieran sus fuerzas, sobrepasarían fácilmente la mayoría de los ejércitos de la OTAN.
islam y la estatua de la libertad
Por otra parte, aquellos que participan activamente en el terror parecen tener considerable apoyo de su gente. Por ejemplo, una encuesta reciente a los ciudadanos franceses reveló que uno de cada seis tenía una opinión positiva del ISIL.
Teniendo en cuenta que la población musulmana de Francia es de aproximadamente 11 por ciento, y suponiendo que el grueso de la simpatía del 16 por ciento eran musulmanes, eso significaría que la mayoría de los musulmanes franceses simpatizan con ISIL.

Mientras tanto, una encuesta a jóvenes turcos en Holanda encontró que el 80 por ciento de ellos no ven nada malo en la jihad contra los infieles.
Haron Monis, el autodenominado jeque que tomó diecisiete personas como rehenes en un café de Sydney, que supuestamente era un lobo solitario, sin embargo tuvo 14.000 “me gusta” en su página de Facebook.
Un problema con aferrarse a estas narrativas es que muchos de aquellos que repiten las narraciones lo hacen como pretexto. Como el psiquiatra Theodore Dalrymple dijo:
Cuando las personas se ven obligadas a permanecer en silencio cuando se les dice las mentiras más obvias, o aún peor cuando se ven obligadas a repetir las mismas, pierden todo su sentido de la probidad. Dar el visto bueno a las mentiras obvias es cooperar con el mal, y de alguna manera a convertirse en el mal uno mismo.
Los que logran a pesar de todo retener su probidad u honradez perderán el respeto de los que se mantienen firmes diciendo las mentiras, quizás por propia conveniencia personal.
Recientemente, después que los talibanes en Pakistán asesinaron a 135 niños en edad escolar, funcionarios de la OTAN emitieron una declaración condenando el ataque y afirmando que mostraba una “falta de respeto a la fe islámica” ¿Es esto asó o es justamente lo contrario?
En primer lugar, la palabra “talibán” significa “estudiante”. El grupo se formó originalmente con estudiantes de madrazas, personas que estudian el Corán y supuestamente saben algo sobre el Islam.
En segundo lugar, los grupos como los talibanes, al-Qaeda y los demás se formaron precisamente porque sentían que el Islam no estaba recibiendo suficiente respeto.
“Falta de respeto a la fe islámica”, “esto no tiene nada que ver con el Islam”, “[las decapitaciones o el crimen que sea] no representa ninguna fe, y menos aún la del Islam”
Son tantas las comprobaciones contrarias que después de un tiempo de defender la narrativa políticamente correcta, muchos comienzan a tener sus dudas en sus adentros, aunque la mayoría se mantendrá firme porque no quieren conflictos.
Es posible que comiencen a pensar. “[insertar aquí la última atrocidad cometida por los jihadistas] probablemente tiene algo que ver con el Islam”.

La cuestión es más compleja que decir simplemente esto es debido a la lógica del Islam o nada de esta violencia es debido a la doctrina del Islam. Es más matizado, pero la realidad implica que la propia doctrina religiosa-política del Islam por lo menos acepta y practica la violencia contra los infieles. Ver aquí las diferencias con el cristianismo.
Pero más allá de sus efectos a nivel de cada persona, hay una consecuencia más peligrosa, que es respecto a nuestra seguridad en occidente.
La policía, los militares, los servicios de inteligencia, los medios de comunicación, los académicos, los gobiernos están entre dos fuegos. Por un lado no pueden cerrar los ojos a la realidad de la radicalización islámica y su génesis de violencia, y por otro lado tienen mucha presión para ejercitar el discurso políticamente correcto para no “herir” a los musulmanes.
Si la narrativa políticamente correcta dice que la violencia no tiene nada que ver con el Islam, entonces van a buscar sus causas en otro lugar: en la pobreza, los agravios históricos, la falta de educación, la enfermedad mental, cualquier cosa excepto en los dictados religiosos.
Y mientras tanto, en ausencia de cualquier análisis preciso, el Islam militante continuará creciendo.
La respuesta confusa de Occidente a los acontecimientos en el mundo musulmán tiene sus raíces en una narración igualmente confusa. La preservación de la ficción de que el Islam es una religión de paz ha hecho posible que la cepa violenta del Islam se convierta en casi la tendencia dominante.
Del mismo modo, las políticas de inmigración ingenuas de Europa, que se basan en la fantasía multicultural, parecen dirigidas a garantizar que los problemas de Siria e Irak serán pronto los problemas de varios países europeos.

OTRA NARRATIVA FALSA PARA ESCONDER LA ESTRATEGIA DE LOS MUSULMANES RADICALES
Los medios de comunicación occidentales permiten camuflarse al terrorismo islámico mediante juegos semánticos y omisiones convenientes.
Retratan la violencia como un producto de los agravios históricos, “la islamofobia”, una locura individual, la pobreza, la ignorancia, el imperialismo de occidente contra las regiones del Islam.
La estrategia que recientemente salió a la luz consiste en destacar que los ataques terroristas islámicos se dirigen a otros musulmanes.

La lógica aquí es clara: ¿Cómo pueden estos grupos ser islámicos si atacan y matan a otros musulmanes?
Cualquiera que sea su motivación, seguramente no son del Islam, porque los que están siendo asesinados son los mismos musulmanes. Esto sugiere que los propios terroristas no pueden ser verdaderos musulmanes porque los musulmanes tienen generalmente prohibido por el Islam matar a otros musulmanes (aunque existen salvedades).
Un ejemplo reciente de esto es el 16 de diciembre cuando los talibanes atacaron a una escuela pública del ejército en Peshawar, donde 145 personas murieron, en su mayoría menores de 18 años y niños en edad escolar. Este hecho fue denunciado por todo los medios de comunicación, y con razón.
Sin embargo, plantea la pregunta: ¿por qué ataques similares, cuando se dirigen a los no musulmanes – especialmente a los cristianos – rara vez o nunca obtienen la misma cobertura de los medios?
Por ejemplo, en Nigeria el 10 de noviembre, un ataque suicida con bomba en una escuela secundaria cristiana en la ciudad de Potiskum, en el estado de Yobe, en el noreste de Nigeria, ha matado al menos a 47 personas. Boko Haram se piensa que estuvo detrás de la explosión, después de haber llevado a cabo varios ataques en escuelas que imparten una educación al estilo occidental. Boko Haram significa “la educación occidental está prohibida” de lo que este último ataque de la escuela es un claro recordatorio.
A principios de año en Nigeria “Boko Haram se cobró la vida de 59 estudiantes en una escuela cristiana… Unos 50 hombres emboscaron a la escuela, y tiraron contra el personal y los estudiantes. Una vez terminado, prendieron fuego a los edificios, con muchos estudiantes todavía en el interior. Es el cuarto ataque de este tipo desde mayo del año pasado.
Aquí está el testimonio de un testigo ocular de otro ataque islámico en una escuela cristiana en Siria, donde 12 personas – en su mayoría niños – fueron asesinados:
Quiero decirle acerca del Martes. Fue un día terrible. Lloramos y oramos todo el día. El martes ellos estaban bombardeando Bab Touma, la ciudad vieja de Damasco. Muchos cristianos viven allí. También hay una escuela cristiana privada. Conocemos a mucha gente en esa escuela. Algunos niños de nuestra zona también van a la escuela allí. Cuando esos niños fueron a la escuela el martes, se reunieron en la plaza como siempre lo hacen, y un mortero cayó en medio de ellos. Algunos amigos pasaron por la escuela y vieron que los padres y los maestros llevaban a sus hijos heridos fuera de la escuela, chorreando sangre. Los vieron corriendo a los hospitales en pánico. Para mí, como madre y maestra, casi no puedo soportar la idea de imaginar por lo que estas personas deben estar pasando en este momento. Doce personas perdieron la vida en esa escuela, la mayoría de ellos niños de la escuela primaria. Muchos más de ellos han perdido brazos y piernas o tienen otras lesiones.
Los ataques islámicos a escuelas cristianas no son casualidad sino son bastante comunes. El 5 de noviembre en Bangladesh, cientos de musulmanes, algunos armados con cuchillos y machetes, atacaron una escuela cristiana. Ellos quemaron su biblioteca, quemaron Biblias e himnarios, y cometieron otros actos de violencia sin sentido.
Según una fuente,
“Una ola de pánico se extendió a través de la escuela y traumatizó a todos. Muchos estudiantes se enfermaron en los días siguientes ¿la razón de este ataque en particular?, la narración musulmana es un rumor de que la escuela cristiana estaba convirtiendo a los estudiantes musulmanes al cristianismo”.
¿Cuántas de esas personas occidentales han escuchado sobre estos ataques? No muchos, porque no tuvieron destaque en la prensa occidental.
La razón es evidente, la presentación de informes de musulmanes matando musulmanes no contradice el relato de los principales medios de comunicación, sino que refuerza la narrativa de los políticos occidentales que habitualmente los caracterizan como meros “criminales”.
Es así como ya dijimos, la Fuerza de Asistencia de la OTAN en Afganistán emitió una declaración condenando el atentado de Peshawar, y agregó:
“Las acciones de barbarie de los talibanes ilustran su falta de valor para la vida humana y la falta de respeto a la fe islámica. Estos ataques sólo demuestran su deseo egoísta por el poder y la voluntad de asesinar para alcanzar sus objetivos egoístas“.
Por otro lado, es más difícil para los medios disimular los motivos de los musulmanes que atacan intencionalmente y matan a “los otros”, minorías “infieles” simplemente indefensas.
Cuando suceden casos de cuatro niños decapitados por negarse a renunciar a Cristo o como la mayor masacre de cristianos en Siria, éstos rara vez obtienen gran cobertura de los medios del sistema, porque pondría en duda la narrativa principal, e indicaría que la violencia islámica es un producto del odio islámico para los no musulmanes y para los supuestos infieles de su propia religión.(FOROS DE LA VIRGEN)