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¿Quiénes son los yasidíes "adoradores del diablo" que quieren exterminar?
17 - 08 - 2014 - INTERRELIGIOSO - Otros

  Han ocupado  la cabecera de todos los diarios del mundo, a causa de la masacre que entre ellos practica el grupo terrorista islamista Califato de Irak y Levante, aunque ésta no sea la primera pueda ser la definitiva.  Los yasidíes son un grupo religioso de etnia, lengua y cultura mayoritariamente kurdas, aunque algunos hablen árabe, cuyo incierto origen les vincula a las antiguas religiones persas entre las cuales notablemente el zoroastrismo, con elementos islámicos, -y dentro del islam sobre todo el sufismo-, cristianos y judíos.

Su nombre deriva del que ellos otorgan a Dios, Yezdan o Ezid, si bien algunos sostienen que deriva del nombre del califa omeya Yazid I, el detestado segundo califa omeya que mandó asesinar a Husayn ben Ali en el 680, una de las razones de la impopularidad yasidí entre los musulmanes.

            En términos demográficos hablamos de una comunidad muy pequeña que en total, apenas alcanza hoy unos 50.000 fieles y que en su mejor momento habrá alcanzado el medio millón. Se concentran en Irak, en Armenia, en Georgia, en Turquía y en Siria, con comunidades en países occidentales procedentes de la emigración, notablemente en Alemania, unos 40.000, donde uno de ellos, Feleknas Uca ha llegado a ser miembro del Parlamento Europeo. Los principales concentraciones se hallan en Shekhan, y la recientemente capturada por el Califato Sinjar, en la provincia de Nínive, cercanas a Mosul en Irak, y en Al-Jazira y en Kurd-Dagh, en Siria.

            Tienen como fundador de su religión al jeque Adi ibn Musafir, un supuesto miembro de la familia de los Omeya que fueron los primeros en acaparar el califato islámico (pinche aquí para conocer algo más sobre los omeyas), personaje muerto en 1162. Están gobernados por un emir secular, que actualmente es el Príncipe Tahseen Said, y por un jefe religioso, el Baba Sheikh, quer actualmente es Khurto Hajji Ismail.

            Los yasidíes son monoteístas. Creen en un dios creador, y en un mundo bajo la protección de los siete ángeles del santo misterio cuyo jefe es el arcángel Tawûsê Melek, el ángel pavo real, primera criatura creado de la luz de Dios, que la crea el primer miércoles de nisán, fecha del año nuevo yasidí. Después de Tawûsê Melek son creados los seis arcángeles, que construyen el cuerpo de Adán al que Dios da vida, ordenando a los ángeles postrarse ante él, algo ante lo que Tawûsê Melek se rebela, y enviado al infierno, apaga sus llamas con sus lágrimas, lo que propició la reconciliación. Un mito que traslada a la historia islámica de Shaytan, que en el Corán es el nombre del diablo, lo que constituye la base de la identificación, sobre todo entre los musulmanes, de los yasidíes con los adoradores del diablo, y la intensa persecución que han sufrido a lo largo de casi toda su historia, siendo las peores las sufridas en los años 1847 y 1872 durante el Imperio otomano.

            La mitología yasidí sostiene que al inicio de la creación Eva y Adán se disputaron la procreación, para lo cual cada uno depositó su semilla en una jarra que fue sellada. Al abrirla la jarra de Eva estaba llena de insectos, y en la de Adán había un precioso niño, el “hijo de la jarra” que se casa con una hurí de donde nacen los yasidíes. Esto por lo que concierne a los yasidíes, porque el resto de los mortales sí que nace de la unión de Adán y Eva. Este particular origen de los yasidíes hace absurdo el proselitismo, ya que los yasidíes sólo pueden provenir de la unión entre yasidíes, y sólo se puede ser yasidí por nacimiento. Razón por la cual, están obligados a casarse y procrearse entre ellos, penándose el no hacerlo con la muerte. Suelen ser monógamos, pero no tienen prohibida la poligamia.

            Practican como los musulmanes cinco oraciones al día, la primera de ellas mirando al santuario del jeque Adi ibn Musafir en Lalish, al nordeste de Mosul, y las otras cuatro mirando al sol. Como los musulmanes, todo yasidí debe realizar al menos una vez en la vida una peregrinación, que en este caso es a Lalish. El miércoles es su día santo, y el sábado el de descanso. Practican un ayuno en diciembre. Y realizan una semana santa del 23 de septiembre al 1 de octubre, el Cejna Cemaiya o fiesta de la Asamblea en Lalish, en la cual según su creencia se reúnen los siete arcángeles, y sacrifican un toro. Tienen un calendario propio. No pueden escupir; no pueden echar agua hirviendo al suelo pues podrían lesionar a los espíritus; el contacto excesivo con no yasidíes es considerado contaminante; prohibiciones alimentarias afectan a algunas verduras como coles o lechugas; no pueden vestir el color azul, considerado el de Tawûsê Melek; los niños reciben un bautizo y a menudo son circuncidados, pero no siempre; se entierran en tumbas cónicas con las manos cruzadas.

            De manera parecida a como ocurre entre los cátaros, los yasidíes creen en la metempsicosis o reencarnación: el yasidí se va perfeccionando en sucesivas reencarnaciones. La expulsión del grupo paraliza la reencarnación y la readmisión al grupo es imposible, por lo que es la pena más grave.

            Sus libros sagrados son el Libro de la Revelación o Kitêba Cilwe, con las revelaciones de Tawûsê Melek y el Libro Negro de Yazidi (Mishefa Reş), que en realidad, fueron escritos a principios del s. XX por no yasidíes con la intención de dejar por escrito los dogmas y creencias yasidíes a partir de las tradiciones orales y de los himnos llamados “qawls”(Luis Antequera-RELIGION EN LIBERTAD)