Todo arranca tras los últimos recortes del Ministerio de Educación en Irlanda, una decisión que obligó a unir varias clases en una, despidiendo a uno de los profesores. Así lo explica el propio O'Riordan: "Habrá una clase con 32 alumnos, un 50 por ciento por encima de la ratio establecida oficialmente para los colegios de zonas desfavorecidas".
El párroco inició una campaña para recoger fondos y así poder pagar al profesor. En poco tiempo consiguió recaudar lo suficiente para pagar su sueldo durante un mes, pero al ver que no podía hacer frente a más, realizó una petición insólita: "Pido a las iglesias y parroquias del país que se planteen vender los objetos de oro almacenados y que no se usan para servir a un bien superior".
Y añade: "Dar a los niños más desfavorecidos una oportunidad de que puedan desarrollar los dones que Dios les ha dado".
Hasta el momento, no hay ninguna iglesia que se haya adherido al movimiento ni ha recibido más respaldo. Él, por lo pronto, mantiene la petición de vender el oro de su iglesia. Veremos si llega a buen puerto y se lo permiten.(RELIGION DIGITAL)