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Ex-esclava sexual testimonia ante el Pontífice
20 - 12 - 2014 - EMERGENCIA ANTROPOLOGICA - Otros

“Sí, amigos, es la presencia del Señor, que marca la diferencia entre la libertad del bien y el mal de la esclavitud, lo que nos puede permitir hacer buenas obras y dibujar un gozo íntimo, capaz de irradiar incluso a los que están cerca de nosotros” aseguró Papa Francisco este sábado 20 de diciembre en el aula Pablo VI del Vaticano a los miembros de la Comunidad Papa Juan XXIII que trabaja con presos, gitanos, prostitutas y personas sin techo en 34 países en el mundo.

En su discurso ante los minusválidos y sus asistentes que viven en las 'casa familia' de la Asociación, el Papa Francisco dijo: “la presencia del Señor amplía los horizontes, cura los pensamientos y emociones, nos da la fuerza para superar las dificultades y pruebas. Por que dónde está el Señor Jesús, hay resurrección, hay vida”.

La Asociación ha sido fundada por el sacerdote italiano, Oreste Benzi en 1968, quien hizo como lema de su misión el auxilio a los pobres y el discurso de la montaña de Jesús.

Papa Francisco explicó que “la fe mueve las montañas de la indiferencia y de la apatía, el desinterés y del estéril repliegue sobre sí mismos”.

“La fe abre la puerta de la caridad- continuó –haciéndonos imitar a Jesús, nos anima al bien dándonos el coraje para actuar siguiendo el ejemplo del Buen Samaritano”.

Durante la audiencia el Pontífice escuchó los testimonios de una mujer nigeriana ex esclava sexual y una familia de origen gitana.

“Llegue de Nigeria a los 25 años engañada. Me pidieron pagar 50.000 euros por mi libertad. La Comunidad me ha ayudado. Quedé embarazada y un sacerdote me dijo 'esta no es vida para ti' y a partir de ese momento tuve una segunda oportunidad” narró la mujer ante el Papa.

Un joven nómada del Oriente de Europa que vive en Italia contó al Papa Francisco su historia. “Vivíamos en un campo nómada en medio del barro. Tuvimos que salir de allí para parquear el carro-casa en un parqueadero lleno de ratas. Robaba para mantener mis hijos. Tenía miedo. La comunidad nos ha recibido, cuando estuve en cárcel, ella ha mantenido mis hijos”. La familia de origen gitana ahora vive en la “Aldea de la felicidad” un conjunto de residencias cristianas.

Papa Francisco “sus historias hablan de esclavitud y de liberación, hablan del egoísmo de los que piensan construir la existencia explotando a otros y de la generosidad de los que ayudan al prójimo a recuperarse de la degradación material y moral”.

“Se trata de experiencias – agregó- que ponen de relieve las muchas formas de pobreza”. Además, “revelan la miseria más peligrosa y causa de las demás: la lejanía de Dios”.

El Papa denunció la miseria ciega de “considerar el propósito” de la vida; “la riqueza material, la búsqueda del poder, del placer y de esclavizar la vida del prójimo para lograr estos objetivos”.

En este sentido, el Papa puso como ejemplo la vida cristiana de Don Oreste Benzi. “Su amor por los niños y los pobres, los excluidos y los abandonados, tenía sus raíces en Jesús crucificado, que se hizo pobre y último para nosotros”.

En octubre de 2010 se ha iniciado la causa de beatificación de Don Benzi (1925 - 2007), quien fue un sacerdote de periferia como esos que inspiran a Papa Francisco.

“Don Benzi” llamaba a los pobres mis “hermanitos y hermanitas” y es conocido en el mundo por dedicarse a salvar mujeres esclavas y obligadas a la prostitución. Es el pionero en Italia de las casas familia (346 unidad hasta la fecha) para auxiliar minusválidos, huérfanos, drogadictos, presos y ex prostitutas. La obra, ahora se extiende a otras naciones en el mundo, entre ellas en Argentina, Colombia, Brasil y España.

En el año 2000 la fundación de don Oreste encontró a Papa Juan Pablo II que recordó el evangelio: “Publicanos y prostitutas les precederán en el cielo”.

Don Benzi murió a los 82 años en Rimini, Italia y era conocido por promover un evangelio encarnado en la sonrisa y la mano tendida a los más necesitados.