Francisco publicó un quirógrafo papal con el que se hace oficial el grupo del “G8”, es decir los ocho cardenales consejeros. En el texto, publicado hoy y que lleva la fecha del 28 de septiembre, se alude a las discusiones de las congregaciones generales pre-cóncalve: «Entre las sugerencias –dice el texto– figuraba la conveniencia de instituir un restringido grupo de miembros del episcopado, provenientes de diferentes partes del mundo, al que el Santo Padre pudiera consultar, individualmente o en forma colectiva, sobre cuestiones particulares».


Francisco estableció que «tal grupo sea instituido como un “Consejo de Cardenales”, con la tarea de ayudarme en el gobierno de la Iglesia universal y de estudiar un proyecto de revisión de la constitución apostólica “Pastor bonus” sobre la Curia Romana». El Papa afirma que el grupo está compuesto por las personas ya anunciadas el 13 de abril de 2013, pero no excluye que en el futuro pueda aumentar el número de los miembros, para configurarlo «en la manera que resulte más adecuada», que «será una expresión más de la comunión episcopal y del auxilio al “munus petrinum” que el episcopado esparcido por el mundo puede ofrecer».


No se indican detalles sobre la estructura, por lo que es evidente que al tratarse de una nueva institución consultiva (consejo)se harán eventuales ajustes durante el tiempo. Se confirma lo que el Pontífice ha afirmado en muchas ocasiones, es decir la idea de que hay que involucrar más a algunos miembros del episcopado en el consejo al obispo de Roma, petición esta que surgió justamente en las discusiones pre-cónclave. A excepción del único miembro italiano del consejo (el cardenal Giuseppe Bertello, presidente del Gobernatorado), todos son cardenales arzobispos que guían diócesis en los cinco continentes (y solo uno de ellos es emérito).


El consejo no deberá ocuparse solamente de la reforma de la Curia romana, sino también del gobierno de la Iglesia universal. Es significativa la insistencia sobre el hecho de que el “G8” funcionará como grupo de consejeros, pero esta actividad también será desarrollada “individualmente”, en relación con las materias que irá decidiendo el Papa. En el quirógrafo no se habla de relaciones con otras instituciones: la enésima confirmación de que se trata de una esctructura abierta, cuyo objetivo es únicamente el de ayudar al Pontífice.


«Es un enriquecimiento de los instrumentos ya existentes –añadió el padre Federico Lombardi, director de la Sala de Prensa vaticana al comentar el quirógrafo con los periodistas. Recordemos que existen otras formas de consulta, como la de la reunión de los líderes de los dicasterios de la Curia, como las comisiones referentes para las cuestiones de carácter financiero y administrativo, como el Sínodo de los obispos. Y luego también están las visitas “ad limina” de los obispos».



El grupo de los ocho, explicó Lombardi, ha trabajado en estos meses recopilando propuestas y apuntes, que han llegado tanto de las áreas de competencia de los consejoeros, como directamente al Papa o solicitados a la Curia romana; y al final, también hay contribuciones que han llegado a la Secretaría de Estado. «Se trata de alrededor de 80 documentos que ya están circulando entre los diferentes miembros del consejo, y el secretario, el obispo Marcello Semeraro, ya preparó una amplia síntesis de los documentos. Una primera síntesis todavía incompleta».


Los miembros del grupo de consejeros, que viven en Santa Marta, ya han tenido diferentes encuentros con el Papa, por lo que se puede decir que el trabajo ya comenzó desde hace tiempo. En estos días han empezado a tener reuniones informales, sin la presencia del papa. «El sábado hubo una reunión, hoy por la tarde harán otra –dijo Lombardi– y las reuniones oficiales se llevarán a cabo en la biblioteca privada a la entrada del apartamento papal de representación en el palacio apostólico. El papa estará en las reuniones, que se llevarán a cabo por la mañana y por la tarde».


De la coordinación de las reuniones se encargará el cardenal hondureño Maradiaga. El Papa hará una introducción muy breve y después escuchará principalmente, dado que cada uno de los ocho consejeros deberá intervenir y hablar sobre las diferentes propuestas que han recibido. «Es un primer encuentro –añadió el padre Lombardi–, se trata de una realidad que continúa, por lo que no hay que esparar durante estos tres días conclusiones, publicaciones de documentos, decisiones sorprendentes de ningún tipo».


El grupo de los ocho cardenales y su trabajo no está vinculado, dijo Lombardi, con el peregrinaje a Asís del Papa. Estos cardenales están aquí, explicó el director de la Sala de Prensa, según lo que le había indicado Francisco, por lo que el Papa los ha invitado a participar en el peregrinaje, «pero no hay ningún nexo particular entre ambos eventos». Al final de los tres días de trabajo del consejo no hay previsto ningún comunicado final.(V Insider)