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Vaticano: Las claves para el deshielo Cuba-Estados Unidos
19 - 12 - 2014 - CULTURA - PolĂ­tica

Con la mediación entre Cuba y Estados Unidos la diplomacia del Vaticano vuelve a estar al centro del escenario internacional. La alegría del Papa y la sorpresa grata de varios embajadores acreditados ante la Santa Sede

Un trabajo profesional; bien hecho. Al estilo de la mejor diplomacia vaticana. Discreción absoluta y buen oficio. Son características de la mediación papal entre Cuba y Estados Unidos. Cualidades que reconocieron embajadores acreditados ante la Santa Sede consultados por el Vatican Insider. Confesaron su sorpresa ante la noticia del acercamiento Washington-La Habana y señalaron a la reserva como el factor clave para los resultados históricos obtenidos.

El primero en reconocer el trabajo de los diplomáticos fue el propio Papa Francisco. No pudo contener su alegría la mañana de este jueves, al recibir –en la Sala Clementina del Palacio Apostólico- las cartas credenciales de un grupo numerosos de nuevos embajadores.

“El trabajo del embajador es un trabajo de pequeños pasos, de pequeñas cosas, pero que terminan siempre por construir la paz, acercar los corazones de los pueblos, sembrar la fraternidad entre los pueblos. Y esto es vuestro trabajo, con pequeñas cosas, pequeñitas”, dijo.

“Hoy estamos todos contentos, porque vimos como dos pueblos, que se habían alejado desde hacía tantos años, ayer dieron un paso de acercamiento. Esto fue llevado adelante por embajadores, por la diplomacia. Es un trabajo noble el de ustedes, muy noble”, agregó.

Mientras tanto, una mezcla entre satisfacción y agradecimiento al Papa se percibía en las embajadas de Roma. Apenas unas horas atrás casi ningún diplomático sospechaba el paso que iban a cumplir los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, justo en el día del cumpleaños de Francisco, pieza clave del acercamiento final entre los dos. Aunque algunos embajadores habían recibido, meses atrás, señales concretas de distensión.

A inicios de abril varios de ellos, representantes de América Latina, fueron invitados a un desayuno en la residencia de su colega de Estados Unidos, Kenneth Hackett. El objetivo del encuentro era intercambiar opiniones sobre la audiencia privada que habían sostenido el Papa y Obama unos días antes, el 27 de marzo. En un ambiente amistoso y cordial, el anfitrión aseguró que el presidente había regresado a su país muy contento tras aquel cara a cara.

Los embajadores dieron sus opiniones, todas positivas. Y Hackett reveló que, entre los asuntos tratados, estaban las conversaciones abiertas para la liberación del contratista Alan Gross y los tres agentes cubanos parte del “Grupo de los cinco”. Ese dato quedó ahí, porque el legado estadounidense no pudo ofrecer más detalles a sus invitados.

Pero para esas fechas la intervención vaticana era inminente. En enero anterior el secretario de Estado John Kerry había viajado a Roma exclusivamente para reunirse con su homólogo de la Santa Sede, Pietro Parolin. Entonces funcionarios cubanos y estadounidenses ya habían sostenido encuentros secretos en Canadá, “territorio neutral”. Luego, entrado el verano boreal, los tiempos estuvieron maduros para el involucramiento directo del Papa.

Algunos detalles de esta cronología los confirmó el mismo embajador Hackett en una declaración oficial. En ella destacó el “papel clave” del Vaticano a lo largo de las negociaciones y la voluntad del Papa, quien escribió cartas personales a los presidentes de Estados Unidos y Cuba a mediados de este año. En ellas no sólo abogó por la liberación mutua de detenidos sino que “también impulsó el progreso en la relación bilateral”.

“El presidente manifestó su aprecio al apoyo del Papa a las conversaciones, su autoridad moral para alentar a ambas partes y el ofrecimiento de los buenos de Vaticano para convocar ambas delegaciones”, sostuvo el diplomático. Las comitivas se encontraron, en Roma, en el mes de octubre. La pericia del cardenal Parolin ayudó a encontrar soluciones satisfactorias para todos.

“Recibimos la noticia con sorpresa pero con mucha alegría, sabemos que el Papa hizo una labor muy importante a nivel de política internacional facilitando los contactos y la mediación con buenos resultados”, dijo al Vatican Insider este jueves Antonio de Almeida Ribeiro, embajador portugués ante la Santa Sede.

Destacó a Francisco como una “referencia moral en todo el mundo” y que cuenta con el respeto de los más variados sectores a nivel internacional. Con él coincidió Juan Carlos Gamarra, representante del Perú, que constató su “peso específico” como líder y la confianza que suscita.

“Fue muy importante la gestión vaticana, siguiendo las políticas del Papa a favor de la paz, armonía y convivencia. Fundamental fue que todo esto se hizo en gran reserva. Se trata de estados amigos, el Vaticano y Canadá, que actuaron con enorme discreción. El rol del Papa manifiesta su peso y espero que su gran labor se extienda a otros conflictos que existen en el mundo. Esperemos esta buena actitud se refleje en otros problemas, porque la humanidad necesita vivir en paz”, dijo Alfonso Matta Fahsen, de Guatemala.

El embajador de Venezuela, Germán José Mundaraín Hernández, recordó que la distensión entre Estados Unidos y Cuba ha sido “una solicitud constante” no sólo de los gobierno de América Latina sino también de muchos sectores de Estados Unidos.

Y abundó: “Resulta sorprendente la amplitud de los acuerdos a los que llegaron ambas partes, que esperamos lleguen a ser mucho mayores. Sabemos que no es fácil ni expedito desmontar un sistema que lleva 50 años. Ha sido un acto de valentía de Obama y de Castro, han demostrado coraje para tomar una decisión extraordinaria que llegó –con referencia religiosa- en Adviento, un tiempo de reconciliación, de diálogo, de buenas noticias”.(VATICAN INSIDER)