El soberano en cuestión es Hamad bin isa al Khalifa, no nuevo a iniciativas de apertura frente a los cristianos del Golfo Pérsico. Pero es también el mismo soberano criticado desde hace tres años por las organizaciones internacionales de derechos humanos, que denuncian la durísima represión de las protestas chiítas (mayoría en este pequeño país, gobernado por una monarquía sunita apoyada por Arabia Saudí). Justo en estas momentos el más conocido de los opositores locales, Abdulhadi Al- Khawaja, condenado en 2011 a la cadena perpetua y que Amnistía Internacional considera “un prisionero de conciencia”, ha comenzado una nueva huelga de hambre en la cárcel.

Hay que decir que el Golfo Pérsico para la Iglesia se ha convertido en los últimos años en una frontera crucial: mientras el resto de Medio Oriente vive el drama de la fuga de cristianos, Arabia Saudí y los países del Golfo se han convertido en meta de inmigración para cientos de miles de filipinos, hindúes, tailandeses o incluso ciudadanos de otros países de la región, llamados por la demanda de mano de obra. Y la esperanza es que este fenómeno contingente pueda de verdad convertirse en un laboratorio para la apertura de nuevos espacios de libertad religiosa. Bahrein –donde estos cristianos a pesar de ser a todos los efectos extranjeros son casi el 10 por ciento de la población-- se ha distinguido en los últimos años por diversas señales de apertura alentadoras. La más significativa ha sido el regalo a la Iglesia católica de un terreno de 9 mil metros cuadrados sobre el cual vendrá construida una gran iglesia para las necesidades pastorales de los fieles, que será dedicada a Nuestra Señora de Arabia. Hamad bin isa al Khalifa ha hablado personalmente con el Papa Francisco el pasado 19 de mayo, cuando fue recibido en el Vaticano.

De fondo permance la cuestión de la situación política de Bahrein, que refleja las distintas líneas de fractura que atraviersa hoy la entera región medioriental. Y que indica una vez más la necesidad de un cambio total en Medio Oriente, donde la cuestión de la libertad religiosa y la relación entre las distintas confesiones (también dentro del mundo musulmán) sea abordada a 360 grados. (VATICAN INSIDER)