El monje budista escribe en su mensaje que el Santo Padre "consuela a los pobres y los marginados y les lleva la esperanza y la fuerza". Una actitud que puede influir positivamente en los coreanos, independientemente de la confesión de cada uno. "A través de su presencia -escribe Jaseung- deseamos que los ciudadanos coreanos aprendan a mostrar amor y compasión por sus vecinos. Deseamos también que sus oraciones por todos los hombres continúen y, en particular, continuarán sus oraciones sinceras ofrecidas para encontrar una solución pacífica entre Palestina e Israel".
El diálogo es un ejercicio de actualidad en un país multireligioso como Corea, y Jaseung lo confirma: "Corea es una sociedad multireligiosa y nos referimos a las otras comunidades religiosas como nuestros vecinos. Entre las distintas comunidades interconfesionales buscamos mantener una comunicación y colaboración continua. El budismo coreano, de hecho, tiene un gran vínculo con la fe católica. Los monjes budistas de la ermita de Cheonjinam y el Templo de Jueosa, han dado sus vidas para proteger a los católicos perseguidos al inicio".
El comunicado finaliza con la esperanza de monje budista para que "el esfuerzo de la sociedad coreana para el diálogo interreligioso y la paz puedan contribuir aún más a lograr la paz en el mundo". Una vez más -concluye Jaseung- "deseamos sinceramente que la visita del papa Francisco sea la oportunidad para una oración de paz para la salud y la felicidad de todos los seres humanos".(ZENIT)