El Santo Padre pidió al clero y a todo el Pueblo de Dios de Ciudad del Este, que acoja la decisión de la Santa Sede con espíritu de obediencia. El Pontífice invita además a toda la Iglesia de Paraguay, guiada por sus pastores, a un serio proceso de reconciliación.
La comunión de la Iglesia de Paraguay se había sentido afectada por los entredichos de Mons. Livieres con el arzobispo de Asunción de Paraguay, Pastor Cuquejo. Livieres había declarado que entre los obispos de Paraguay había afinidades con la Teología de la Liberación. Entre los temas polémicos, el arzobispo le pidió a Mons. Livieres revisar la situación un sacerdote Carlos Urrutigoity, que llegó a ser considerado un peligro para los jóvenes, lo que la diócesis desmiente en su web.
Por su parte, Mons Cuquejo presentó el pasado sábado 20, al cumplir 75 años, su renuncia ante la Nunciatura Apostólica, por haber llegado a la edad límite establecida por el cánon 401.
Un caso con algunas similitudes se registró con Benedicto XVI en el 2011, cuando nombró en la localidad ecuatoriana de Sucumbios, a un administrador apostólico de los Heraldos del Evangelio, lo que generó la protesta de los Carmelitas Descalzos allí radicados.
La decisión del Santo Padre fue hecha pública este jueves en un comunicado emitido por la Sala de Prensa de la Santa Sede en los siguientes términos:
«Sobre la sucesión al Obispo de Ciudad del Este (Paraguay), S.E. Mons. Rogelio Ricardo Livieres Plano.
Después de un cuidadoso examen de las conclusiones de las visitas apostólicas efectuadas por la Congregación para los Obispos y la Congregación para el Clero, al obispo, la diócesis y los Seminarios de Ciudad del Este, el Santo Padre ha procedido a la sucesión de S.E. Mons. Rogelio Ricardo Livieres Plano nombrando Administrador Apostólico de la misma sede, ahora vacante, a S.E. Mons. Ricardo Jorge Valenzuela Ríos, Obispo de Villarrica del Espíritu Santo.
La ardua decisión de la Santa Sede, determinada por serias razones pastorales, obedece al bien mayor de la unidad de la Iglesia Ciudad del Este y de la comunión episcopal en Paraguay. El Santo Padre, en el ejercicio de su ministerio de "fundamento perpetuo y visible de unidad así de los Obispos como de la multitud de los fieles" (LG 23) pide al clero y a todo el Pueblo de Dios de Ciudad del Este que acoja la decisión de la Santa Sede con espíritu de obediencia, docilidad y sin desavenencias, guiado por la fe. Por otra parte, se invita a toda la Iglesia de Paraguay, guiada por sus pastores, a un serio proceso de reconciliación y superación de cualquier sectarismo y discordia, para no herir el rostro de la única Iglesia "adquirida con la sangre de su Hijo" y para que el "rebaño de Cristo" no se vea privado de la alegría del Evangelio». (ZENIT)