La masacre ha producido uno de los balances más severos en cuanto a número de niños que han perdido la vida desde que inició el conflicto en Siria.

Según las fuentes oficiales sirias, un coche bomba y un terrorista suicida causaron dos explosiones a distancia en el horario de salida de la escuela en el suburbio de Akrameh, habitado por alauitas, con la intención de causar el número más alto posibles de muertes entre los niños de la misma comunidad religiosa que la familia Assad.

Mientras tanto fuentes locales confirmaron al Assyrian Human Rights Watch secuestro de tres cristianos asirios en la ciudad de Tel Tamar, en la provincia nororiental de Hassaké.

El secuestro se ha atribuido a afiliados al Estado Islámico, la facción yihadista que tiene su fortaleza en la cercana ciudad de Raqqa.
(VALORES RELIGIOSOS)