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El primer misionero en China y los mártires coreanos
14 - 08 - 2014 - IGLESIA - Asia

El evento central del viaje de Papa Francisco a Corea  es la beatificación de 124 mártires. En este sentido la historia de la Iglesia en Corea es única porque no fue hecha por misioneros como sucedió en América Latina, sino que nace de la búsqueda espiritual y de la verdad de un grupo de laicos. Hay dos historias que se mezclan: los mártires coreanos y la obra del jesuita Matteo Ricci.

Aleteia ha entrevistado a monseñor, Claudio Giulidori, 56 años, experto de la vida del religioso que inspiró un nuevo modelo evangelizador en China. El 50% de los pobres del mundo viven en Asia, la región más dinámica del planeta que convive con el materialismo y altos riesgos morales, sociales y económicos.

Monseñor Giulidori ha sido obispo de Macerata (2007-2014), Italia, la tierra materna de Matteo Ricci y ha dirigido la celebración del IV Centenario de la Muerte del jesuita misionero, además de precursor junto a su diócesis de la nueva fase de la causa de beatificación del jesuita que murió en China.

Ricci nacido en Macerata, en los entonces Estados Pontificios, el 6 de octubre de 1552; fallecido en Pekín, el 11 de mayo de 1610 es la figura histórica de referencia para analizar el milagro de la evangelización en Corea pero también un punto de referencia del futuro de la evangelización en Asia.

¿Cómo el  padre Matteo Ricci y su forma de evangelizar son un modelo para la evangelización?

El método de Padre Matteo Ricci se puede resumir en encarnar el evangelio dentro de la historia concreta; filosófica, cultural y científica del país y del pueblo con el cual se ha encontrado. Por esto, él ha dado la vida.

Sabemos que ha muerto desgastado físicamente debido a los encuentros con los literatos que iban a Pekín como concursantes para acceder a la maquina estatal china. Todos querían encontrarlo en Pekín porque era un personaje mítico.

Él decía: ‘Yo hago todos estos encuentros porque quiero relacionarme con los futuros gobernadores de China que pueden acoger en futuro a todos nuestros misioneros’. Una estrategia misionaría formidable porque se dirigía a los engranajes del sistema.

El padre Matteo Ricci abrió una autopista para la evangelización en China. Sabemos que después de su muerte hubo complicaciones, pero no por culpa suya o por su método misionero.

¿Nos podría explicar la relación que existe entre la obra de Padre Matteo Ricci y los mártires de primera generación en Corea del Sur?

El nacimiento del primer núcleo de evangelizadores se debe a un grupo de funcionarios que viajaban de Corea, país vasallo del imperio, a Pekín. Allí conocieron las enseñanzas de los escritos de padre Matteo Ricci, sin haberlo encontrado jamás personalmente.

Durante los primero años, después de la muerte de padre Matteo Ricci fue casi venerado como un santo. Esta figura se volvió importante, además por los testimonios de los cristianos convertidos. El primero entre ellos, el literato Paolo Xu Guangqi, hombre de gran fe, además de sus compañeros jesuitas.

Esta delegación de funcionario coreanos regresó a su país llevando consigo el testimonio de padre Matteo Ricci. Así por decenios se desarrollo está incipiente comunidad cristiana, a pesar de que no había misioneros. Al inicio esta comunidad no tenía el consuelo de los sacramentos. No obstante, las bases y la apertura espiritual de las comunidades cristianas en Corea se debe a la obra extraordinaria de padre Matteo Ricci.

Luego llegaron los misioneros y la evangelización como ocurrió en otras partes de Asia con el precio del martirio. No hay una conexión directa entre los mártires coreanos y el padre Matteo Ricci. Sin embargo, hay una conexión en el espíritu. Padre Matteo Ricci sabía muy bien que por ejemplo llegando a Pekín renunciaría a su patria, porque los extranjeros en China no podían vivir establemente o ser sepultados en el territorio.

Matteo Ricci escribe en sus cartas que toda su vida era consagrada, era dedicada a esta misión. Sabía del riesgo que corría su vida. No murió mártir, pero si dio su vida por la fe. Por ende, en sus escritos este testimonio que ha dejando una huella en los coreanos. De esta manera, encontramos una conexión espiritual entre los mártires coreanos y Matteo Ricci siguiendo la linea del evangelio.

El acto central del viaje de Papa Francisco a Corea del Sur: la beatificación de los mártires coreanos

El Papa Francisco beatificará los mártires de primera generación, muertos hace más de un siglo el próximo sábado 16 de agosto. Paul Yun Ji-Chung y 123 compañeros mártires serán celebrados en la misa que presidirá el Obispo de Roma en la puerta de Gwanghwamun en Seúl.

La presencia de los mártires cae sobre sus descendientes, incluso de las generaciones más jóvenes que están aprendiendo a reconocer sus sacrificios a pesar de que algunas familias son budistas o protestantes.

La canonización que es el último paso para la santificación será un ejemplo para los jóvenes que reconocerán la historia de otros jóvenes que en pasado estuvieron dispuestos a morir por su fe.

Los 124 mártires murieron entre 1791 y 1888. Alrededor de 10.000 católicos coreanos fueron ejecutados por la dinastía Joseon, que trató de aislar la península coreana de las influencias occidentales. La dinastía cayó en 1910, cuando Japón anexó la península y la mantuvo como colonia suya durante 35 años. (ALETEIA)