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El Papa Francisco, San Lorenzo y una deuda histórica
13 - 08 - 2014 - DESAFIOS - Pastorales

“Sólo nos falta una copa”, solía decir Jorge Mario Bergoglio a sus amigos cuando hablaba de fútbol. Se refería al club de sus amores: San Lorenzo de Almagro. El equipo argentino tiene una deuda histórica no sólo con su aficionado más ilustre, el Papa, sino también con todos sus seguidores. Una deuda que podría saldar hoy mismo. Se trata de alzar la Copa Libertadores, el máximo torneo del Continente Americano.

“El Papa quiere que ganen, hace fuerza por San Lorenzo”, confirmó uno de los cercanos colaboradores del pontífice, el ceremoniero pontificio Guillermo Karcher. Así como ocurrió con los partidos del mundial Brasil 2014, el pontífice no podrá ver la final entre su equipo y Nacional de Paraguay, que se jugará la noche de este miércoles en el “Nuevo Gasómetro” de Buenos Aires. En esos momentos estará volando hacia Corea del Sur, donde iniciará una visita apostólica.


Tampoco vio la primera de las finales, disputada en Asunción el miércoles 6 de agosto y que terminó 1 a 1. Un resultado que, a final de cuentas, resulta favorable a San Lorenzo el cual cerrará el torneo como local y con todo el apoyo de su público. Si el club logra salir campeón, ya está todo listo para que una delegación viaje a Roma para entregar la copa al Papa el miércoles 20 de agosto, quizás durante la audiencia general en la Plaza de San Pedro o en el Aula Pablo VI, según sea el caso.


En diciembre de 2013, apenas unas horas después de ganar el torneo de primera división de Argentina, los directivos y un par de jugadores volaron hasta el Vaticano donde fueron recibidos por Francisco y le entregaron el trofeo ante miles de personas, durante la audiencia general del miércoles 18. Existen buenas probabilidades que esa imagen se repita.


Unos meses antes, en agosto, el Papa recibió en el Palacio Apostólico a las selecciones nacionales de Italia y Argentina que el día 15 se enfrentaron en un partido amistoso en el Estadio Olímpico de Roma. En esa ocasión Francisco, bromeando, le pidió “una ayudita” al entonces presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Julio Grondona. “Hace mucho que no salimos campeón”, lamentó –riendo- el líder católico. Y agregó: “También nos falta la Libertadores").


Antes de su viaje a la capital italiana, ya con la copa en mano, uno de los directivos de San Lorenzo se comunicó con Grondona, quien mandó un mensaje a Bergoglio: “¡Decile que ya cumplimos!”. A él ya no le tocará ver si la otra posibilidad, ser campeón de América para San Lorenzo, se cumple. Apenas unos días atrás el directivo del fútbol argentino falleció a causa de un problema coronario.


En sus tiempos como arzobispo de Buenos Aires, la pasión por San Lorenzo le fue útil al Papa también en su labor pastoral. Varios anécdotas al respecto fueron recogidas en el libro “Dios es cuervo. La sagrada historia de San Lorenzo de Almagro” del periodista argentino Pablo Calvo (Editorial Sudamericana, octubre de 2013).


Uno de estos ejemplos es la historia de Juan José Jaime, apodado “el Cuervo” por su corazón sanlorencista. Durante 10 años fue esclavo de la droga y ya consumido por el vicio fue a pedir ayuda a la parroquia de Nuestra Señora de Caacupé, en la Villa 31. Allí encontró a José María Di Paola, el padre “Pepe”, ícono de los “curas villeros” de Buenos Aires y amigo de Bergoglio.


“Te voy a presentar a alguien al que tenés que escuchar con atención”, le dijo el sacerdote. Esa persona llegó en el autobús, el colectivo número 70. Era el arzobispo de Buenos Aires. Entre Pepe y el cardenal hablaron con el Cuervo y lo convencieron a iniciar un camino de rehabilitación.


El 25 de mayo de 2009 entró en una granja de recuperación para adictos, barbudo, flaco y envuelto en harapos. En esa ocasión le sacaron una foto. Unos 100 días después le tomaron otra, en la cual se le ve afeitado, limpio y con el peso recuperado. Esas dos fotografías Bergoglio las puso en el escritorio de su habitación, casi como un trofeo o un recuerdo familiar.


“Che, me mato laburando y Bergoglio no tiene ni una foto 4 x 4 mía. En cambio tiene las dos tuyas y las cuida como si fuera un diploma”, le reclamó, en tono broma, el padre Pepe a Juan José. El Cuervo solía tener largas conversaciones con el cardenal, especialmente de futbol. Durante una de ellas el arzobispo le preguntó cómo se había convertido en hincha de San Lorenzo y cuando éste le terminó de contar la historia, el hoy Papa le respondió: “Está perfecto, Cuervo, hiciste la mejor elección. Mirá lo que son los colores, mirá los campeonatos que tenemos… Igual nos falta la Copa Libertadores y la Intercontinental de Tokio, pero tenemos que rezar mucho para ganarlas”.(VATICAN INSIDER)