Los casamientos por iglesia descendieron un 15,5% entre 2000 y 2012, pero la cantidad total de bodas en la Argentina decreció en el mismo período 1,32%, reveló hoy un informe sobre "Los argentinos y la familia" de la Universidad Católica Argentina (UCA).
El estudio constató que, pese a la tendencia declinante en los matrimonios sacramentales, en esos doce años disminuyó un 1,2% el número de bautizados, período en el que los nacimientos aumentaron un 5,3%.
Asimismo, determinó un descenso de los matrimonios religiosos en relación con el total de matrimonios en las últimas dos décadas: en 1990 el porcentaje de bodas católicas representaba el 83% y en 2011 bajó al 46%.
Además, el estudio destacó que a pesar de esa fuerte reducción de uniones sacramentales la familia sigue ocupando un lugar central en la sociedad y observó que el sentirse feliz aparece asociado a la presencia de pareja, así se tengan o no hijos.
El informe de la UCA citó cifras de los Anuarios Estadísticos de la Iglesia que permitieron constatar una disminución "en cifras absolutas" de los matrimonios sacramentales en ese mismo período: en 1990 hubo 155.194 bodas religiosas y en 2012 apenas 58.629.
Según los mismos datos estadísticos, en 1990 se celebraron 598.887 bautismos y en 2012 hubo una disminución, hasta llegar a 547.925.
El estudio precisó que en 2000 el 79% de los bebés nacidos fueron bautizados, mientras en 2012 el porcentaje descendió al 74,2%. Otro dato significativo es que 2001, con 59,7%, fue el año en el que menos bautismos se celebraron.
"La tendencia decreciente de matrimonios sacramentales reafirma la modalidad 'informal' en la vida de relación cotidiana y especialmente entre los jóvenes, pero al mismo tiempo siguen preservando el valor del bautismo lo que puede interpretarse como un signo positivo de apertura a la dimensión trascendente", sostuvo el informe.
El Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la casa de altos estudios incorporó el módulo "Los argentinos y la familia" a partir de la convocatoria del papa Francisco al Sínodo de Obispos, que en octubre comenzó a debatir las nuevas realidades familiares en el mundo.
(VALORES RELIGIOSOS)
