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Gallardón:la familia no puede ser sustituida por el poder público
15 - 11 - 2014 - EMERGENCIA ANTROPOLOGICA - Familia

En el marco del XVI Congreso Católicos y Vida Pública, el exministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón ha llamado este viernes a superar "el miedo a los hechos que contradicen a las teorías políticamente correctas". "Nos enfrentamos a una sociedad que ha asumido como propias algunas teorías que están profundamente contradichas por la realidad, por los hechos cotidianos y que, por lo tanto, no podemos asumir", ha añadido.

En esta línea, Ruiz-Gallardón ha criticado la concepción del aborto como un "derecho". "El mal llamado feminismo --ha proseguido-- introdujo la idea de que cuando se produce un conflicto entre el más débil de todos, el no nacido, y la mujer, su madre, tiene que primar el derecho de la mujer". Así, ha denunciado el "mal llamado progresismo" que, en el caso de los niños concebidos y no nacidos, se decanta por privilegiar las decisiones de la madre frente al derecho a nacer del nasciturus. Esto supone, a su juicio, una "quiebra" de la lógica del progresismo, "que siempre había optado por defender al más vulnerable", ha recordado. "Esas teorías mal llamadas progresistas nos están doblando la voluntad. No sólo tenemos que articular medidas, sino también fortalecer nuestro pensamiento y proclamarlo con orgullo", ha destacado.

En su intervención, el exministro ha realizado un exhaustivo repaso a la situación de la familia. "El ser humano tiene derecho a la familia. No se le puede privar de ella ni ser sustituida por los poderes públicos", ha apuntado. "La crisis económica es la prueba de que la familia es imprescindible, pues es instrumento para garantizar la solidaridad humana", ha incidido. De sus palabras se deduce que la institución familiar está amenazada en Europa, un hecho del que se siente responsable al haber formado parte del Gobierno de España durante los últimos tres años. "Soy responsable de muchas de las cosas que voy a criticar", ha deplorado. "Somos la sociedad y los poderes públicos los que ponemos obstáculos políticos, económicos y culturales", ha añadido. Lo fundamental es que se reconozca la condición de "realidad natural" de la familia, ha enfatizado.

A pesar de las dificultades, y de la situación adversa que describen los datos demográficos, Ruiz-Gallardón ha detectado motivos para la esperanza. En este sentido, ha afirmado que "nada ha podido acabar con la familia, porque es indestructible". Según ha explicado, la familia tiene todavía una buena valoración, las parejas todavía contemplan el horizonte del matrimonio y también sigue presente el deseo de paternidad. Si éste no se materializa en mayor número es "por la violencia estructural" que pone a la mujer en la disyuntiva entre la maternidad y el desarrollo profesional, ha lamentado.

El exministro ha dedicado también parte de su exposición a analizar la vigente Ley de Salud Sexual y Reproductiva, a la que venía a sustituir el Proyecto de Ley que auspició y cuya retirada motivó su dimisión el pasado mes de septiembre. Al respecto, ha reconocido que lo que más le disgusta del texto vigente es la "consideración de que los derechos de un ser humano estén en función de si tiene discapacidad o no". En su opinión, en esta previsión legislativa subyace un "ataque a la familia", que es la que cuida de estas personas. "Aquéllos que no creen en la familia no quieren que se produzcan estas situaciones porque ello pondría ante su propia conciencia lo que supone una cultura de humanidad", ha indicado. Asimismo, ha advertido sobre el hecho de que el aborto "sea utilizado como un método anticonceptivo".

Refiriéndose a los motivos de su dimisión, Ruiz-Gallardón ha asegurado que "no hay éxito social ni profesional" que compense la renuncia a aquello en lo que "con honestidad" una persona cree. Y preguntado por la razón de la retirada de la reforma de la Ley del aborto, se ha sincerado: "quiero terminar mi intervención diciendo, y entiéndanme ustedes la expresión, que me da igual. No me importa que haya sido porque lo ha promovido un 'lobby' económico, no me importa que haya sido porque alguien haya pensado que es un beneficio electoral. Es lo de menos. Lo de más es que no hay ninguno, ni uno solo de los motivos que pudiésemos imaginar en contraposición al deber moral de cualquier ser humano de defender la vida de sus semejantes. Sea éste o sea cualquier otro, lo único que me da es asco".(ZENIT)